Las evidencias apuntan a una Rusia que apoya a los rebeldes en Ucrania. Pruebas que delatan al Kremlin. Se destapa lo que se intuía desde hace cuatro meses: Putin está armando a los separatistas, hecho que todavía niega en rotundo. Ucrania condena la invasión rusa, una denuncia a la que se suma la OTAN. Muestra de ello son las fotografías que la organización ha sacado a la luz. Imágenes de armamento pesado, un convoy ruso, ya en territorio ucraniano, o un vídeo de otro tanque de sus tropas. A esto se le suma que 100 familias rusas han confirmado que sus hijos han muerto mientras les daban apoyo. Según la organización más de 1.000 militares rusos combaten en Ucrania, aunque los mismos milicianos afirman ser más de 3.000. La estrategia la tienen clara. Mariupol es la pieza clave para llegar al puerto del Mar Azov, canal por el que podría recibir más apoyo ruso y ampliar sus bastiones. Y parecen estar cogiendo fuerzas, se recrudece la ofensiva. Los últimos días han castigado a la ciudad de Donestk, el epicentro de la batalla. Sobre el suelo se amontan las muertes: 15 durante la jornada de ayer. Imágenes de la más absoluta destrucción: escuela arrasadas, edificios, todo destrozado por los bombardeos. El Presidente de Ucrania, Poroshenko, exige una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU y la intervención militar de la Unión Europea para frenar un conflicto que de momento se ha cobrado la vida de 2.200 personas.

