Hasta diez años de cárcel podrían caerle a Sarkozy si finalmente va a juicio. Hablamos de cárcel. El ex presidente francés, que no tiene ningún tipo de aforamiento, se ha recompuesto mínimamente tras las 15 horas de interrogatorio. Visiblemente enfadado, ha dado una entrevista en la que ha sido muy duro. Ha dicho que se está manipulando a la Justicia por razones políticas y que ha existido una voluntad de humillarle públicamente. Sarkozy, imputado por financiación ilegal de su campaña y abuso de poder, ha puesto el grito en el cielo porque se hayan escuchado sus conversaciones telefónicas. El primer ministro, el socialista Manuel Valls, le echaba un capote y pedía para él presunción de inocencia. A nivel familiar, apoyo de la suegra -la madre de Carla Bruni- que apuesta por su inocencia. Aunque los franceses, parecen un poco más descreídos con todo el asunto. -Redacción-
