El Gobierno serbio ha detenido al general serbobosnio, Ratsko Mladic, uno de los criminales de guerra más crueles y buscado, al que se le atribuye la muerte de más de 8.000 varones musulmanes en 1995, en la llamada masacre de Srebrenica y en el asedio de 43 meses de Sarajevo. El presidente serbio, Boris Tadic, ha anunciado este jueves su detención, que se produce tras 15 años de búsqueda. Mladic era el último gran nombre de entre los criminales de guerra serbios que quedaba por entregar al Tribunal de la ONU que enjuicia los crímenes en la antigua Yugoslavia. La maquinaría para atraparle comenzó a dar sus frutos hace tres años, cuando las fuerzas serbias detuvieron y entregaron a dicho tribunal a Radovan Karadzic, psiquiatra y amigo de Mladic. La libertad de éste era el principal obstáculo para el ingreso de Serbia en la Unión Europea, que ahora se encima a la integración europea. Ya se ha iniciado el proceso de extradición para que el Tribunal Internacional de La Haya le juzgue por haber perpetrado la masacre más grande conocida en Europa, desde la Segunda Guerra Mundial.



