Un crucero turístico, con 160 personas a bordo, ha pasado varias horas a la deriva entre América del Sur y la Antártida, en una de las zonas más tormentosas del planeta. El martes se averió uno de sus motores y tuvo que lanzar una llamada de auxilio. Con ayuda de la Armada argentina, esta embarcación de lujo, de 88 metros de eslora, logró reparar el motor y pese al oleaje y vientos que llegan a los cien kilómetros por hora, prosiguió rumbo a la ciudad argentina de Ushuaia, donde esta previsto que atraque hoy.