Los albaneses votaron el domingo, decidiendo si hay que conservar al líder de la era poscomunista o si por el contrario prefieren la vuelta del Partido Socialista en uno de los países más pobres de Europa que afrontan la recesión inminente. Sali Berisha, de 64 años, ayudó al fin del comunismo y sirvió como el presidente de 1992 a 1997 cuando el país se sumergió en el caos después de que los esquemas de inversión se derrumbaran. Volvió como primer ministro en 2005, prometiendo gobernar "con manos limpias". El país Adriático de 3.2 millones de habitantes ha crecido más del cinco por ciento cada año bajo su mando reciente, aunque los expertos prevean el estancamiento o que siga la recesión este año. Muy cerca según el último sondeo está el líder del Partido Socialista Edi Rama, de 44, el alcalde de Tirana. Tanto los Demócratas como los Socialistas dicen que meterán a Albania en la Unión Europea y crearán empleos y crecimiento económico en un país donde la renta per cápita es menos de 3,500 dólares. Cada uno de ellos acusa a su rival de corrupción.