España y Suiza son los países europeos donde las marcas blancas pisan más fuerte. Algunos supermercados las colocan en sus estantes dando de lado a las grandes marcas, que se quejan de que la competencia entre ellas y los distribuidores no es leal. Los fabricantes avisan de que esta práctica no solo les perjudica a ellos sino al futuro de nuestras exportaciones. Otros países europeos, como Reino Unido, Alemania, Francia e Italia, ya están dando pasos para regular la competencia entre las grandes marcas y las de bajo coste.