Agosto termina y arranca para el PP, de nuevo en Sotomayor (Pontevedra), un curso político decisivo. Así lo califica Mariano Rajoy, que se enfrenta, ahora sí, a su reválida como presidente del Gobierno y lo hace defendiendo de entrada sus cuatro años al frente. No hacer nada habría sido un suicidio y por eso defiende sus reformas con recortes incluidos. Su ataque más directo, contra el Partido Socialista y su posible pacto tras las elecciones generales, sin citarlo literalmente, con Podemos. Pero antes, el 27 de septiembre, están los comicios de Cataluña y allí ataca de nuevo al PSOE, al que acusa de actuar con desconcierto y falta de seguridad. Duras críticas que también dirige a la candidatura de Juntos por el Sí, del president Mas y ERC, a los que acusa de querer romper España. Según Rajoy, son muchos más los que están por la unidad.
