El parto de Carmen López Rey no fue fácil. Su hija venía con seis vueltas de cordón y tuvo que dar a luz en la semana treinta. La pequeña pasó dos meses ingresada en la UCI del Hospital Reina Sofía de Córdoba. Hoy la niña tiene dos años y ni una secuela de aquella experiencia. Carmen siempre sintió que le debía al equipo médico la vida de su hija y esta profesora de instituto licenciada en Bellas Artes decidió agradecer la entrega de los profesionales haciendo lo que mejor sabe: dibujar. Propuso al centro acondicionar las plantas infantiles con dibujos adaptados a los niños y el hospital aceptó su propuesta. Pero el trabajo era imposible desempeñarlo con solo dos manos. Buscó voluntarios a través de las redes sociales y descubrió que eran muchos los que se sentían en deuda con este hospital. Durante estos días cuatrocientas personas se turnan para, con presupuesto cero y afán solidario, pintar paisajes en las paredes, lo que ayuda a que los niños le pierdan el miedo al ambiente hospitalario.
