Termina el curso escolar y muchas familias se ven en apuros para poner a sus hijos un plato en la mesa. Para atajar la malnutrición infantil en verano, ayuntamientos y gobiernos proponen soluciones muy distintas. En Andalucía, 60 comedores para atender a 4.500 niños. En Cataluña, 4.000 tendrán garantizadas dos o tres comidas gracias a los campamentos de verano. En Madrid, Cifuentes se ha comprometido a abrir los comedores que sean necesarios y Manuela Carmena ampliará a más de 2.000 niños el servicio de comidas a domicilio. Valencia opta por dos vías: duplica las ayudas directas a las familias y subvenciona comedores escolares. Darán de comer a 4.800 menores. No abrirán comedores escolares en Aragón, Asturias y Castilla-La Mancha. En Galicia, sí abren comedores, pero sin las ONG, imposible alimentar a todos los niños que lo necesitan. Una asociación den Vigo reparte comida a 700 familias. El INE calcula que un tercio de los niños españoles viven en riego de pobreza. Las ONG alertan: sin escuela, 500 mil niños corren el riesgo de quedarse sin comer. Ni ayudas públicas, ni comedores. Tampoco las ONG. Nadie garantiza que decenas de miles de niños cuenten este verano con las tres comidas mínimas necesarias a su edad.
