No ha habido ningún reproche sino un llamamiento para ayudar a los que luchan contra el ébola en África en estas condiciones. Lo señala, Paciencia Melgar, de la orden de Misioneras de la Inmacula Concepción: "Allí los enfermos tienen que compartir un cuarto de baño entre 30 personas". Paciencia, de 47 años, natural de Guinea Ecuatorial, se fue hace 11 años para ayudar al padre Pajares en Liberia. Los dos contrajeron el ébola. A él le trajeron a España y a ella, pese a la insistencia del religioso no. España, a diferencia de países, como Alemania, no atiende a cooperantes o sanitarios extranjeros. En agosto, su compañera Chantal, de la misma orden religiosa, pedíaayuda: "Sacadnos de aquí. Nos hemos quedado solas la hermana Paciencia. Sacadnos de aquí." Chantal murió, pero Paciencia se curó y esta vez sí se la dejó entrar en España para donar su sangre, ya con anticuerpos contra el ébola. -Redacción-