Un año después del crimen de Asunta, sus padres Rosario Porto y Alfonso Basterra llevan la espera del juicio de formas muy distintas. Ella está sumida en una depresión que no le permite mantener conversaciones de más de un minuto, según su propio abogado. Alfonso por su parte sigue adelante con su defensa, intentando demostrar que fue su mujer la responsable del asesinato y que él es una víctima más. La instrucción del caso está cerrada y ambos esperan la fecha del juicio, en el que se enfrentarán a una condena que podría llegar a los 18 años por haber planeado conjuntamente el asesinato de su hija. -Redacción-

