La primera mentira es pensar que los agentes de la CIA, o los de cualquier servicio secreto, son como Bond, James Bond. "ni van bebiendo martini, ni tienen cuerpos esculturales. Son más bien hombres grises y burócratas". Y, sobre todo, cometen errores. Bahía de Cochinos, Cuba, fue de los más gordos de la CIA. Quisieron derrocar a Fidel con mil mercenarios mal entrenados. Y, lo que es peor, con unos mapas de la zona de 1895. Imagínense un avión bombardeando la Meca -lugar santo del Islam- con cerdos. Bueno, pues la CIA se lo pensó. La idea era echarle la culpa a los soviéticos para que los países árabes rompieran con ellos. Curioso, se les ocurre esto pero antes de este día. Nadie pensó en infiltrar a un solo agente en Afganistán ni en aprender la lengua de Bin Laden. Ni eran armas de destrucción masiva lo que le enseñó Colin Powell a la ONU ni basta el ejército más potente del mundo para vencer en un país como Iraq. Los británicos dominaron la India con apenas setenta mil soldados. La diferencia: ellos conocían el país como si fuera el suyo.