El centro de salud 'Los Naranjos', en Fuenlabrada, donde un marroquí, presuntamente enajenado mental, agredió el viernes a decenas de personas con un hacha, intenta volver a la normalidad, a pesar de la conmoción sufrida en los días pasados. Los pacientes se quejan de la falta de seguridad en el edificio. "Ni seguridad, ni nada, se creen que somos perros", afirmaba esta mañana una señora, visiblemente enfadada.Por su parte, Reyes Hernández, trabajadora del centro y delegada sindical, ha afirmado que este primer día de trabajo tras el episodio de violencia "está siendo horrible" y que el personal, "más que miedo" , se encuentra conmocionado psicológicamente por lo sucedido.