Tren turístico a Alcalá del Júcar: una escapada mágica en sólo dos fechas

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Ana I. Martínez

Con salida desde Madrid, permite conocer la historia de esta localidad manchega

Renfe, en colaboración con el gobierno de Castilla-La Mancha, ofrece la opción de viajar en tren desde Madrid hasta Albacete. Una vez allí, los viajeros se desplazarán en autobús hasta Casas Ibáñez, uno de los 23 municipios que componen la Ruta del Vino de la Manchuela. Esta zona, situada a 600-700 metros sobre el nivel del mar, cuenta con un clima continental seco, influenciado por los vientos húmedos del mediterráneo. Y, al estar flanqueada por los ríos Júcar y Cabriel, es un lugar idóneo para el cultivo de la uva en nuestro país. Así, los viajeros visitarán una bodega de la zona e incluso disfrutarán de una cata de vino y aperitivo.

Después, también en bus, toca visitar Alcalá del Júcar, donde los visitantes disfrutarán de tiempo libre para comer. Por la tarde, de la mano de un guía, toca descubrir los secretos del municipio que, al estar ubicado a orillas del río Júcar, ofrece paisajes de cuento.

Imprescindible es conocer el puente romano, que cruza el río en la parte central del pueblo, dividiendo el casco antiguo de la zona más moderna. Lo mismo sucede con el Castillo de Alcalá del Júcar, situado en lo alto más alto, defendía la zona en la época de los almohades. Fue construido entre los siglo XII y XIII.

Visita obligada son también las casas-cueva que encontramos distribuidas por el pueblo y que siempre llaman la atención de cualquier viajero, como la del Diablo, la Cueva del Rey Garadén o la Cueva de Masagó y del Duende. Antiguamente, se utilizaban como alacenas pero hoy se han convertido en todo un símbolo del municipio.