Parques de atracciones que quitan el hipo

Construido a mediados del siglo XIX, es el parque de atracciones más antiguo del mundo . Se sitúa muy cerca de la Plaza del Ayuntamiento de Copenhague –Dinamarca–, y combina a la perfección la belleza de sus jardines con la diversión de las atracciones. El Tivoli se ha sabido adaptar a los nuevos tiempos manteniendo el espíritu antiguo que recorre sus esquinas. La entrada al recinto –que cuesta 12 euros– no permite el acceso a la mayoría de las atracciones, que se compra a parte, así que asegúrate de adquirirla antes de hacer cola para subir a ellas. El Tivoli cierra en otoño e invierno, pero sí abre sus puertas en Navidad.

Siguiendo con los abuelos de los parques, el más antiguo de España es el Tibidabo , en Barcelona. El 29 de octubre cumplirá la mágica cifra de 111 años. Su inauguración en 1901 colmó de ilusión a los barceloneses, que desde entonces tuvieron un lugar más en el que divertirse. Las primeras «atracciones» no se ajustaban a lo que ahora denominamos como tal. El entretenimiento se basaba en telescopios, prismáticos, columpios, juegos de bolos, ilusiones con espejos, autómatas y hasta una estación de palomas mensajeras. Podrás disfrutar de este mítico parque por 28,20 euros. Si te acompaña algún niño menor de 1,20 metros, su entrada sólo costará 10 euros. Pasan gratis los que no superen los 90 centímetros.

Si viajas a Alemania no puedes perderte este parque de atracciones. Una de sus atracciones más famosas es el «Superwirbel», una montaña rusa que hará las delicias de los más intrépidos. Como servicio extra, la página web del parque ofrece diferentes posibilidades para alojarse cerca del parque. Municipios como Hassloch o Dürkheim están entre las opciones. La entrada de adulto cuesta 26 euros, pero rebajan 3 euros si se compra por Internet. La infantil cuesta 6 euros.

Es posible que te tengas que abrigar bien si visitas este parque, porque las temperaturas de Finlandia suelen ser muy frías. Sin embargo, disfrutarás de un día de lo más emocionante montándote en sus atracciones . La más especial es «Kirnu». Sólo los más valientes se atreverán a subir a una atracción que les deja suspendidos totalmente bocabajo, con el peso de sus cuerpos sujeto únicamente por los arneses de la atracción. Los expertos en parques reconocen muchas semejanzas entre esta atracción y la «Stunt Fall» del Parque Warner de Madrid. No sólo el color es el mismo –naranja y azul–, sino que el trayecto de la atracción es prácticamente igual. La entrada a Linnanmäki cuesta 33 euros, y la infantil varía desde los 14 euros para los menores de un metro y los 19 euros para los que no superan 1,20 metros.

Aunque desde su inauguración en 1969 este parque no destacó por la emoción de sus atracciones, de un tiempo a esta parte ha mejorado mucho. Para desgracia de los nostálgicos, algunos de los clásicos del parque de la Casa de Campo han desaparecido –como el «Top Spin»–, pero como contrapartida han abierto «Tornado», «Tarántatula», «Vértigo» y «Abismo». Ésta última es la atracción más emocionante a la que te podrás subir en este parque. Después de una larga subida, la bajada a la que te enfrentarás es vertical. Notarás la fuerza de la gravedad sobre tus hombros y la adrenalina no tardará en hacer efecto. Disfruta de las sensaciones por 29,90 euros; 23,90 euros si se mide entre 90 y 120 centímetros y gratuita y se es menor de 90 centímetros.

«Six Flags» no es un parque en concreto, sino una marca que va construyendo «sedes» en diferentes lugares de Estados Unidos. Han llegado a traspasar fronteras y puedes disfrutar de sus emocionantes atracciones también en Canadá y México. Estos parques destacan por sus montañas rusas, muy conocidas a nivel mundial. Los precios de las entradas varían en función del «Six Flags» que se desee visitar.

Este parque de atracciones de Reino Unido destaca por la gran importancia que imprime a las montañas rusas. Nada menos que cinco atracciones de este tipo son las que se pueden disfrutar en sus instalaciones. Este año han abierta «The Swarm», una montaña rusa que alcanza los 92 kilómetros por hora y una altura de casi 40 metros. Los precios de las entradas pueden obtener descuentos si se reservan los tickets con antelación.

Menos adrenalínico que otros, el Konge Parken noruego sobresale por el encanto de pasear entre sus atracciones. Casi todas las diversiones están pensadas para los más pequeños, pero también los mayores disfrutarán de experiencias fuertes subiéndose a «La Avispa», una atracción que pendula sobre un eje a la vez que su extremo inferior gira y gira sin parar. Sus precios varían en función de la temporada en la que se visite el parque, oscilando entre las 260 y las 325 coronas noruegas –entre 35 y 44 euros–.

Si se piensa en Suecia no acuden a la mente parques de atracciones, zoos, ni nada que no se parezca a nieve y frío. Sin embargo, en este país conviven hasta 18 lugares diferentes a los que acudir a divertirse. Uno de ellos es el Gröna Lund , un parque de atracciones que tiene como gran reclamo a «Insane». Quizá hagan honor a su nombre los 250 metros que se recorren sentados sobre unos asientos que giran libremente sobre su propio eje a una velocidad de 60 kilómetros por hora. Tan sólo 75 segundos se necesitan para finalizar la atracción. Entrar al parque sólo te costará 95 coronas suecas –11 euros–. Niños hasta 6 años y mayores de 65 entran gratis.

El Bellewaerde Park de Bélgica no destaca por sus atracciones dignas de infarto. Sin embargo, merece un puesto en los «top 10» de esta lista por una de sus atracciones más conocidas. Hablamos de «Boomerang», la atracción más reconocible de Bellewaerde. Todo el que la vea identifica enseguida su doble bucle en forma de lazo, que consigue hasta 80 kilómetros por hora. El recorrido, que llega a los 32 metros, se realiza hacia delante y hacia detrás.