Ocho castillos de ensueño para una ruta de cuento de hadas por Alemania

Neuschwanstein

Si hay un castillo en Alemania que destaca por encima del resto, y que atrae a más de un millón de turistas al año, ese es Neuschwanstein , un de esos lugares a visitar, al menos, una vez en la vida. La fortaleza que inspiró al mismísimo Walt Disney es una construcción de ensueño rodeada de un hermoso paisaje disfrutable en cualquier época del año. Situado cerca del municipio de Schwangau y de la ciudad de Füssen, en el desfiladero de Pöllat y a dos horas de Múnich, este increíble castillo fue mandado construir en el siglo XIX por Luis II de Baviera, conocido como el Rey Loco, aunque murió antes de verlo terminado. Aquellos que quieran vivir una experiencia de ensueño, propia de un cuento de hadas, pueden optar por subir hasta el castillo en coche de caballos, una de las opciones disponibles para adentrarse en este paraje.

Entre sus más de 200 estancias destacan el salón de Trono, con 15 metros de altura y flancos decorados con suntuosas arcadas doradas, la sala de los Cantores, la sala del Grial, donde Luis II mostraba su anhelo por la Edad Media, o bien el dormitorio del rey y la capilla, realizados en estilo neogótico. Todo el interior fue encargado a un escenógrafo teatral para que representara las óperas de Wagner.

Lo mejor para apreciar en todo su esplendor este castillo y su posición es acudir primero al mirador situado justo enfrente.

Hohenschwangau

Situado a escasos 2 kilómetros de Neuschwanstein, está Hohenschwangau , un castillo que bien merece, también, una visita. Su interior, convertido en museo, es considerado de gran belleza. Destaca la decoración de sus estancias que conservan el mobiliario original y los frescos de sus paredes.

Esta fortaleza se menciona por primera vez en los registros del siglo XII y hasta el XVI fue propiedad de los caballeros de Schwangau. Durante los años siguientes cambio de manos un par de veces y acabó destruido parcialmente durante diferentes guerras.

Fue en 1832 cuando Maximiliano II, padre del rey Luis II, adquirió las ruinas y mandó reconstruirlo. El rey Luis II no solo pasó su infancia aquí, sino que lo utilizó como residencia de verano hasta su muerte en 1886.

Eltz, Mosela

Eltz es considerado el castillo feudal alemán por excelencia . Esta construcción se distingue por su excepcional arquitectura entre la que destacan sus saledizos, sus paredes entramadas, tejados puntiagudos y ocho torreones de hasta 35 metros de altura. Está en un bosque, en la pequeña localidad de Wierschem, en las colinas sobre el río Mosela, una reserva natural de gran belleza rica en flora y fauna e integrado en una atractiva zona de senderismo con rutas para todos los niveles, como la Eltz Burgpanorama.

La fortaleza cuenta con una historia cargada de mitos, arte, grandes acontecimientos y reconocidas personalidades. Fue levantado entre los años 1150 y 1650 y no se ha destruido nunca. Además, ha pertenecido siempre a la misma familia, algo bastante inusual. Así, ha pasado por 33 generacopmes que pertenecen a una comunidad de herederos formado por tres ramas de la familia Kempenich, Rübenach y Rodendorf, de ahí que tenga tres complejos separados.

Sus ocho siglos de historia quedan reflejados en gran parte del mobiliario que se ha conservado hasta la fecha. Ofrece una cámara del tesoro y armaduras con una colección de piezas de oro y plata de gran renombre mundial. Otras de las estancias a destacar son el salón bajo de Rübenach, el salón de la Bandera o la cocina de Rodendorf.

Hohenzollern

Situado en la región de Baden-Württemberg, en lo alto del monte Hohenzollern y entre las poblaciones de Hechingen y Bisingen, se levanta esta fortaleza de estilo neogótico. Fue en el siglo XIX cuando el rey Federico Guillermo IV, rey de Prusia, mandó reconstruir este castillo , al arquitecto Friedrich August Stüler, para darle el aspecto que conserva hoy día, aunque su historia original se remonta al siglo XI.

Esta joya monumental, que se caracteriza por sus numerosas torres y su robusto aspecto, cuenta con 140 estancias, entre las que destacan la biblioteca, la habitación del Rey, la Cámara del tesoro y el Salón Azul, antiguo aposento de la Reina. Tras su reconstrucción se incluyeron grandes obras de arte que hoy se pueden admirar en su visita.

Para conseguir la mejor instantánea de este castillo lo mejor es ir al Zeller Horn, una montaña cercana que permite ver su silueta rodeada de naturaleza.

Lichtenstein

En los montes Suabos y a unos 60 kilómetros de la ciudad de Stuttgart, está el castillo de Lichtenstein, uno de las más curiosos y bellos de la zona. De estilo neogótico , esta construcción destaca, sobre todo, por su ubicación. Levantado sobre los restos de una fortaleza medieval -que fue el bastión de los Caballeros de Lichtenstein-, entre los años 1840 y 1842, está situado en lo alto de un acantilado a unos 250 metros sobre el rio Echaz y el pueblo de Honau, lugar de nacimiento de los hermanos Grimm, lo que le aporta un mayor encanto.

Fue reconstruido, inspirándose en la novela Lichtenstein de Wihelm Hauff, por orden de Guillermo I de Urach y aunque sigue perteneciendo a la misma familia y, por tanto, es de propiedad privada, está abierto al público.

Castillo de Katz

Con unas impresionantes vistas al valle y los viñedos y a orillas del río Rin, está el castillo de Katz. Fue diseñado originalmente, en el siglo XIV, para proteger el punto aduanero de St. Goar. La fortaleza quedó totalmente destruida durante el asedio de las tropas francesas en el siglo XIX, pero se reconstruyó sobre la base del diseño original 90 años después, aunque se prestó poca atención a los restos medievales y se decoró según el gusto arquitectónico de la época. En la actualidad, este castillo es de propiedad privada por lo que no se puede visitar, lo que sí se puede es disfrutar, una vez al año, de un espectáculo de fuegos artificiales llamado Rhein in Flammen.

Moritzburg

El que era el refugio rural del Elector Augusto el Fuerte descansa en medio de un pequeño lago en la ciudad de Mortizburg, a unos 20 kilómetros de Dresde. Su construcción se remonta al siglo XVI, pero a principios del XIX se realizaron varias ampliaciones con el palacete de los faisanes, el puerto y el faro. En la actualidad, el jardín del palacio, un pequeño complejo de estilo francés al borde del estanque del palacio, está siendo reconstruido de acuerdo a un diseño original de 1740.

Este imponente palacio barroco dispone de unas 200 habitaciones, en las que dllama la atención el gusto extravagante de la época visible en el papel tapiz de cuero y en el cuarto de las plumas, con sus decoraciones de paredes únicas hechas con más de un millón plumas de colores naturales y artificiales. También cabe señalar que dispone de una de las colecciones de trofeos de caza más importantes de Europa.

Castillo de Reichsburg Cochem

Para una ruta por el Valle del Mosela es el castillo de Cochem , una fortaleza imperial que se levanta a lo alto de una colina a orillas del río Mosela. El origen de este castillo no está del todo claro, pero se cree que está en torno al año 1000, de hecho, algunos fragmentos de su estructura así lo sugieren. En 1689 fue destrozado por las tropas francesas, pero en 1868 fue comprado y restaurado en estilo neogótico asociado con el romanticismo del castillo alemán por el consejero de Comercio Louis Ravené. En 1978 el castillo se declaró propiedad de los ciudadanos de Cochen.

En su interior, destacan el salón de los caballeros, el comedor con ornamentos tallados en madera, la sala de ceremonias, la más amplia de todas, y la sala de trofeos. Todo está amueblado con bellos ejemplos de muebles renacentistas y barrocos pertenecientes a la familia Ravené.

Además de ofrecer visitas guiadas, los viernes y los sábados se realizan cenas medievales, bautizadas como las Cenas de los caballeros.