Dónde ver aves en España: diez lugares imprescindibles del turismo ornitológico
Un recorrido de Noja a Doñana o de Villafáfila al Delta de Ebro en busca del vuelo de las aves y de los humedales donde pasan el invierno
M. A. B. / R. P. E. / J. F. A.
El vuelo de las aves, sus trinos o su silueta al atardecer en los humedales forman parte de las mejores experiencias de miles de aficionados a los paseos ornitológicos. En España hay muchas opciones para disfrutarlos, muchos espacios que en estas fechas siempre han sido ( ... y volverán a ser) un centro de atención, con los prismáticos siempre a mano. En estas líneas recorremos diez de esas propuestas, alguna también en Extremadura, donde se celebra cada año la Feria Internacional de Turismo Ornitológico (la decimosexta edición, del 26 al 28 de febrero de 2021, tendrá formato digital).
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Villafáfila y Tierra de Campos (Castilla y León)
La Reserva Lagunas de Villafáfila (Zamora) está formada por tres lagunas principales -Salina Grande, Barrillos y Salinas-, y alberga la mayor densidad de avutardas del mundo. Pese a su corpulencia, se trata de un ave amenazada a escala global y frágil que no soporta bien la presencia humana. De ahí que se recomiende su observación a distancia a través de prismáticos. La web de la Junta de Castilla y León aconseja dos itinerarios que se pueden realizar en coche (de unas dos horas de duración), preferiblemente entre octubre y febrero. Esa ruta también ofrece la oportunidad de acercarse al monasterio cisterciense de Granja de Moreruela , del siglo XII, con numerosos nidos de cigüeña.
La comarca palentina de Tierra de Campos se caracteriza por sus cultivos de cereales de secano, aunque se dan extensas zonas de regadío próximas a importantes vegas. La cigüeña blanca (Ciconia ciconia) y el ánsar común (Anser anser) son las especies más representativas de la laguna de Boada y del embalse de Aguilar de Campoo, respectivamente. La Fundación Global Nature gestiona la Casa Museo de la laguna de Boada (Boada de Campos), en una casa solariega del siglo XVIII, La Panera del Obispo, y el Centro de Interpretación de la Cigüeña Blanca (Barrio de Santa María).
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El Planerón (Aragón)
SEO/BirdLife creó 'El Planerón' en 1992. La reserva ornitológica se sitúa a quince y cinco kilómetros de las localidades zaragozanas de Belchite y Codo, respectivamente. Sus casi setecientas hectáreas se incluyen dentro de la Red Natura 2000. Y han sido declaradas 'Lugar de Interés Comunitario' (LIC) y 'Zona de Especial Protección para las Aves' (ZEPA). En 'El Planerón' sobreviven endemismos botánicos y especies de animales con una distribución muy restringida, como la alondra ricotí (Chersophilus duponti), catalogada «en peligro» de extinción por el Libro Rojo de las Aves de España. Uno de los mayores atractivos de 'El Planerón' lo constituye su balsa de regadío, punto de reposo para una gran variedad de taxones de paseriformes (aves de pequeño tamaño) en sus pasos migratorios de primavera. En invierno, destaca la presencia de centenares de patos de superficie entre cercetas comunes, patos reales o ánades rabudos. Se puede conocer la reserva ornitológica aragonesa en coche gracias a dos itinerarios. Ambos duran alrededor de una hora y su dificultad es baja. Se recomienda recalar primero en el Centro de Interpretación de las Estepas del Valle del Ebro, situado en Belchite.
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Parque Nacional de Doñana (Andalucía)
Hermoso y hostil al mismo tiempo, Doñana es un escenario de dunas móviles, marismas habitadas por aves acuáticas, playas prístinas y retazos de bosque mediterráneo. Para los aficionados a las aves, se trata de una meca a la que volver siempre que se puede en busca de paisajes y recuerdos: la esbeltez de los flamencos, cigüeñuelas y avocetas sobre la lámina del aguazal, donde se desliza una hueste de anátidas y se refleja el fuego de atardeceres; el trasiego de los correlimos, ostreros y gaviotas junto a las espumas marinas; los enormes alcornoques convertidos en pajareras; las dunas sitiando 'corrales' de pinos, asfixiándolos, y, tras los campos de cruces -esqueletos arbóreos-, la vida abriéndose camino de nuevo desde la semilla; los encames de los linces y el vuelo poderoso de las águilas imperiales.
Las visitas al interior del Parque Nacional de Doñana se hacen en vehículos todoterreno por parte de empresas concesionarias o autorizadas. Pueden realizarse en grupo o privadas, clásicas o enfocadas a la observación de aves y fotografía, e incluso combinarse con rutas a caballo. Más información: www.donanareservas.com/es/ Tel. 959 442 474.
Existen seis centros de visitantes en el entorno: El Acebuche, La Rocina, Palacio del Acebrón, Los Centenales, José Antonio Valverde y Fábrica de Hielo. Son complementarios y abundan en diferentes aspectos del Parque Nacional.
En www.miteco.gob.es/es/red-parques-nacionales/nuestros-parques/donana/ es posible descargarse una completa guía del parque.
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Parque Nacional de Monfragüe (Cáceres)
Aquí anida la colonia de buitres negros más importante del mundo, con casi 300 parejas. Esta formidable rapaz, la de mayor envergadura de toda la avifauna europea, construye en los alcornoques unos nidos que, con el uso repetido, acaban convirtiéndose en enormes estructuras de ramas con hasta dos metros de altura y otros tantos de diámetro. Pero hay otras joyas: águila imperial (doce parejas), real, perdicera, culebrera y calzada; elanio azul, búho real, alimoche, halcón peregrino, grulla, cigüeña negra (30 parejas) y buitre leonado (500 parejas). La nómina se completa con nutrias, ciervos, jabalíes y pequeños carnívoros más difíciles de sorprender que las aves.
Una serie de miradores junto a las carreteras que atraviesan el parque nacional, como los del Salto del Gitano, la Báscula y la Portilla, permiten al visitante admirar sus decorados -los farallones de cuarcita que se asoman a los cursos fluviales; las laderas cubiertas de encinas, alcornoques, quejigos, madroños, brezos y jaras; la dehesa eterna- y entrar en la vida íntima de muchas de las especies citadas, pero la recompensa es mayor cuando se camina, por ejemplo, al cerro Gimio o a la garganta del Fraile, porque tras cada recodo del sendero, entre el cielo y el suelo, aguardará un bicho, un paisaje, un olor, una sensación.
Una buena forma de empezar el viaje es con una visita al centro de interpretación de Villarreal de San Carlos.
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Laguna de Gallocanta (Aragón)
La Laguna de Gallocanta , localizada entre las provincias de Zaragoza y Teruel, constituye el principal lago salino de Europa occidental. Dada su importancia para las aves es Refugio de Fauna Silvestre y ha merecido la doble protección internacional de Sitio Ramsar y ZEPA. Supone, además, el punto de paso predilecto (en noviembre y febrero) para la grulla común ( grus grus ) en su ruta migratoria desde las zonas de cría en el norte y centro de Europa hasta los cuarteles de invernada ibéricos. No obstante, se registran altas cantidades de grullas en Gallocanta desde octubre hasta principios de marzo. En el Centro de Interpretación de la Laguna de Gallocanta (976 80 30 69) tendrá más información sobre visitas a la zona.
La Laguna de Gallocanta puede rodearse por carretera y caminos agrícolas en coche (30 km) y recorrerse el último tramo a pie (3 km). Hay dos observatorios que dan al núcleo central del humedal, el Lagunazo Grande: Los Ojos y la fuente del Cañizar. Entre las aves residentes podemos citar al tarro blanco ( tadorna tadorna ), la avutarda común ( otis tarda ), el alcaraván común ( burhinus oedicnemus ), el aguilucho lagunero occidental ( circus aeruginosus ) o el sisón común ( tetrax tetrax ).
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Santoña y Noja (Cantabria)
Pese a que la circundan una decena de ciudades (Argoños, Arnuero, Bárcena de Cicero, Colindres, Escalante, Laredo, Limpias, Noja, Santoña y Voto), así como polígonos industriales y carreteras, la Reserva Natural de las Marismas de Santoña y Noja representa uno de los ecosistemas más singulares de la cornisa cantábrica por su gran valor ecológico. Sus cuatro mil quinientas hectáreas han sido distinguidas como Sitio Ramsar y ZEPA. Las especies más numerosas son las limícolas (aves que se alimentan en los limos), como el correlimos común ( calidris alpina ), el zarapito real ( numenius arquata ), la aguja colinegra ( limosa limosa ), el ostrero ( haematopus ostralegus ) o el chorlito gris ( pluvialis squatarola ). Mención especial merece la espátula común ( platalea leucorodia ), símbolo del parque y protagonista de la lucha proteccionista de este humedal. Los científicos estiman que, al menos, el 20 por ciento de la población europea de espátula común (cuyo nombre remite a la forma de su pico, ideal para capturar peces y crustáceos) pasa por el estuario cántabro cuando migra desde sus colonias de cría en Holanda hasta sus lugares de invernada en Mauritania. Aquí puedes consultar y descargar una guía detallada, con dibujos incluidos, de las aves de Noja.
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Tablas de Daimiel (Ciudad Real)
En el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel apenas hay agua, dicen que un 5% de la superficie total inundada. El acuífero 23 -que debe estar ahí abajo aunque estos días no lo parezca- apenas rebosa. La Mancha Húmeda es un territorio de lagunas inundadas en el que destaca este parque nacional creado en 1973 para proteger un ecosistema en el que pasa sus días, por ejemplo, la grulla común. O la cigüeñuela, con sus patas de alambre de color rojo, su rara elegancia y una engañosa fragilidad.
En Daimiel llevan décadas quejándose de la sobreexplotación del acuífero, de las dificultades del parque para sobrevivir. A los políticos de ahora se les llenan los presupuestos de nuevos cargos 'eco', pero ninguno sabe nada de esto ni hace nada por esto, nos dicen, una vez más, como decían hace unos años, o hace décadas. El acuífero 23, la ausencia de agua procedente del Guadiana, el solicitado trasvase del Tajo-Segura, el humedal que boquea exhausto, la cigüeñuela que pasea casi de puntillas junto a una pequeña laguna, ajena al debate.
En invierno, desde noviembre hasta final de febrero, miles de grullas vienen a este escondite. Lo sobrevuelan alegres, casi en formación. Esta es su oficina. Al atardecer, verlas en sus dormideros es un espectáculo impagable, que disfrutamos desde las fotogénicas pasarelas de madera que serpentean por el parque, entre el masegar, los carrizos, la enea y los tarayes, unos pequeños árboles de ramas desordenadas que viven en ambientes húmedos.
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Parque Regional del Sureste (Madrid)
La riqueza avifaunística de la Comunidad de Madrid (CAM) es relevante, aún siendo una de las autonomías más pequeñas en cuanto a extensión territorial, gracias a su diversidad de ecosistemas y su «elevado grado de conservación», subrayan desde la Consejería de Medio Ambiente, que ha puesto en marcha 28 rutas ornitológicas por la Red de Vías Pecuarias de la región [guía en PDF, aquí ]. La número 18, por ejemplo, discurre por el Parque Regional del Sureste, un área natural de 31.550 hectáreas de superficie en torno a las cuencas bajas de los ríos Jarama y Manzanares, cuyos páramos, vegas, cuestas y cantiles asociados se califican como ZEPA. El Centro de Educación Ambiental El Campillo, situado en la localidad de Rivas Vaciamadrid, es el mejor arranque de la caminata, pues próximo a él se halla una antigua gravera inundada en la que viven ánades reales, fochas comunes, gallinetas comunes, cucharas comunes, garzas reales, cormoranes grandes y cigüeñuelas comunes. Si alza la vista al cielo contemplará halcones peregrinos, roqueros solitarios, aviones zapadores, milanos negros, cernícalos vulgares, cernícalos primillas, abejarucos europeos o búhos reales.
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Parque Natural del Delta del Ebro (Tarragona)
Playas, lagunas dulces y saladas, bosques de ribera, pastos y arrozales... En el Parque Natural del Delta del Ebro hay espacio para todo los gustos avifaunísticos. Cerca de 8.000 hectáreas que son un paraíso de aves. Se benefician de su magnífica ubicación en el litoral las aves migratorias para descansar en las vías del Mediterráneo occidental, pero también otras aves que la utilizan como refugio ornitológico invernal. Estas tierras de Tarragona -una de las zonas húmedas más importantes del Mediterráneo, parque natural desde 1983, humedal Ramsar, Zona de Especial Protección para las Aves y Lugar de Importancia Comunitaria de la red Natura 2000- es esencial para la supervivencia de las aves de humedal y acuáticas. Son decenas de miles de ejemplares de más de 350 especies a las que acercarse por cualquiera de las entradas al parque: L'Ampolla, Amposta o Sant Carles de la Rápita. Pueden verse garzas, gaviotas, martines pescadores, jilgueros, ruiseñores, lavanderas... Y flamencos, por supuesto, especie que se estableció en esta zona como colonia estable en los años noventa. El pasado verano salieron adelante más de 3.000 polluelos de flamenco en estas marisma.En la actualidad, está en periodo de consultas un Plan para la Protección del Delta del Ebro, amenazado por los efectos del cambio climático. El documento puede consultarse en esta página .
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Parque Nacional de Cabañeros (Castilla-La Mancha)
La raña -la llanura de 15 kilómetros de longitud y 8.000 hectáreas de superficie, una de las postales imprescindibles del parque- es un lujo para los amantes de la naturaleza. Mientras el todoterreno zigzaguea entre los árboles, el visitante tendrá la sensación de estar viviendo sus particulares 'memorias de África', aunque esta sabana es tan manchega como Don Quijote. Cientos de ciervos bajan del monte a la llanura cuando llega el crepúsculo para pacer y estirar las patas. El espectáculo aún es mayor en otoño, tiempo de berrea, cuando el aire se llena de desafíos. Arriba, en los quejigos, encinas y alcornoques los buitres negros -ave símbolo de Cabañeros- construyen unos nidos que, con el uso repetido año tras año, acaban convirtiéndose en enormes estructuras de ramas de hasta dos metros de altura y otros tantos de diámetro. El vuelo del buitre parece el de una cometa gigantesca y oscura. La acción del hombre ha propiciado que exista una gran superficie no ocupada por el bosque primitivo; en su lugar se encuentran matorrales de jaras y brezos y pequeñas manchas arbóleas con abedules, fresnos, sauces y madroños. El aclarado del bosque dio lugar a la impresionante dehesa que existe en la raña. Los montes que delimitan esta llanura por el norte y por el sur, como abrazándola, están cubiertos por una piel frondosa y siempre verde.
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