Hazte premium Hazte premium

Diez de las rutas de agua más bonitas de España para hacer en primavera

Un recorrido por diez bellísimos rincones, algunos poco conocidos, después de las nevadas y lluvias de la primavera

Saltón del Nervión desde el cañón de Délica/ En vídeo: La sierra de Ugarra, un enclave natural prehistórico
Saltón del Nervión desde el cañón de Délica/ En vídeo: La sierra de Ugarra, un enclave natural prehistórico GOBIERNO DE NAVARRA/ NATURA 2000

Mar Ramírez

Chaparrones, el deshielo de la nieve de montaña o las últimas tormentas del invierno y la primavera alimentan el despertar del paisaje. Es una promesa de disfrute a pleno pulmón, siempre que los pasos discurran cerca del agua.

1

Vista del Salto del Nervión desde el monte Santiago, en Burgos Iosu Onandia

Cascada del Nervión, Burgos y Álava

La cascada más alta de la península ibérica la crea un joven río Nervión cuando comienza su andadura en Sierra Salvada. Así abandona su discurrir subterráneo por las rocas calcáreas, desde las faldas burgalesas del monte Santiago, creando una espectacular caída de 222 metros. Para abordarla se puede caminar desde el valle de Ayala, en Álava, ascendiendo por el vistoso cañón del río Délica hasta su zona más profunda y rocosa en la base misma de la cascada. Desde la vertiente burgalesa, una ruta circular por el monumento natural del monte Santiago discurre bajo el vuelo de rapaces y con miradores de vértigo como el de Rubén y el Salto del Nervión sobre el cortado desde el que se desprende la cascada en un espectacular paisaje de roca y agua.

2

Chorrera de Despeñalagua José Ibáñez / CC

Chorrera de Despeñalagua, Guadalajara

El agua de lluvia y nevadas atrapada por el pico Ocejón (2.049 m), en la sierra de Ayllón, desciende ladera abajo a través de arroyos y fuentes con estruendo en los dos brazos de la cascada o chorrera de Despeñalagua. Para alcanzarla hay que iniciar sendero de 4 kilómetros desde Valverde de los Arroyos. Desde el campo de fútbol ya se divisa la cascada en la distancia hacia la que nos dirigimos por el camino del Cacerón, que distribuye el agua para regar, hasta su alegre estrépito. Para admirar la cascada desde su punto más alto, una vez atravesada una zona de castaños y una explanada, hacia la derecha, se toma la senda hasta el Hervidero mostrando una perspectiva impresionante sobre la caída de agua.

3

Cascada de los Tilos Olisacu

Cascada de los Tilos, La Palma

Entrar en el bosque de los Tilos, al nordeste de la isla, es como colarse en la jungla. El verdor vegetal del bosque de laurisilva alimentado por la abundancia de agua que discurre por el barranco compone uno de los rincones más espectaculares de la geografía canaria. Desde el Centro de Visitantes, la cascada es apenas un paseo familiar. Además es un aperitivo para conocer el Parque natural de Las Nieves mediante rutas escoltadas de helechos arborescentes, como la que conduce hasta los Nacientes de Marcos y Cordero. Antes de partir hay que atravesar el vertiginoso pasaje del barranco gracias al puente de Los Tilos y dirigirse al monumento de El Enamorado para conocer la leyenda al borde del mar donde un joven fue capaz de morir en las profundidades del cañón por amor.

4

Imagen de la Foz de Lumbier Josep Maria Viñolas Esteva / CC

Foz de Ugarrón, Navarra

Después de entrar en Murillo-Berroya, se llega al caserío de Benarroya con su iglesia de San Andrés en un altozano que ofrece una magnífica vista del desfiladero, más desconocido que la famosa foz de Lumbier, situada a poco más de 10 km. El río Areta, afluente del Irati, nos conduce a un pasaje de agua tranquilo y escondido en el valle del Romanzado. Una senda de 12 kilómetros que entre ida y vuelta requiere unas tres horas. Alrededor, quejigos, encinas y bosque de ribera, junto al gorgoteo del discurrir del río por el desfiladero. A veces bajo el vuelo del águila calzada, otras suspendidos de la roca con vistas panorámicas y otras a nivel de la orilla del río frecuentado por la nutria. De la presencia humana prehistórica en el cañón queda magnífica huella en el dolmen de Ugarrón, al que se accede desde el pueblo de Ozkoidi, situado en una colina en la otra orilla del desfiladero.

5

Laguna del Acebuche Cabaña José Luis Filpo / CC

Laguna del Acebuche, Huelva

En el corazón del Parque Nacional de Doñana, la laguna del Acebuche es un entorno que concentra toda la atención por la gran afluencia de fauna que despierta durante la primavera. Aunque posee una estrella avifaunística que la habita todo el año, como es el calamón, al que distinguiremos por su azulado plumaje y largas patas rojas. Para llegar a la laguna hay que acceder al Centro de Visitantes y realizar una senda de 2 kilómetros entre pinos y álamos con sabinas y acebuches del matorral mediterráneo y aromas de romero, tomillo y jaguarzo donde además se exhiben antiguos oficios tradicionales como el carboneo. Los observatorios de la laguna reproducen las antiguas chozas de carboneros y son un perfecto escondite para observar a las numerosas aves que la frecuentan sin perturbarlas.

6

Ruta al Churron de Borleña Fermín García

Cascada del Churrón de Borleña, Cantabria

Seguir una senda fluvial como la que conduce al Churrón de Borleña, en el valle de Toranzo, es disfrutar plenamente del agua. Esta ruta familiar de 2,8 kilómetros sale del pueblo de Borleña y conduce a una de las caídas de agua más llamativas de la geografía cántabra. Apenas son 20 metros de altura pero, en primavera, repartida entre numerosos hilos de agua deslizándose sobre una gran roca de toba calcárea, cayendo en una poza envuelta del verde paisaje de fresnos, alisos, avellanos y robles, resulta espectacular. Al regreso por la misma senda, se amplía la ruta acercándose a la Piedrona de Villegar, como se conoce a este reloj solar de origen celta, desde donde abarcar una hermosa panorámica del valle.

7

Cañaverales en la Laguna del Tobar Mabelcalabuig // CC

Laguna del Tobar, Cuenca

En realidad son dos lagunas -Grande y Pequeña- convertidas en un destino popular situado apenas a un kilómetro del pueblo de El Tobar, en las proximidades de Beteta. Sus aguas -con 20 metros de profundidad- son más saladas que en el mar, por la disolución de la roca sobre la que se asientan. Las caprichosas formas rocosas erosionadas por el agua y el viento que rodean la laguna Grande invitan a caminar su perímetro de 5 kilómetros, que discurre también junto a la laguna Pequeña, envuelta de vegetación. Durante el verano es además una popular zona porque es apta para el baño.

8

Congost del Mu PMRMaeyaert

Congost del Mu, Lérida

Una ruta junto al río Segre que promete aventura muy cerca del agua nada más iniciarla, junto a la central hidroeléctrica de la presa de Camarasa. En primavera, nutrida por el deshielo, es atronadora por la cantidad de agua que deja caer. La atención enseguida se desvía a las pasarelas de metal suspendidas de la roca sobre el agua donde comienza el camino, que se extiende 13 kilómetros entre ida y vuelta. El siguiente paso conduce a atravesar un puente colgante de madera sobre el río para continuar en dirección a Alòs de Balaguer, ascendiendo, con unas magníficas vistas del desfiladero.

9

Nacimiento del Duero Víctor Salvador Vilariño / CC

Nacimiento del Duero, Soria

Llegar hasta las fuentes del río Duero, en el pico Urbión, conlleva conocer uno de los más legendarios paisajes sorianos como es la Laguna Negra, allí donde viajó Antonio Machado para escribir ‘La tierra de Alvargonzález’. Desde Vinuesa, el aparcamiento a 2 km de la laguna es el inicio del itinerario a orillas del río hasta alcanzar nuestro primer objetivo. Después de admirar sus oscuras aguas rodeadas de pinos, recorriendo su perímetro, la senda asciende junto a un estrecho cauce con cascada que, al culminarla, ofrece una vista elevada de la laguna antes de seguir entre praderas sobre cubetas de antiguos glaciares. Y al cabo, la meta, los 2.228 metros de la cumbre del Urbión donde en la Fuente del Duero se inicia la andadura del río que morirá en Oporto.

10

Laguna Morella, Menorca

Al norte de la isla, la laguna litoral de Morella es destino favorito para los amantes de la observación de aves. Considerada entre los rincones vírgenes en Baleares, forma parte del parque natural S’Albufera des Grau, el espacio natural más extenso y llamativo de la isla. Situada detrás de la tranquila cala Tortuga es refugio para aves acuáticas y la sobrevuela el águila pescadora. Para llegar hay que seguir un tramo del Camí de Cavalls (GR-223), en su etapa entre Es Grau y el cabo Favàritx, desde Son Camami-la. Después de divisar la laguna y sus visitantes alados conviene acercarse hasta el faro de Faváritx. Sus acantilados negros y las pardelas cenicientas sobre el mar ponen un magnífico broche marítimo.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación