Los árboles más raros de España
Castaño de las Siete Pernadas (Tenerife) - Delia Escobar Luis

Los árboles más raros de España

Ejemplares que han sobrevivido a hongos y ciclones, que permanecen en la memoria de los emigrantes, que han sellado historias de amor

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Ejemplares que han sobrevivido a hongos y ciclones, que permanecen en la memoria de los emigrantes, que han sellado historias de amor

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  1. Castaño de las Siete Pernadas (Tenerife)

    Castaño de las Siete Pernadas (Tenerife)
    Castaño de las Siete Pernadas (Tenerife) - Delia Escobar Luis

    Si buscamos la definición de legendario, la Real Academia de la Lengua Española –que ha cumplido 300 años este 2013- nos sugiere la siguiente acepción: Perteneciente o relativo a las leyendas.

    Obra Social Caja Madrid recogió en el libro «Leyendas Vivas» las historias de algunos de los casi cuatro mil árboles singulares que habían recopilado los voluntarios de la organización Bosques Sin Fronteras a lo largo de seis años de trabajo por toda España.

    Nosotros os ofrecemos cinco ejemplos a continuación.

    Castaño de las Siete Pernadas

    Recibe este nombre por las siete ramas que en origen partían de su tronco principal. Hace algunos años que dos de ellas se cayeron, destrozadas por los vientos. Y también hace algún tiempo contaba con una mesa para cinco personas entre sus ramas, a la que se accedía por una escalera de piedra y que los turistas aprovechaban para poner sobre ella sus meriendas.

    De sus ramas también se colgó a reos en otras épocas. Los enamorados que se juraban amor eterno bajo su copa corrían mejor suerte. Quizás por eso durante las sequías acudían hasta él los guanches a bailar y hacer balar sus cabras mientras pedían al cielo que descargara sobre ellos su «furia».

    Ostenta el título del castaño más grueso de España: el perímetro de su tronco mide 13 metros. Se encuentra dentro de una finca de los llanos de Aguamansa (La Orotava, Tenerife). Y se calcula que supera los 500 años de vida.

  2. Carballo de Cartelos (Lugo)

    Carballo de Cartelos (Lugo)
    Carballo de Cartelos (Lugo) - pemarto

    Se trata de uno de los robles más impresionantes de Galicia: alcanza los 36 metros de altura, 11 metros de perímetro y 113 toneladas de peso. Ni siquiera el ciclón «Hortensia», que pasó por la región en 1984, pudo derribarlo.

    Otra fecha para el recuerdo es 1967, cuando técnicos del Instituto de Investigaciones Forestales de Madrid practicaron un pequeño orificio en el tronco y extrajeron una muestra transversal en la que contabilizaron hasta 2.000 anillos de crecimiento anual.

    El conjunto de tumores («verrugas»; «lupias») que rodean a su tronco le confieren un aspecto aún más singular. Por si no fuera suficiente atractivo su conservada estampa. Se lo debe a su ubicación dentro del Pazo de Cartelos, compartiendo bosque con más ejemplares de su especie, lo que ha facilitado que las condiciones ambientales apenas le afectaran. La escasa intervención del hombre sobre dicho lugar también ha influido.

    El municipio lucense de Carballedo lleva en su escudo un roble que evoca al Carballo de Cartelos. Además, el personal de la Xunta recolecta bellotas de este árbol para repoblar en toda Galicia por sus «apreciadas características genéticas».

    Próximo a él discurre el Camino Real de Orense a Lugo y Santiago, trazado sobre la calzada romana que unía Brácara Augusta (Braga) con Lucus Augusti (Lugo) e Iria Flavia (Padrón), arteria vital del comercio y la cultura de la Hispania romana.

  3. Arce de la Silla de Felipe II (Madrid)

    Arce de la Silla de Felipe II (Madrid)
    Arce de la Silla de Felipe II (Madrid) - ayuntamiento san lorenzo de el escorial

    Felipe II venció a las tropas del rey francés Enrique II en la batalla de San Quintín (1557) el día de San Lorenzo (10 de agosto). El monarca español había prometido levantar un monasterio en honor al santo si salía victorioso. Y para cumplir tal voluntad eligió el madrileño municipio de El Escorial, de unos 100 habitantes, próximo a unas sierras graníticas de las que tomar materiales y con agua y un clima propicios. Felipe II supervisó las labores de construcción año tras año desde la lejanía, sentado en un «trono» que mandó tallar en la roca. El asiento real se localizaba cerca de un arce de Montpellier de 10 metros de altura y metro y medio de perímetro (dimensiones muy superiores a las de otros ejemplares de su especie).

  4. El Olmo de Layos (Toledo)

    Olmo de Layos (Toledo)
    Olmo de Layos (Toledo) - ABC

    El Olmo de Layos preside desde hace más de trescientos años la plaza de este pueblo toledano. Supone uno más de los «monumentos» que conviene visitar si atraviesa el lugar mientras circula por el antiguo camino romano que conectaba Emerita Augusta (Mérida) con Toletum (Toledo). Los otros dos, son el palacio de estilo mudéjar de los condes de Mora (s. XV), declarado Bien de Interés Cultural, y la iglesia parroquial de la Magdalena (s. XIV-XV).

    Se aprecia su edad en su tronco, de casi cinco metros de perímetro: está hueco y presenta abundantes agujeros realizados por los insectos perforadores. Aunque resiste al principal enemigo de los olmos: la grafiosis (enfermedad fúngica). El ejemplar se encuentra muy ligado a la historia del municipio, formando parte de su escudo heráldico.

  5. Tejo de Bermiego (Asturias)

    Tejo de Bermiego (Asturias)
    Tejo de Bermiego (Asturias) - Elfo del bosque

    Es uno de los más bellos ejemplares que existen de su especie en Europa por su tronco bien conservado, sin apenas heridas y agujeros, y por su copa aparasoleada y ancha.

    Se encuentra a las afueras de Bermiego (parroquia del concejo asturiano de Quirós), en la falda occidental de la sierra del Aramo.

    Alcanza los 13 metros de altura y supera los siete de perímetro.

    El 27 de abril de 1995 fue declarado Monumento Natural, figura que le otorga protección y le incluye dentro del Plan de Recursos Naturales de Asturias.

    No se sabe con exactitud su edad porque «de él nunca se corta nada -no se puede, pues, extraer una muestra de madera-», aunque se calcula que ésta ronde los 600-900 años, dado que el crecimiento de los tejos es muy lento (entre uno y tres milímetros por año); por su buena ubicación (en una zona con abundante precipitación -900-1400 m3 al año-, una altura aceptable -746 m- y al abrigo del viento y demás fenómenos atmosféricos); y por alzarse al lado de la iglesia de Santa María (que empezó a construirse a finales del siglo XV).

    «A la salida de misa se hacían reuniones bajo el Tejo para tratar asuntos vecinales». Y de los vecinos también se ocupaba el árbol. Se dice que, cuando el cementerio se encontraba junto al templo, este ejemplar intercedía por las almas en tránsito de Bermiego. [La tradición siempre ha visto en los tejos a unos «árboles sagrados» que representan la vida eterna por su longevidad].

    El camposanto cambió de lugar hace más de 150 años, pero no mudó el cariño del pueblo de Bermiego por su tejo. Los emigrantes preguntaban en sus cartas primero por la familia y en segundo lugar por este conífero.

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