Así es el museo del mítico grupo Abba en Estocolmo

Según la página del museo en Facebook , los fans de todo el mundo viven esta inauguración con impaciencia. «Iré allí...», afirma Bea Schroeer, de Berlín. «Después de todo este tiempo, no puedo esperar más para ir», insiste Alexander Kossovsky, desde San Petersburgo.

En Estocolmo, bicicletas y coches rodean el emblema del museo, bautizado Abba-El Museo en un guiño al nombre de la película ( Abba-The Film ). Y los periódicos están llenos de anuncios que invitan a los visitantes a convertirse en el «quinto miembro» de Abba. «Vamos a ofrecer a los visitantes una experiencia única», promete el director del museo, Mattias Hansson. Los visitantes «podrán experimentar lo que los miembros de ABBA han vivido, el sonido de sus voces», dice Ingmarie Halling, conservadora del museo, en alusión a que son los propios miembros del grupo quienes informan a los visitantes en la auidoguía oficial.

Anni-Frid Lyngstad, Agnetha Fältskog, Benny Andersson y Björn Ulvaeus han participado, cada uno a su manera, en la puesta al día del museo. Björn preside el consejo de administración y es el responsable del plan de negocio. «Era escéptico con la idea de convertirme en un objeto en un museo antes de mi muerte, pero ahora entiendo que juntos hemos creado mucho» y que «se trata de un cuento de la Cenicienta que merece la pena ser contado», dijo en octubre durante la presentación del museo. «Me he dicho: quién mejor que yo para hacer esto», le dijo después a a la revista Kupé.

Estos días ya ha sido contundente ante los medios de comunicación: «El nuevo museo dará una imagen completa de la banda, de la música y del éxito increíble que hemos tenido en los años 70 y 80, algo que no hemos podido presentar hasta ahora. Será como un documental musical basado en la experiencia que invita al visitante a pasar detrás del escenario, así al propio escenario y a la zona de público», afirma Björn Ulvaeus.

Este lunes, la víspera de la apertura oficial al público, Björn inauguró el museo en compañía de Anni-Frid y de Benny. En la televisión pública sueca SVT, Agnetha ha aclarado que no podía acudir porque está en Inglatrerra en plena preparación de su nuevo disco, informa Afp.

En las cinco plantas con las que cuenta el museo, la música estará muy presente. «Debemos tener el mejor aislamiento del mundo para escuchar la música», añade Hansson. Pero en su opinión, los visitantes no irán para reescuchar las canciones, sino para revivir los años de actividad del grupo, que no ha salido a escena como tal desde 1982, tras diez años de éxito total.

La visita al museo se inicia con una película de Jonas Åkerlund, que se muestra en una pantalla de 180 grados. El visitante pasa luego Gamleby Folkets Park, que simbolizará el inicio de la carreras de los miembros en los años 60. La muestra luego progresa a través de Brighton en 1974, la escritura de la canción en la casa de campo en la isla de Viggsö, la oficina de Stig Anderson, el estudio del diseñador de moda Owe Sandström, la cocina de Björn y Agnetha, y el legendario estudio de grabación Polar.

El museo presentará igualmente numerosos de sus extravagantes trajes, discos de oro y los ambientes en los que cantaron, incluido su estudio de grabación.

Los cuatro suecos marcaron los años 70 con sus melodías pegadizas, su vestuario y sus videoclips kitsch. Pero la popularidad sobrepasa con mucho al clan de los nostálgicos.Debido sobre todo a la comedia musical «Mamma Mia», de 1999, y a la película, de 2008, la música de Abba ha llegado a un público que no había nacido en su época en activo.

Desde 1974, vendieron 378 millones de discos en el mundo. Solo Elvis Presley y los Beatles les superan, según Afp.

El museo se encuentra en el interior de la Swedish Music Hall of Fame. Esperan unos 250.000 visitantes en 2013.