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Semana Santa en estado puro

La emotividad con la que se sienten las celebraciones en la provincia sobrecoge al viajero, que vive momentos únicos

Así es el cartel con el que Zamora anunciará su Semana Santa 2023

Procesión en la localidad zamorana de Benavente ABC

Alberto Ferreras

ZAMORA

En Zamora se habla de Semana Santa todo el año porque la provincia y su capital ponen a cero el calendario cada Domingo de Resurrección para contar los días que quedan para la siguiente celebración de la Pasión. El fervor con el que ... se viven las procesiones en esta provincia ha hecho de la Semana Santa una de las señas de identidad de Zamora, algo que no pasa desapercibido para el turista, que vive experiencias únicas en los desfiles procesionales de esta tierra y se sumerge en una atmósfera semanasantera que es mezcla de recogimiento, austeridad, autenticidad y honda emotividad. Unas características únicas que entroncan con la etnografía y el particular sentir de un pueblo hospitalario y especialmente receptivo en estas fechas como el de Zamora.

Sin duda, el icono de la celebración se encuentra en la capital zamorana, donde su Semana Santa está declarada de Interés Turístico internacional desde 1985 y Bien de Interés Cultural desde 2015. La ciudad se vuelca en unas celebraciones que incluyen diecisiete procesiones, entre las que causan especial impresión las que se desarrollan a medianoche por el empedrado del casco antiguo de esta ciudad de origen medieval. Pero el viajero ávido de sumergirse en un turismo experiencial único también puede viajar por toda la provincia para disfrutar de la Semana Santa rural, con detalles que permiten apreciar que las costumbres y tradiciones se mantienen allí profundamente vivas.

Bercianos de Aliste

La referencia está en Bercianos de Aliste, un pequeño pueblo de un centenar de habitantes que fue el primero de España en obtener el reconocimiento de Bien de Interés Cultural para sus procesiones del Jueves y el Viernes Santo y que también cuenta con la declaración de Interés Turístico Regional. Sobriedad, autenticidad y una profunda y arraigada religiosidad confluyen en unas procesiones que evocan un realismo y una fuerza únicos. Especialmente sobrecogedora es la representación del entierro de Jesucristo de la tarde del Viernes Santo en un desfile en el que algunos de los cofrades llevan las túnicas de blanco con las que serán amortajados mientras otros muestran la capa parda alistana que se ha convertido en un icono etnográfico de Zamora.

Cofrades de Bercianos con las túnicas que servirán de mortaja ABC

Esa procesión se celebra tras el sermón del Descendimiento y la bajada de la cruz del Cristo articulado que es trasladado en una urna del cristal en un camino del Calvario que representa la esencia del sentir de este pequeño pueblo zamorano en el día en el que se rememora el entierro de Jesús.

El de Bercianos de Aliste es el ejemplo más conocido pero la Semana Santa se vive también con desfiles de gran plasticidad en villas como Fuentesaúco, Villalpando, Fermoselle, Puebla de Sanabria o Alcañices y pueblos como Manganeses de la Lampreana, Villarrín de Campos, Villafáfila, Carbajales de Alba o Fuentelapeña, lo que pone de relieve que en cualquier punto de la provincia se pueden encontrar procesiones de gran atractivo turístico que permiten al objetivo del turista captar momentos únicos.

Desfile procesional en Zamora ABC

En Benavente, la segunda población en tamaño de la provincia, la Semana Santa está profundamente arraigada y entre sus procesiones destaca la tarde-noche del Viernes Santo la Magna Procesión del Santo Entierro en la que desfilan las cofradías y pasos más representativos de la Pasión benaventana. Por su parte, Toro, cuya Semana Santa está declarada de Interés Turístico Regional desde 2007, vive una Pasión sentida con momentos singulares como la bendición de los Conqueros del Jueves Santo, popularmente conocidos como los 'cagalentejas', que hacen juramento de silencio y piden limosnas con sus concas o morteras, un recipiente de madera que se utiliza en las bodegas de esa villa, cuna de la Denominación de Origen Toro, para catar el vino.

Volviendo a la ciudad de Zamora, el visitante tiene este año la oportunidad de disfrutar de una Semana Santa atípica que supone la vuelta a la normalidad tras la pandemia, pero que a la vez representa una situación extraordinaria porque las obras del nuevo Museo de Semana Santa condicionan los recorridos procesionales. Este año, el lugar para guardar los pasos a la salida o la llegada de algunos de los desfiles será en la plaza de Claudio Moyano, junto al mirador de San Cipriano y la plaza de Viriato, donde se ha instalado una carpa de 450 metros cuadrados acondicionada para mantener a buen recaudo las tallas que representan la Pasión en Zamora.

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