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La villa de Kidlington y el misterio de los chinos

Una pequeña localidad anodina, próxima a Oxford, se convierte en destino de moda del turismo asiático, para asombro de sus vecinos

Luis Ventoso

Todo empezó en agosto. Un autobús lleno de turistas chinos hizo escala en Kidlington , una villa soñolienta y agradable, de 13.723 vecinos y situada ocho kilómetros al norte de Oxford , en plena campiña inglesa. Si un visitante se detiene en ... Kidlington, lo normal es acercarse a ver su iglesia de St. Mary, del siglo XIII, o las pintorescas casas de techos de paja que la circundan. Nada de eso hicieron los chinos. Se fueron directos a una calle anodina , de chalés setenteros, con pequeños prados o jardincillos floreados frente de las casas. Sacaron sus cámaras y sus móviles y comenzaron a fotografiar compulsivamente lo más absurdo: coches aparcados, contenedores de basura, los patios ajardinados y las viviendas convencionales de ladrillo, típicas de tantos suburbios ingleses. Desde entonces la riada de asiáticos no ha cesado. ¿Qué está pasando en Kidlington?

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