Seis lugares de Madrid para seguir los pasos de San Isidro

Este espacio, situado en el número 1 de la plaza de San Andrés, ocupa el solar que en su día fue la casa de los Vargas , amos de Isidro, en la que vivió y murió el patrón madrileño.

La exposición permanente recorre a través de una selección de piezas, distribuidas en tres apartados, los orígenes y el desarrollo de Madrid hasta el establecimiento de la Corte. Así, está Antes de Madrid , donde se exhiben los restos prehistóricos, romanos y visigodos; Mayrit-Madrid , donde se plantea la historia de Madrid desde su fundación a mediados del siglo IX por los musulmanes, su incorporación al reino castellano y la llegada de la corte con Felipe II y donde se plasma el desarrollo urbanístico de la ciudad que fue rodeada por numerosas murallas islámicas y cristianas. Por último, está San Isidro , un espacio dedicado enteramente al santo madrileño y a su mujer en el que se pueden ver diferentes pinturas y esculturas que representan la figura de este labrador. Otros espacios que se pueden visitar son el Patio renacentista del siglo XVI, un almacén en el que se muestran una gran cantidad de restos arqueológicos de yacimientos de Madrid y el Jardín Arqueobotánico. No hay que perderse, tampoco, el Pozo de los Milagros , en el que según dice la tradición el santo madrileño salvó a su hijo de morir ahogado.

Situada justo al lado del Museo de San Isidro está la iglesia de San Andrés , una de las parroquias más antiguas de Madrid. Se dice que San Isidro y Santa María de la Cabeza frecuentaban este templo. La iglesia fue incendiada en 1936 al inicio de la Guerra Civil perdiéndose todas sus obras de arte y salvándose únicamente el exterior. El interior fue reconstruido entre 1986 y 1990 tratando de ser lo más fiel posible al templo original. Anexa a la iglesia se creó la Capilla del Obispo , a medio camino entre el arte gótico y el renacentista. Fue construida entre 1520 y 1535 para acoger los restos mortales de San Isidro a petición de Francisco de Vargas. El cuerpo estuvo aquí en diferentes momentos hasta 1669, momento en el que, tras las disputas entre la iglesia de San Andrés y la familia Vargas por ver de quién dependía la custodia del santo, se decidió levantar la capilla de San Isidro , de estilo barroco. Finalmente, sus restos permanecieron en este nuevo emplazamiento hasta 1769.

Este templo fue la catedral de Madrid desde 1885 hasta que se terminó la catedral de la Almudena. La iglesia, situada en el barrio de La Latina, fue proyectada por el jesuita Pedro Sánchez hacia 1620 siguiendo el modelo de la iglesia del Gesú de Roma . En 1769 tras la expulsión de los jesuitas quedó convertida en colegiata y se dedicó al patrono de Madrid, momento en el que fue trasladado su cuerpo desde la iglesia de San Andrés. Fue en ese mismo año cuando Ventura Rodríguez proyectó un nuevo presbiterio y el retablo del altar mayor, que es donde se encuentran los sepulcros de San Isidro y Santa María de la Cabeza, uno encima del otro. Tiene planta de cruza latina con una sola nave y capillas laterales. El tratamiento del espacio interior es de gran riqueza visual gracias a la rica decoración realizada por Ventura Rodríguez en el siglo XVIII. La portada tiene un cierto aire civil y palaciego. En 1936 fue incendiada perdiéndose casi la totalidad de las cubiertas y la cúpula central. Javier Barroso fue el encargado de su reconstrucción y restauración.

Situada frente al Palacio Real está la Catedral de la Almudena , dedicada a la virgen del mismo nombre con la que San Isidro comparte el patronazgo de la ciudad. En este destacado monumento también hay referencias al santo, como la fachada principal que está presidida por las estatuas de San Fernando, Santa Teresa de Jesús, San Isidro y Santa María de la Cabeza .

En su interior destaca la capilla central dedicada a San Isidro y a su esposa, Santa María de la Cabeza. Las imágenes de ambos santos de estilo barroco (siglo XVII y XVIII) son atribuidas al escultor barroco Villabrille y Ron y flanquean el arca funeraria que contuvo los restos incorruptos del santo. Esta arca, del siglo XIII, presenta escenas de la vida del santo pintadas al óleo sobre cuerdo estucado.

Además, en el museo que alberga el edificio se presentan una serie de piezas que siguen un hilo discursivo de la presentación de la diócesis de Madrid y continúan con la fundación de la Catedral, la figura del obispo en la iglesia, el origen del culto a Santa María de la Almudena y finaliza con el recuerdo a San Isidro Labrador como ejemplo de cristiano del Madrid medieval. Aquí está, también, el códice de San Isidro , pergamino manuscrito del siglo XIII que ofrece detalles sobre su vida y relatos de los más de 400 milagros obrados.

La ermita de San Isidro está situada en los llamados campos de Carabanchel, tierras que pertenecieron a la familia Vargas, junto al manantial que según cuenta la leyenda el santo había hecho brotar milagrosamente para dar de beber a su amo una calurosa tarde de verano y a cuyas aguas se le atribuyen propiedades curativas. La fecha de construcción no está clara, pero los primeros testimonios de su existencia datan de 1499. En 1528 la emperatriz Isabel de Portugal mandó levantar un nuevo santuario junto a la fuente porque sus aguas curaron a su hijo Felipe II de una rara enfermedad que sufría y en 1724 Baltasar de Zúñiga, el virrey de Nueva España, mandó rehacer el Oratorio debido al ruinoso estado del edificio. Posteriormente tuvo que ser reconstruido sigiuiendo en modelo de Zúniga, entre 1940 y 1941, por la Archicofradía Sacramental de San Pedro, San Andrés y San Isidro por haber sufrido un incendio.

La pradera es el lugar más mítico de reunión de todos los madrileños y turistas durante las fiestas de San Isidro. Aquí se celebran distintos conciertos, talleres para niños y espectáculos infantiles, la tradicional verbena con el castizo Baile Vermú , así como fuegos artificiales. Aquellos que quieran meterse aún más en el ambiente pueden optar por llevar los trajes típicos de chulapa, con el mantón de Manila, y de chulapo, con el chaleco y parpusa.

Además, es momento de degustar uno de los dulces típicos de estas fechas, las rosquillas . Así pues, se puede elegir entre las básicas que son las tontas o las listas, que llevan glaseado. Este 2022 las celebraciones son más especiales porque es su año Santo (por el IV Centenario de su canonización) y se expondrá, por primera vez desde 1985, su cuerpo incorrupto.