Historia del camino olvidado hacia Santiago que vuelve a recibir peregrinos

En los años 70 conocí a Elías Valiña, cura de O Cebreiro (Lugo) , el primero que señaló la ruta jacobea. La historia es de sobra conocida. Como no encontró pintura blanca, consiguió gratis amarilla de unas obras, y de ahí el color de las señalizaciones hoy día. Cincuenta años después José Antonio Cuñarro, que fue minero y ha recorrido como peregrino todos estos caminos históricos, ha marcado, también en amarillo, esta antigua ruta. Es el Camino Olvidado , al que antes se llamaba 'Camino Viejo'.

Junto al Primitivo y el de la Costa, es de los más antiguos. Del siglo IX al XII fue muy utilizado , pues muchas de sus etapas transcurrían por buenas calzadas romanas. Cuando el Francés tomó importancia se fue abandonando, pero nunca desapareció del todo. De su importancia habla el hecho de que, solo en la provincia leonesa, atraviesa cuatro reservas de la biosfera. El historiador Jacinto Prada, junto con José Antonio Cuñarro, llevan años recuperando el antiguo trazado y conocen bien la historia de lo que ha vuelto a ser desde 2015 senda desbrozada y accesible . Ambos formaban parte hace años de El Foro Amarillo, una de las webs más populares de peregrinaje de España.

Entre las muchas historias del Camino destaca, allá por la etapa 11, ya en León, la de San Martín de Valdetuéjar , con una bella iglesia románica con sirenas esculpidas. Se dice que unas peregrinas sedujeron a monjes del monasterio de San Martín y el abad Guillermo las transformó en sirenas del río Tuéjar y a los monjes les obligó a levantar una iglesia en cuyos capiteles y aleros se ven sirenas. No hay mal que por bien no venga. Si se pasa por allí el día de San Juan se las oye cantar. Eso es lo que dicen.

Etapas más adelante el camino cruza por los municipios de Valdepiélago y La Pola de Gordón, en León -de donde parte otro camino también olvidado: el Valiniense-, entre impresionantes moles de roca, bosques y cascadas. Tan duro era que, para hacerlo más asequible a los peregrinos de ahora, se han habilitado seis desvíos en llano en las 22 etapas.

Después se pasará por el bello pueblo de Colinas del Campo de Martín Moro Toledano que tiene el nombre más largo de todos los de España. Hay tumbas antropomorfas y, cerca, queda el paraje de la Cercenada con una cruz (la primitiva fue cortada por el mismo Almanzor en una de sus campañas) que indica un importante cruce de caminos y donde la vegetación se hace más frondosa anunciando ya la entrada en El Bierzo . Allí se unirá al Camino Francés y a otro también histórico: el Cepedano, que unía León con El Bierzo (fundado por los Hospitalarios de San Juan de Jerusalén). Lo que sí se ha conservado por todo el Camino, a pesar de los siglos pasados, son los nombres: Campos de Santiago, iglesias de Santiago... O puentes: de Santiago, del Perdón... Fuentes: de los Peregrinos, del Romero... Puertas: del Perdón, de Santiago, de los Peregrinos...

Como decía un peregrino alemán (hay casi más de esta nacionalidad, ingleses y franceses que españoles), «en realidad solo hay un camino, el que conduce desde tu pueblo a Santiago».

El Camino Olvidado consta de 22 etapas (21 según algunas guías, que unen dos de ellas). La primera, de 25 km, sale de Bilbao y termina en Güeñes; la última, de Cabañas Raras a Villafranca del Bierzo, 16,1 km. Se une al Camino Francés en Columbrianos, solo unos pocos kilómetros al oeste de Ponferrada. En total son unos 650 km. Esta poco conocida ruta de peregrinación transcurre por Vizcaya, Burgos, Palencia, Cantabria (pasa por Julióbriga, la ciudad romana más importante de las nueve fundadas en Cantabria) y León. Es un camino muy interesante, tanto desde el punto de vista de los monumentos (como la iglesia parroquial de San Martín de Valdetuéjar, un templo románico del siglo XII) como del paisaje, y más tranquilo que el muy frecuentado Francés.

Más info: www.elcaminoolvidado.com