Las mejores rutas de Interrail por Europa para este verano

El funcionamiento es fácil y permite que cada uno se diseñe una aventura a su medida. Los interesados, que normalmente son jóvenes, deben comprar un pase especial, que es personal e intransferible y que permite viajes libres durante un tiempo determinado en unas 40 compañías ferroviarias y ferries que operan por 33 países europeos. Se calcula que con él se pueden llegar a pisar más de 40.000 destinos. Los residentes en la mayoría de países europeos pueden adquirirlo.

La comodidad con estos billetes son máximas ya que en muchos casos los viajeros no deben ni realizar una reserva de asiento previo, aunque lo mejor es ir con una ruta preparada para que no haya imprevistos. La mochila, eso sí, es lo más 'problemático', y es que no es fácil elegir equipaje para tantos días y con maletas que deben ser lo menores posibles.

Además, Interrail ofrece dos billetes con precios distintos: globales o locales, en función de si únicamente se viaja por un solo país o si se permite pasear por prácticamente toda Europa. Por si esto fuera poco, el pase permite viajar en trenes nocturnos y de alta velocidad, en cuyos casos sí se pide reserva de plaza previa. Dicho esto, ¿cuáles son las escapadas más interesantes para este verano?

Cada uno tiene sus gustos por lo que es difícil aconsejar sobre la ruta idónea a efectuar en un Interrail, en todo caso, hay propuestas resultonas que hay que tener en cuenta. Entre ellas destaca el viaje pensado para descubrir capitales centroeuropeas, que están relativamente cerca en tren y que permiten a uno empaparse de cultura e historia.

Un buen viaje de este tipo organizado desde España y pensado como ruta circular podría tener parada en Niza y París (Francia), Bruselas (Bélgica), Amsterdam (Países Bajos), Berlín (Alemania), Praga (República Checa), Budapest (Hungría), Viena (Austria), Múnich (Alemania) y Venecia y Milán (Italia) hasta volver a España por Francia.

Pero Europa es mucho más que estas capitales, por esto, algunos optan por llegar a otras capitales más nórdicas, como Londres (Gran Bretaña), Copenhaguen (Dinamarca), Oslo (Noruega), Estocolmo (Suecia), Helsinki (Finlandia) o Tallín (Estonia). Seguro que quienes vayan a estos destinos aprovechan y paran en otras ciudades de la península escandinava.

Otros prefieren algo más lejano, puesto que estas ciudades son relativamente accesibles con vuelos 'low cost' y apuntan a más lejos. En este sentido se puede optar por una ruta greco-romana que seguro que no decepciona a los aficionados a la historia. Italia (con paradas en Roma, Nápoles, Florencia, Ancona o Verona y Venecia, por ejemplo), Croacia (con Dubrovnik, Zagreb o Split) y Grecia (con Corinto, Atenas, Olimpia y Tesalónica) son los países predilectos.

Quienes quieran historia más reciente tienen en los Balcanes otra gran ruta. Y es que la zona, tristemente conocida por las recientes guerras, tiene también mucha historia y un encanto único. Por este motivo, los más aventureros pueden acercarse allí. Les esperan las zonas de Sarajevo (Bosnia), Podgorica (Montenegro), Belgrado (Serbia), Bucarest (Rumanía), Sofía (Bulgaria) o incluso Estambul o Ankara (Turquía).

Todas estas rutas se fijan en las grandes ciudades pero Interrail permite mucho más y adentrarse en zonas más rurales. Así, y solo por poner un pequeño ejemplo, la Toscana en Italia, la Selva Negra alemana, la cultura flamenca belga o la Bretaña y la Normandía francesa pueden ser solo algunos de los destinos en los que detenerse y conocer un poco más la cultura local europea.