Tres espectaculares palacios de Madrid que se pueden visitar y admirar

Construido entre 1767 y 1785 por orden del III duque de Berwick y de Liria, don Jacobo Fitz-James Stuart y Colón, el Palacio de Liria es una de las residencias privadas más importantes de Madrid. Esta construcción es obra de Ventura Rodríguez, quien sustituyó a Louis Guilbert completando así un edificio de estilo neoclásico, de planta rectangular, alargada y compacta en su interior. Durante la Guerra Civil Española el edificio sufrió varios incendios que destruyeron todo su interior quedando en pie exclusivamente sus cuatro fachadas. La reconstrucción corrió a cargo del XVII duque de Alba don Jacobo Fitz-James Stuart, labor que culminaron los XVIII duques, doña Cayetana Fitz-James Stuart y don Luis Martínez de Irujo. El arquitecto Manuel Cabanyes fue el encargado de construir el nuevo Palacio de Liria, quien, utilizando los planos de Lutyens, modificó su escalera principal, la capilla y el zaguán.

En la visita a su interior se puede vivir la historia de uno de los más distinguidos linajes de España a través de documentos, cuadros, esculturas, tapices y otras obras que en él se conservan. La colección histórico-artística fue incorporándose gracias a la labor de mecenazgo y coleccionismo de los duques de Berwick y de Alba durante más de 500 años. En las visitas, que se realizan en grupos con inicio cada 30 minutos y tienen una duración de 65 minutos, la música clásica es un buen hilo conductor. Entre las diferentes estancias que se pueden ver están la biblioteca, el Salón de baile, la sala del Gran Duque, el salón Estuardo o el Italiano.

El precio de la entrada general es de 15 euros, mientras que aquellos que deseen una visita guiada en un grupo de un máximo de15 personas deberán abonar 35 euros.

El Palacio de Linares, sede de la Casa de América desde 1992, está situado en el corazón de la capital, en la plaza de Cibeles. Se empezó a construir en 1877 como residencia de los Marqueses de Linares, quienes lo habitaron desde 1884, aunque la decoración interior no finalizó hasta 1900. El trabajo arquitectónico corrió a cargo de Carlos Colubí, Adolf Ombrecht y Manuel Aníbal Álvarez. La fachada, en piedra caliza en el exterior, y piedra y ladrillo en el jardín, combina con gran elegancia elementos decorativos de estilo francés e italiano. El interior fue embellecido por los grandes pintores españoles del momento, como Francisco Pradilla, Manuel Domínguez y Alejandro Ferrant, así como con tapices, estucados, suelos de madera y mármol y mosaicos. En 1976 fue declarado Monumento histórico-artístico evitando así que acabase derribado. Después de la primorosa restauración llevada a cabo entre 1990 y 1992, hoy en día el Palacio de Linares es uno de los edificios mejor conservados del siglo XIX en Madrid y todo un referente de encuentro cultural, político y social de América Latina.

En la actualidad se realizan visitas guiadas en las que se puede conocer las diferentes estancias del palacio acompañados por especialistas en historia y arte, así como las historias y leyendas vinculadas al edificio. Las visitas se realizan los viernes en dos pases (18.00 y 19.30 horas) y los sábados y domingos en 3 pases (11.00, 12.00 y 13.00) El precio de la entrada general es de 8 euros. Además, se alquilan diferentes estancias para eventos privados.

El origen de este palacio se remonta a 1753 cuando Blas Jover, miembro del consejo de Fernando VI, construye su vivienda en unos terrenos obtenidos por la parcelación de los huertos del Convento de Santa Isabel. En 1769, tras varios traspasos de la propiedad, Miguel José María de la Cueva, XIII duque de Alburquerque y IV marqués de la Mina, adquiere y transforma la vivienda. En 1815, Felipe María Osorio de la Cueva, VII conde de Cervellón, hereda la mansión. Posteriormente contrae matrimonio con María Francisca de Asís, II duquesa de Fernán-Núñez, y reforman la mansión entre 1847 y 1849 convirtiéndola en el Palacio de estilo romántico que se conserva actualmente. Desde 1985 es la sede de la Fundación de Ferrocarriles Españoles.

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Este palacio se articula en dos áreas. La noble, que es la que mejor se conserva, está decorada con alfombras y tapices de la Real Fábrica de Santa Bárbara, algunos basados en cartones de Goya, lámparas de cristal de Murano y Baccarat, sedas y otros elementos de lujo. Por su parte, la de servicio se transformó en oficinas a partir del año 1941. Entre sus diferentes estancias destacan el Salón de Baile, que recuerda a la Galería de los Espejos de Versalles, el Salón Isabelino y el Comedor de Gala.

En la actualidad este palacio se alquila para eventos de empresa, convenciones y rodajes de cine y televisión. Además, se realizan visitas guiadas en grupo en un recorrido de una hora y media de duración previa solicitud en la Fundación de los Ferrocarriles Españoles.