TURISMO
En busca de los rincones murcianos de buena crianza
Esta ruta nos adentra en algunos de los parajes con más historia de la Murcia interior, donde se crían los magníficos ejemplares de este cerdo autóctono
GUÍA REPSOL
Esta ruta recorre las tierras donde se cría en cerdo autóctono llamado Chato Murciano hasta hace poco una raza en peligro de extinción. Iniciamos el recorrido en Bullas , un pueblo con marchamo vinatero y agrícola. En la plaza de España, un arco medieval nos ... sitúa en la antigua entrada al castillo, del que se conservan restos en la calle Peseta y en el interior de viviendas. Durante el paseo debemos reparar en algunos puntos de interés: la iglesia del Rosario, de finales del siglo XVII, la Casa de la Cultura, un hermoso palacete de estilo modernista, y la Casa-Museo de Don Pepe Marsilla, donde se recrea el modo de vida de las clases pudientes a principios del siglo XX.
En el entorno natural de Bullas destaca el barranco de la Regidora, uno de los parajes con más encanto de la región. El valle del Aceniche y el cauce del río Mula, con varios saltos de agua, tampoco dejan indiferente al viajero.
Desde Bullas, la carretera C-415 nos lleva hasta Cehegín . Los yacimientos de esta localidad evidencian el asentamiento de culturas prehistóricas desde hace 4.500 años. El enclave más conocido es Begastri, donde los arqueólogos han desenterrado restos íberos, romanos y visigodos.
Callejeo monumental por Cehegín
Por la Cuesta del Parador y la calle López Chicheri accedemos a la parte más vieja y señorial de Cehegín. Aquí nos topamos con el palacio de Jaspe, hoy sede del Ayuntamiento. Las siguientes paradas son el Hospital de la Real Piedad, el Casino y la Casa del Duque de Ahumada, con una espectacular escalera rematada por un torreón. A un paso, la plaza del Castillo aparece flanqueada por la iglesia de Santa María Magdalena y los restos de las murallas almohades del siglo XII. Al mismo espacio urbano se asoma el Museo Arqueológico, acondicionado en el palacio de los Fajardo y la Casa del Concejo.
De nuevo enfilamos la C-415 para entrar en Caravaca de la Cruz , una de las cinco ciudades santas del catolicismo. El centro espiritual y monumental de la villa es la basílica-santuario de la Santísima y Vera Cruz, en la que se veneran dos astillas de lignum crucis donde habría sido crucificado Jesucristo. En torno a la basílica se agrupa el resto de Caravaca, con ermitas, iglesias y conventos. De su arquitectura civil cabe destacar un edificio barroco llamado Templete o Bañadero y los restos del recinto amurallado.
A Moratalla , última parada de la ruta, llegamos también por la C-415. Uno de sus edificios más llamativos es el convento de San Francisco, con su portada barroca. Luego, tras pasear por sus callejuelas y plazas, todo a la sombra de su imponente castillo, podemos visitar la ermita de Santa Ana. En la cercana sierra de Benamor encontramos el santuario Casa de Cristo, del siglo XV, donde abre sus puertas el Centro de Interpretación del Arte Rupestre.
Se puede acceder a esta zona por el puente de Jesucristo, construido en 1562. El puente de Hellín, de la misma época, nos conduce al paraje de Las Cañadas, broche paisajístico a esta incursión por las agrestes y nobles tierras del oeste murciano.
Rincón del Chato Murciano
Los ejemplares de la raza chato murciano poseen una carne de sabor similar a la del cerdo ibérico. Esta especie porcina se desarrolló entre finales del siglo XIX y principios del XX a partir de ganado perteneciente al tronco ibérico de la raza gabana, cruzado con variedades de origen asiático y centroeuropeo.
Este cerdo se distingue por tener una cabeza pequeña y ancha, orejas cortas y un morro grueso y fuerte. Se alimenta de un pienso elaborado con cereales y productos de la huerta. En la actualidad, casi una veintena de granjas repartidas por la Región de Murcia trabajan con el objetivo de preservar esta raza, legítima heredera de la cultura campesina local. Su carne, gracias a la adecuada proporción de magra y grasa, es excelente para elaborar embutidos y jamones olorosos, grasos y sabrosos de primera calidad.
Esta carne es fuente de proteínas de alto valor biológico, grasa, minerals y vitaminas del grupo B. El contenido en grasa será diferente según la parte elegida del animal, pudiendo oscilar en más de 20 g por 100 g de alimento. En relación a la calidad de dicha sección, su contenido de ácidos grasos monoinsaturados es muy elevado. Fundación Española de la Nutrición. Garantía de Calidad Agroalimentaria (G.C.A.)
Fuente: Guía Repsol .
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