Salamanca: una despensa amplia y de calidad

Sus inmensos campos llanos donde se cultivan leguminosas, cereales y patatas, sus escarpados terrenos poblados de olivos y almendros, su dehesa y su extensa cabaña ganadera, la reconocida industria chacinera, su producción hortícola, su increíble potencial para los amantes de la caza y las setas , y sus dos pujantes zonas vitivinícolas: Sierra de Francia y Arribes , forman los vértices de una gastronomía particular, sólida y muy asentada. Son muchos los ejemplos gastronómicos que ofrece esta provincia, entre los que destacan sus embutidos, que tienen como insignia principal el jamón ibérico, que se ha consolidado como el mejor embajador de los productos y la industria agroalimentaria salmantina.

Sin dejar de lado sus embutidos, ya que tiene como base principal alguno de ellos, no podemos dejar de detenernos en el hornazo, posiblemente la receta más conocida de la gastronomía salmantina. Fiel también a la tradición y buen hacer de los productos del cerdo, uno de los símbolos de la comarca de Ciudad Rodrigo es el farinato . Otro de los puntales de esta variada oferta gastronómica son sus afamadas legumbres. La zona de producción de las lentejas engloba diversos municipios de la comarca de La Armuña , situados al noreste de la provincia. Junto con la lenteja, otro de los protagonistas es el Garbanzo de Pedrosillo, o «pedrosillano», también amparado con la Marca de Garantía.

Salamanca también es sinónimo de tierra de quesos y de carnes. En su haber cuenta con una de las marcas de garantía más importantes del país, Queso Arribes del Duero , en cuanto a queso de oveja de leche cruda se refiere.

No obstante, a lo largo de su extensa geografía encontramos otras zonas en las que disfrutar de grandes varied ades. Es el caso de Moleras, en la comarca de Ledesma, que cuenta con la primera quesería ecológica certificada de la provincia. Por otra parte, cochinillo, cabrito y cordero lechal forman un triunvirato mágico para los amantes de la carne. Junto a ellos, la Ternera Morucha , que la provincia luce como uno de sus buques insignia, o la Ternera Charra. Setas, caza, limón serrano o patatas meneás serán también unos perfectos compañeros de fatigas para cualquiera de los vinos de Sierra de Francia o Las Arribes, que se elaboran con tanto mimo en esta tierra agradecida que se desvive por el turista.