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Cómo y dónde resetear el organismo después de los excesos

Plan «détox»: técnicas y direcciones para depurar el cuerpo después de las fiestas

Bowl Bar «Patarashca» de la selva y sopa de elote

Emma Sueiro

Siempre hay una promesa que se hace al comenzar el nuevo año: la de «resetear» nuestro organismo cambiando los hábitos culinarios y practicando ejercicio físico. La segunda puede comenzarse el mismo día 1, pero modificar el régimen alimenticio debe esperar al 7 de enero. Porque son muchos los excesos que cometemos durante la Navidad. No nos privamos de nada y eso tiene un precio. Por ser tan permisivos, hay que tomar medidas drásticas y depurar el cuerpo con la mejor dieta «détox».

Pero, ¿de qué trata esta tendencia? No es más que una estrategia de limpieza y desintoxicación del organismo que se consigue haciendo un previo plan de choque alimenticio para eliminar todo tipo de toxinas. El objetivo es tonificar nuestro cuerpo en este recién estrenado 2019 con algunos métodos infalibles. Y comenzamos con la lista de la compra: leche de avena; frutos secos (como la nuez); yogures desnatados; cereales integrales (como los copos de avena); vegetales, de hoja verde (como las espinacas, acelgas) y también cebolla, calabacín, alcachofas; proteínas magras (como el pollo o el pavo), y, entre las frutas, kiwis, manzanas, frutos rojos o plátano. Sirope de arce (en lugar de azúcar), aceite de oliva virgen, pasta integral y semillas (sésamo, lino, chía, etcétera) completarían nuestra despensa.

Técnicas de choque

Durante una semana -como recomienda el doctor Alejandro Junger en su libro «Clean» (Oniro)- se prescindirá del alcohol, la cafeína, el azúcar refinado, el gluten, el maíz, la soja, el arroz blanco y de algunas verduras solanáceas, como los pimientos. Se retoman las cinco comidas y se prepara un caldo-puré verde que se puede tomar durante toda la jornada porque, aparte de sano, sacia. Tan solo hay que hervir en litro y medio de agua durante 15 minutos espinacas, acelgas, calabacín, cebolla, lentejas cocidas y tronco de apio. Una vez hervido, se tritura todo y se salpimenta al gusto. En esos siete días, la depuración consiste en un régimen con bajo contenido calórico y alto en antioxidantes; minerales; aminoácidos; vitaminas, sobre todo B y C; fibra, y proteínas, a la plancha o al vapor.

Por ejemplo, desayunar zumo de naranja natural y un buen bol de copos de avena con leche del mismo cereal enriquecido con frutos rojos se traduce en empezar el día con energía. Un almuerzo a base de mini bocadillo de pan integral con pavo o jamón ibérico y una infusión es un gran aliciente, elección que puede ser sustituida por un plátano o una manzana. La merienda consistirá en una pieza de fruta y un yogur desnatado.

Para beber «détox» , imbatible el nuevo sabor de Komvida (manzana, canela y vainilla), la primera marca de kombucha «premium» y ecológica española. Otra opción la ofrece MayTea , con su gama de tés naturales enriquecidos con frutas. O se puede decantar por el BiboDetox , inspirado en la cocina viajera de Dani García, a base de umeshu, té verde, jazmín, albahaca, piña, sirope de agave y lima. Y, como platos fuertes, mil y una ensaladas, como las de «El Mercado» de Tatel . Perfecta la de quinoa con remolacha, manzana y nueces. El panaché de verduras «détox» de Enrique Díaz para Huerto y Cucharón de Platea es otra sugerente muestra, compuesta por kale, bimi, apio, espinacas, calabaza y coliflor, y sazonada con cúrcuma. Nos saltamos al doctor Junger (aunque seguimos «light») para disfrutar con unas ostras con ponzu cítrico y ensalada de algas hijiki con tobiko y mizuna, de Bacira . Continuamos con el calamar con erizo versión Kabuki , de Ricardo Sanz; la «patarashca» de la selva (fórmula del Amazonas para cocinar pescado dentro de una hoja vegetal), de Bowl Brunch y rematamos los pescados con el ceviche de ají amarillo de Albert Adriá, en Pakta o el lomo de atún al teriyaki, de La Contraseña . Y, nos podemos permitir un capricho de carne roja a la parrilla, como la de auténtico buey de El Capricho , en Jiménez de Jamuz. Completaríamos la depuración con la técnica del «clean sleeping» (para lograr un sueño de calidad, que ayuda a controlar el peso) y con ejercicio físico. ¿A que no es tan difícil vivir «healthy»?

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