En Suiza, en cuanto llega la primavera, llueve verde. Las montañas relucen -radiantes- como en un cuadro impresionista. El sol lame la piel de este paisaje de Heidi, unas laderas en las que las únicas manchas marrones las ponen las casas de madera, las siluetas de los pequeños pueblos. Con el buen tiempo, los senderistas llenan los campos armados de bastones, mochilas y agua. En las cumbres aún queda algo de nieve, la que se irá y la eterna de los glaciares, como el inolvidable Aletsch, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Los meses de sol también son en Suiza el momento de recuperar tradiciones ancestrales, de altas cumbres, vacas y sentimiento popular. Por si tiene pensado visitar el país helvético este verano, hemos puesto el foco sobre cuatro de estas tradiciones, sorprendentes para quienes no conozcan el país.
La primera de ellas es la lucha de vacas en el Valais, tierra en la que habita la raza herens. Son animales negros, de cuernos cortos, no muy corpulentos pero sí fuertes, rocosos. En cuanto empieza la primavera combaten entre sí para decidir quién será la vaca-guía en el camino hacia los pastos de las montañas. Hay combates organizados, al estilo de los rodeos americanos, y también espontáneos. En cualquier caso, cada vaca elige a su rival, entrechocan sus cabezas, se empujan sin pausa hasta que una de las dos cede y abandona la pelea.
Citas en verano: 4, 8, 11 de agosto, 22 y 29 de septiembre en diferentes localidades del Valais.
La lucha libre suiza
Esta vez, la lucha es entre hombres, aunque a menudo tan fuertes y rocosos como las vacas. Los luchadores llevan una camisa y pantalón largo, y encima, un pantalón corto que su rival sujeta con toda la fuerza del mundo, mientras intenta derribarlo de espaldas. Según las estrictas leyes del combate, el resultado sólo es válido si ambos omóplatos reposan sobre el suelo dentro del círculo de serrín. La pelea se realiza en un ring de arena como los que se aprencian en la fotografía, en plena naturaleza. Se trata de una tradición cuyos orígenes hay quien los sitúa entre los siglos XII y XIII, aunque aumentó evidentemente su popularidad a raíz del Unspunnen Festival, en 1805.
La lucha tradicional está presente, con distintos estilos, en decenas de países del mundo, pero en el caso suizo se ha convertido en una seña de identidad nacional. En la fiesta de Burgdorf de final de agosto pueden reunirse decenas de miles de espectadores, lo que da idea de la popularidad de este deporte. Se celebra cada tres años y allí se elige al rey de la lucha. Hay otros festivales locales a lo largo de todo el verano, y, por supuesto, el citado Unspunnen Festival, que no tendrá una nueva edición hasta 2017.
Fiesta Federal de lucha suiza en Burgdorf, Berna, 30 de agosto-1 de septiembre.
Ondeo de banderas
No es tan fácil como parece. Ni mucho menos. El ondear de banderas es otro deporte nacional suizo, y require un entrenamiento riguroso porque cualquier error al ejecutar una pirueta arruina la fiesta. Hay que tener en cuenta que se cuentan hasta 99 ondeos y lanzamientos diferentes, acompañados del sonido de cuernos alpinos, como los que muestra la fotografía. En los festivales que se realizan en diferentes localidades, los grupos compiten entre sí en números de unos tres minutos de duración.
Desfile el 1 de agosto, Fiesta Nacional Suiza, en Brunnen (Lucerna).
La fiesta del queso
Fiesta del queso en el cantón de Berna-
Vacas, banderas y lucha suiza son tres patas de una posible mesa de las señas de identidad suizas. Para la cuarta pata tendríamos elegir los quesos. Cualquier comida suiza que se precie tendrá este ingrediente. Para comprobar su magnitud, y sus sabores, en verano podemos asistir a la fiesta del Chästeilet, una cita acompañada de música y desfile de ganado en la que los campesinos muestran y reparten su producción veraniega de queso. En el cantón de Berna se celebra el fin de la época de pastoreo con una de estas fiestas Chästeilet. El nombre queso alpino es una denominación protegida, reservada solo a aquellos quesos producidos en verano directamente en las explotaciones alpinas.