el 'milagro' DE LOS ANDES
El hotel abandonado que está a solo 24 km del accidente de 'La sociedad de la nieve'
El hotel Termas El Sosneado (Mendoza, Argentina) se inauguró al final de los años 30. Cerró en los 50. Sus ruinas son hoy la base de operaciones para una excursión que lleva hasta el memorial del accidente
El hotel abandonado que tiene una de las vistas más espectaculares del mundo
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Iniciar sesiónEl ingeniero Frank Romero Day, ministro de Industrias y Obras Públicas, pensó en el lugar donde nació (Mendoza, Argentina) e imaginó un proyecto turístico de lujo, aislado, un refugio junto a las montañas. En 1938 se inauguró el hotel Termas El Sosneado, ... situado a unos 200 km de San Rafael, a tres horas largas de viaje en la actualidad. En invierno era difícil llegar hasta allí, y, como era previsible, las cuentas no cuadraron. Quedó abandonado en 1953, casi veinte años antes de que el vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya se estrellara en la cordillera de los Andes, el viernes 13 de octubre de 1972.
La tragedia que ahora vuelve a estar en todas las conversaciones es, sobre todo, una emocionante historia de supervivencia que J. A. Bayona ha sabido contar con detalle en 'La sociedad de la nieve', la película que ha arrasado en los premios Goya. Basta verla para sentir el escalofrío y el miedo de los protagonistas, para imaginar el Valle de las Lágrimas, el paisaje entonces helado. Ellos no lo sabían (era imposible saberlo), pero a solo 24 km del lugar del accidente estaba el hotel que había imaginado Frank Romero Day, entonces un refugio vacío.
«El hotel estuvo entre diez y doce años en pleno funcionamiento. Después empezó a decaer, fundamentalmente porque dejó de ir gente al lugar. Durante un tiempo hubo vigilantes, hasta que se abandonó por completo. Hoy quedan las ruinas de una construcción de cemento, piedra y hierro, sin tejado. Se utiliza como resguardo de la gente que aún va a las termas, aunque el agua no sea tan caliente como antaño. Está a unos 200 km de San Rafael, y a 50 del pequeño pueblo de El Sosneado por un camino en regular estado», afirma el guía de montaña Francisco Salonia, que trabaja en esta zona con su empresa, Aventura en la Montaña.
Desde el hotel abandonado hay excursiones que llevan hasta el lugar del accidente, revitalizadas tras la película de Bayona. «Nosotros vamos hasta el lugar donde cayó el avión [la llaman Expedición al Avión de los Uruguayos]. La próxima será este 21 de febrero y vendrá gente de diferentes países. Se necesitan dos jornadas de seis o siete horas, a pie o a caballo, unos doce kilómetros por día entre montañas, senderos y ríos. En total son unos veinticuatro kilómetros. En el hotel abandonado tomamos los caballos, las mulas de carga, y de ahí salimos hasta un campamento el primer día, y luego vamos hasta los restos del avión», explica Salonia.
La última excursión de Aventura en la Montaña fue hace tres semanas, y -dice- tuvieron que pasar por grandes manchones de nieve. El avión cayó en octubre. Fue un año, 1972, de muchas nevadas en los meses previos, en el invierno de julio, agosto y septiembre. Pero el pasado octubre de 2023 también había mucha nieve. «A veces se comparan las imágenes de cuando cayó el avión con enero o febrero, y nada tiene que ver. Me indigna esa comparación», añade.
Salonia vive en este territorio. En la noche avanzada en España, tarde en Argentina, coge el teléfono bajando de un cerro con un grupo improvisado. Le pedimos que describa lo que ve. «El paisaje es hermoso. Un lugar paradisiaco. Hay ríos, zonas verdes llenas de agua, cerros de una heterogeneidad de colores increíbles, de los ocres a los amarillos. Y hay arroyos que caen desde las montañas. El arroyo principal se llama el 'arroyo del Valle de las Lágrimas', lo mismo que el glaciar. Y se llamaba así, el Valle de las Lágrimas, antes de que cayera el avión. Hay ríos que ahora tienen un gran caudal, difíciles de pasar, aunque en la época del accidente no llevaban nada de agua, cubiertos por un manto blanco».
Tras el estreno de la película, algunos se han preguntado por qué el grupo no fue en dirección a Mendoza, hacia abajo, estrategia con la que seguramente hubieran llegado al hotel. «Con el diario del lunes, todos acertamos los resultados. Son chicos que nunca tuvieron montaña, que nacieron en el mar, que tenían diecisiete años, y que la única información que manejaban, la del piloto, es que estaban del lado chileno. Visto ahora, lo lógico es que podrían haber ido para el lado argentino y para Mendoza, pero hay que contextualizar la situación. Hicieron lo que pudieron con lo que tenían».
Salonia ha guiado a supervivientes, como Carlos Páez y su familia, con quienes grabó el documental 'Día Cero'. «Con Carlos pasamos una noche en el lugar donde cayó el avión. En pleno verano, en enero, sin nieve, dormir a 3.600 metros fue duro. Hay que imaginar eso durante 70 días en invierno. Páez considera esta ruta como una peregrinación, como un Camino de Santiago para celebrar la vida. Él ha pronunciado tantas charlas y ha hecho tanta terapia del tema, que estaba muy atento a las señales. Ese día con su familia se emocionó mucho al rezar por los amigos que había dejado. El lugar tiene una energía muy especial. Ahí cayó en lágrimas».
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SuscribeteSoy periodista desde hace más de treinta años. Hice radio, reportajes de actualidad en Blanco y Negro y ABC, y ocio en distintos suplementos. Desde 2007 coordino ABC Viajar
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