La playa de la que se enamoraron John Wayne y Bing Crosby: un paraíso para el fin de año

Año tras año, Los Cabos es un destino al que se siguen escapando recurrentemente las estrellas de Hollywood y que en Navidad brinda la oportunidad de disfrutar de un fin de año familiar, romántico si se visita en pareja, o fiestero si lo que buscan son eventos. Allí se despide el año frente al mar, ya sea en un elegante restaurante, en un resort paradisíaco, un exclusivo local con barra libre o una fiesta en la playa. A los más pequeños, los imponentes fuegos artificales de San José del Cabo les dejarán la boca abierta. La tónica común es una oferta hotelera y gastronómica de calidad a la que se puede añadir lujo hasta que el bolsillo aguante.

La temperatura cálida es una característica de Los Cabos durante todo el año y también en Navidad. El visitante debe querer olvidarse del frío y estar dispuesto, por tanto, a renunciar a unas Navidades nevadas. Allí no hay filomenas.

El punto poco favorable en esta época del año es que ya no hay vuelo directo sino que hay que hacer escala lo que, en total, se traduce en unas 19 horas de viaje. Una opción para aprovechar al máximo la escapada es volar a otra ciudad americana que tenga conexión con Los Cabos donde pasar una noche o dos, como por ejemplo Nueva York, Los Ángeles o San Francisco.

Para disfrutar de la oferta natural de Los Cabos es conveniente contratar excursiones. Una de las más recomendables es navegar en catamarán, aunque también son muy populares las salidas para disfrutar de la numerosa fauna marina haciendo esnórquel o las visitas al desierto para conducir por las dunas o pasear en camello.

Además de naturaleza, Baja California tiene interesantes propuestas culturales como el recorrido a pie de pueblos mágicos gracias a la elevada seguridad que ofrece la zona. Los Cabos carece de gastronomía típica propia, por lo que su oferta combina fusión y tradición destacando por encima del resto la preparación de ceviches y tamales.

Una Navidad en Los Cabos no solo implica cambiar el jersey por la manga corta sino desplazar también el cava o champán por el tequila. En San José del Cabo hay varias tequilerías que merece la pena recorrer, donde probar diferentes tipos de este licor, aprender a beberlo sin que arda la garganta y con qué alimentos es mejor degustarlo.

Los recorridos a pie de los pueblos y de la propia San José del Cabo ofrecen la misma seguridad que una ciudad europea o norteamericana. Esto se debe a la fuerte colaboración público-privada que existe en Los Cabos, donde destaca el intercambio de información y las inversiones de la iniciativa particular. Las condiciones físicas también ayudan a la seguridad, ya que solo puede accederse por vía marítima o aérea, lo que permite a las autoridades controlar quién llega. Y la elevada presencia de turistas estadounidenses ha permitido que Los Cabos se coordine con el OSAC (Overseas Security Advisory Council) de aquel país.

Diciembre, en suma, es una buena época para bucear en las costumbres antiguas de México y acercarse a sus celebraciones religiosas. Algo que permite no renunciar a tradiciones propias de la época navideña sino disfrutarlas de forma diferente.

Dónde llegar. El aeropuerto se encuentra en San José del Cabo. En esta época del año el vuelo no es directo y hay que hacer escala.

Dónde quedarse. Hay unos 80 hoteles. Destaca la oferta de AMR con establecimientos especializados en familias, jóvenes y adultos.