Isla de los Ciervos, el tesoro verde de Mauricio
Este frondoso islote mauriciano con playas turquesas es perfecta para desconectar
Madeira, la isla más verde del Atlántico
El océano Índico atesora verdaderas joyas insulares, de esas que invitan a la desconexión en todos los sentidos. Y, de entre todas ellas, Mauricio se alza como la mejor opción para que el tiempo se detenga y poner en práctica lo que ... más se busca en esta época en la que la rapidez manda: un poco de calma, mimos e inspiración.
Al oeste de Madagascar se encuentra esta nación que, en lo que a playas y lugares de ensueño se refiere, no tiene nada que envidiar a ninguna otra parte del mundo. Con una superficie de 2.045 km², Mauricio es el tercer estado africano más pequeño en extensión, aunque no en población. Su gente, sus colores y su naturaleza -entre muchos otros aspectos a destacar- lo encumbran como un destino que invita a quedarse; tiene ritmo propio y ofrece experiencias que conectan con lo auténtico.
Isla de los Ciervos, al noreste de Mauricio, es uno de esos lugares salvajes que no aparecen en las listas de 'sitios que visitar antes de morir' y, sin embargo, merece estar en ella. No se ve ningún ciervo -aunque su nombre se debe a que antiguamente sí habitaba la zona-, y sus playas de arena blanca -de esas en las que, por más que se avance, el agua apenas cubre- son el atractivo que lleva al turismo hasta allí.
Se puede acceder de dos formas: en barco o en helicóptero, y la isla se ha convertido en un destino imprescindible para los amantes de la exclusividad, el lujo y la naturaleza en estado puro. Con sus paisajes idílicos y su atmósfera íntima, ofrece una experiencia única que combina privacidad y belleza, reservada para quienes ansían desconectar con buen clima, vistas dignas de una postal y, en definitiva, disfrutar de unas agradables vacaciones.
Un excelente campo de golf
Esta isla, además, es hogar de uno de los campos de golf más impresionantes del mundo (nombrado como uno de los 20 mejores lugares en los que practicar este deporte, según el ranking de Golf World).
Diseñado por el legendario Bernhard Langer, este campo de 18 hoyos se integra de manera armoniosa en el paisaje volcánico de la isla, ofreciendo un reto emocionante para jugadores de todos los niveles. Rodeado de playas de arena blanca, manglares y aguas cristalinas, jugar aquí trasciende el deporte: es una experiencia inmersiva que conecta el golf con la naturaleza. No obstante, los amantes de este juego podrán disfrutar también en otras partes de Mauricio.
Entre la oferta deportiva de esta isla igualmente se encuentra montar en kayak, practicar esnórquel en aguas turquesas y hacer largas caminatas por la orilla con unas vistas insuperables al mar.
Las playas más impactantes
Si se piensa en el paraíso, automáticamente se suele visualizar una playa con agua cristalina y una sombrilla para resguardarse del sol y tomar un zumo o cóctel. En Isla de los Ciervos hay muchas de estas.
En el sureste de este enclave, Golfers' Beach ofrece un rincón especial para desconectar tras una jornada en el campo de golf. A pocos minutos del 'clubhouse' (ofrecen transporte directo), esta playa privada cuenta con cómodas tumbonas, servicio personalizado y un restaurante donde disfrutar de una exquisita gastronomía en un ambiente relajado.
La Flibuste es otra de las playas más famosas de esta isla, y allí se encuentra el azul más turquesa de la zona. Está equipada también con tumbonas, mucha vegetación e incluso columpios.
Pistas:
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Cómo llegar. Hay unas diez horas de vuelo. Word2fly tiene un vuelo directo semanal de Madrid a Port Louis, la capital, en julio y agosto. El resto del año, con escalas en otras compañías.
Qué comer
Isla de los Ciervos está preparada con todo lo indispensable para pasar allí una jornada completa. Cuenta para ello con varios restaurantes: Langer's Bar & Grill, en el 'clubhouse', que sirve especialidades mauricianas con vistas al hoyo 18; Sands Grill, un rincón junto a la playa, ideal para disfrutar de los mariscos más frescos con los pies en la arena; Sands Bar, para degustar pizzas acompañadas de deliciosos cócteles de ron; y La Flibuste, un chiringuito de madera al lado del campo de golf, perfecto para probar marisco.
Dónde alojarse
Mauricio, aunque no lo parezca, es muy extenso. Por ese motivo, lo ideal sería alternar dos o tres alojamientos que nos hagan visitar tranquilamente la zona este, oeste y sur, por ejemplo.
Al noroeste de la isla se encuentra Sunlife Sugar Beach. Este encantador resort de estilo mansión, enclavado entre la exuberante vegetación en las playas de Flic en Flac, desprende el glamour y la opulencia de los años veinte, mezclados con el misticismo y la magia que caracterizan a la isla. Cada habitación es un refugio de luz y espacio, diseñado para envolver a los huéspedes en una experiencia sensorial inigualable. Desde su amplia disposición, éstas se visten de lujo con una paleta sutil que evoca las playas prístinas y los cálidos matices del sol, creando un ambiente sereno y sofisticado.
Al este de la isla se encuentra Long Beach, mucho más salvaje y desértica y más cercana a Isla de Los Ciervos. Espacios amplios y luminosos decorados en tonos neutros y materiales naturales ofrecen el equilibrio perfecto entre elegancia y comodidad.
Destacan las Junior Suites con acceso directo a la piscina y las Long Beach Executive Suites, que se encuentran a pocos pasos del océano. Además, la oferta de masajes y tratamientos Glow que se encuentra en toda la cadena Sunlife es la excusa perfecta para descansarse por estos hoteles que prometen -y cumplen- llevarte a otra dimensión de relajación y brillo.
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