La pequeña localidad que ha llegado a recibir nueve millones de peregrinos en un año
Fátima, en Portugal, se convirtió en unos años en uno de los grandes centros de peregrinación. Esta vez descubrimos los parajes naturales de la zona, a menudo fuera del radar del turismo religioso
Fernando Pastrano
La peregrinación a lugares sagrados es posiblemente la forma más antigua de hacer turismo. El Shikoku, una especie de Camino de Santiago japonés, tiene más de 1.200 años; los antiguos griegos peregrinaban a Delfos, los hinduístas a Benarés, los budistas al monte ... tibetano de Kailash, los musulmanes a La Meca… En la Edad Media, las cruzadas católicas dieron paso a las peregrinaciones a lugares en los que se habían producido apariciones. Algunas de ellas como las de Lourdes, Guadalupe o Fátima han dado origen al turismo religioso moderno.
La familia que hace tatuajes a cristianos en Egipto y Jerusalén desde hace 700 años
J. F. AlonsoLos Razzouk empezaron a tatuar a fieles coptos en Egipto hace siete siglos; luego peregrinaron a Tierra Santa, y desde hace quinientos años son la referencia mundial de los tatuajes religiosos
Según un reciente informe de la World Religious Travel Association, el turismo religioso moviliza a unos 330 millones de personas y genera cerca de 20.000 millones de dólares anualmente.
Fátima, en el centro de Portugal, era una pequeña y desconocida localidad hasta que en 1930 la jerarquía católica reconoció que trece años antes la Virgen se había aparecido a tres pastorcillos. De la noche a la mañana, Cova de Iria, los terrenos despoblados en los que tuvieron lugar cinco de las seis las apariciones, empezaron a recibir grandes cantidades de peregrinos. Se calcula una media de unos 6 millones de viajeros al año, 9 millones en 2017. Por cierto Cova no significa Cueva, sino Hoyo o Vaguada.
Naturaleza que rodea Fátima
Con el tiempo, los peregrinos han ido mostrando además de su fervor una creciente curiosidad por los atractivos más profanos de la zona que rodea Fátima, el Parque Natural de las Sierras de Aire y Candeeiros, por ejemplo. Casi 400 km² de montañas calcáreas y rutas de senderismo que se abren paso por vericuetos agrestes plagados de cuevas en las que los murciélagos son los amos. Se han contabilizado 18 especies de estos mamíferos voladores y su silueta es el símbolo del parque.
Posiblemente unas de las cuevas más interesantes de la zona, y sin duda las mejores acondicionadas para el turismo, son las Grutas de Mira de Aire, consideradas como una de las Siete Maravillas Naturales de Portugal, equiparables al bosque de laurisilva en Madeira, la Ría Formosa en el Algarve, o el paisaje volcánico de la isla de Pico, en las Azores. Más de 1.500 cavernas que han sido definidas como «auténticas catedrales subterráneas», y suponen el conjunto de estalactitas y estalagmitas más grande del país. Descubiertas en 1947 y conectadas por una serie de túneles artificiales, forman un conjunto de más de cuatro kilómetros de los que se pueden visitar unos 600 metros después de bajar 683 escalones.
Huellas de dinosaurios
En la vertiente oriental de la Sierra de Aire, a solo 10 kilómetros de Fátima, se encuentra el que dicen que es el mayor y más antiguo campo de huellas de dinosaurios del mundo. Por allí paseaban hace 175 millones de años (Jurásico Medio) enormes saurópodos, algunas de sus pisadas miden 95 centímetros de longitud, lo que hace pensar que fueron los mayores animales que habitaron nuestro planeta. Fueron descubiertos por casualidad en 1994 en una antigua cantera de Ourem llamada Pedreira do Galinha, y hoy se pueden visitar recorriendo varios senderos perfectamente señalados.
Desde el Miradouro da Costa de Minde se tiene una amplia panorámica de del pueblo de Minde y de toda la zona.
Un parque para personas ciegas
Pia do Urso (Poza del Oso) es el primer parque portugués especialmente diseñado para personas ciegas. Inaugurado en 2016, se extiende en torno a un pequeño pueblo recuperado con diversas actividades turísticas que tratan de estimular los sentidos más allá de la vista. El olfato a través de plantas aromáticas autóctonas como el romero o flores como el narciso y la peonía. El oído a través del sonido de una noria que abastece de agua a un molino, el ulular de los búhos o el aguileo de las perdices. El tacto a través de la rugosidad de los troncos de árboles o las pasarelas de los caminos entarimados. Todo con carteles en braille y maquetas en relieve. Para los que pueden ver, especialmente los niños, también hay muchas posibilidades de diversión: un parque infantil, un merendero y varias reproducciones de animales entre los que destaca un oso, que dicen que por aquí vivía y que se bañaba a menudo en su poza.
Dormir
El hotel Mercure Fátima (https://all.accor.com/), inaugurado en 2021, es una de las mejores opciones de alojamiento en un viaje a Fátima. Se encuentra a solo 400 metros de la basílica y dispone de 72 habitaciones, algunas de ellas acondicionadas para familias y huéspedes con limitaciones físicas. Se trata de un cuatro estrellas del Grupo Accor, acogedor y muy luminoso. La decoración, cálida y acogedora, se basa en la madera de plátano, los árboles de la avenida principal del pueblo. Administrado en sistema de franquicia por la Casa Plátano, empresa fundada en 1979 en Fátima, cuenta con dos restaurantes y una tienda de recuerdos y objetos religiosos.
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