Todo lo que debes saber para hacer una ruta en coche por el País Vasco francés
Unos días por el lugar de recreo que eligieron ricos aristócratas en el siglo XIX, y que hoy frecuentan también surfistas y degustadores de paraísos frescos y elegantes
Tierra de balleneros ayer y de surfistas hoy, el País Vasco francés es un asombroso destino encajonado entre las aguas del golfo de Vizcaya y las primeras estribaciones de los Pirineos. Un territorio gemelo con las provincias vascas españolas, donde sus habitantes defienden a capa ... y espada historia, cultura y tradiciones.
Biarritz, el halo aristócrata
Aunque fue un puerto ballenero en su origen, Biarritz se transformó en un lugar de recreo para ricos y aristócratas en el siglo XIX y ese elegante halo sigue desprendiendo esta ciudad que hoy, en cambio, ya cuenta con una veintena de escuelas de surf. Biarritz ofrece tres buenas playas, dos casinos y uno de los últimos grandes hoteles de lujo de Francia, el Palais, residencia de la emperatriz Eugenia de Montijo, que ha abierto el 3 de junio después de una larga restauración. En Biarritz no te puedes perder sus vistas, como la del faro al que se puede acceder tras subir 248 escalones, o la de la Virgen de la Roca, que ofrece un bello panorama de la costa vasca. A su lado, el Aquarium (1933) es otra visita familiar indispensable pues puedes reconocer siete especies diferentes de tiburones y asistir a la comida de las focas, algo que siempre fascina a los niños.
Bayona, la capital histórica
La capital del País Vasco francés se encuentra entre dos ríos, el bravo Nive y el plácido Adour, y al estar tan cerca de la frontera fue un puerto libre que resistió catorce asedios durante su agitada historia. Hoy en esta bella ciudad se funden lo francés, con su clásica arquitectura, y lo español que aporta el jamón y los toros, muy populares entre la población. En la Gran Bayona, nombre del casco viejo, destaca la Catedral de Santa María con sus bellos campanarios en el exterior y las siete capillas del deambulatorio, brillantemente restauradas, así como su espléndido claustro del siglo XIII, uno de los más grandes de Francia. No hay que dejar de visitar sus dos calles más emblemáticas: la Rue d'Espagne, la más antigua de la ciudad y la más animada, y la Rue du Port Neuf, un viejo canal de agua que regala las mejores vistas de las dos torres de la catedral. En esta vía están las mejores chocolaterías de Bayona, como Cazenave, de 1854, en la que se puede degustar su popular chocolate espumoso.
Las tiendas de San Juan de Luz
San Juan de Luz no deja de ser un tranquilo pueblo pesquero fuera de temporada que se convierte en una animada villa veraniega. Solo hay que ver su coqueto casco viejo que parte de la plaza de Louis XIV y se prolonga por la Rue Gambetta para comprobar cómo sus tiendas podrían rivalizar con las parisinas, aunque aquí lo que más se compra son las clásicas boinas de color rojo y negro en Laulhère, los paños y bordados típicos en 1910 Lartigue, las alpargatas en Les Espadrilles, los bolsos en Laffargue y los deliciosos pasteles y chocolates de Maison Adam y Maison Pariès. En estos hornos pasteleros no hay que perderse los kanougas, pequeños caramelos de seis sabores diferentes, el mouchou ('beso', en euskera) en cinco sabores, los turrones y el pastel vasco. A solo unos pasos de este centro histórico se alza la Iglesia de San Juan Bautista, el templo vasco más importante con un magnífico retablo del siglo XVII, ya que fue en este lugar donde contrajeron matrimonio Luis XIV y la infanta María Teresa de Austria y Borbón en 1660.
Sare, entre cerdos y caballos salvajes
En Sare, un hermoso pueblecito a 14 kilómetros de San Juan de Luz, se puede subir a la cima de Larrun con Le Train de la Rhune, un trenecito de madera que tarda poco más de media hora en cubrir cuatro kilómetros. También existe la posibilidad de tomar la carretera a Suhalmendi para descubrir caballos salvajes en libertad y algunos 'puercos vascos' de cabeza negra que han pasado en los últimos años de rozar la extinción a recuperar la especie y colarse en la alta cocina de los restaurantes con estrella Michelin. El jamón de este cerdo autóctono, propiciado por productores como Pierre Oteiza, gusta por su sabor a pesar de tener menos carne. Su curación se alarga entre 28 meses para las paletas y 36 meses para los jamones.
Ainhoa, una bella bastida medieval
En Ainhoa solo se conserva la calle principal de lo que fue la bastida fundada en el siglo XII. El encanto de este destino, situado a dos kilómetros de la frontera española, radica en sus casas blancas con los típicos entramados de color rojo y verde que lucen los pueblos vascos. En sus fachadas casi siempre están grabados la fecha de su construcción y el apellido de la familia propietaria, como en el caso de los Isabal que inauguraron su posada en 1962. En la actualidad es un hotel de cuatro estrellas con piscina, sauna, gimnasio, gallinero, y un restaurante que luce una estrella Michelin.
Villa Arnaga y Cyrano de Bergerac
Cambo-les-Bains es famoso por sus termas art-decó y sobre todo por su Villa Arnaga, un palacete de estilo neovasco que el poeta Edmond Rostand convirtió en la casa de sus sueños entre 1903 y 1906. Rostand ideó un jardín francés de dos hectáreas y media con fuentes y un estanque que constituye el espejo más hermoso de la región cuando la fachada de esta mansión se refleja en el agua. En el margen izquierdo quiso dedicar un rincón a los poetas, homenajeando a Victor Hugo, William Shakespeare y Miguel de Cervantes, y organizó otro jardín inglés más austero en la parte trasera de la casa. Rostand escribió en esta residencia 'Cyrano de Bergerac', «el papel más largo de la historia del teatro francés con 1.500 versos», según comenta madame Labat, conservadora jefe del museo, pero nunca imaginó el éxito que cosecharía la obra en el mundo. El escritor había llegado a Cambo-les-Bains para recuperarse de una pleuresía y decoró con mucho gusto las estancias de la casa en la que destaca una biblioteca adornada con recuerdos del mítico personaje de la literatura gala, incluyendo el 'Cesar' que recibió el actor Gerard Depardieu en 1991 cuando interpretó este papel en el cine. También esta villa fue el escenario donde se escenificó la disolución definitiva de ETA el 4 de mayo de 2018.
Pistas
Cómo llegar
Cuarenta minutos en coche por la AP-8 separan San Sebastián de San Juan de Luz. Existen dos salidas de autopista que llegan a esta ciudad tradicional de pescadores. La salida número 2 dirección sur con acceso a Ziburu y Urruña y la salida 3 norte hacia Ascain, Ziburu y Getaria. La compañía Ouibus mantiene líneas regulares de autobús desde San Sebastián con destino a San Juan de Luz, Biarritz y Bayona. En avión el aeropuerto más cercano es el de San Sebastián – Hondarribia, situado a 22 kilómetros de La Concha, ya que el de Biarritz no recibe habitualmente vuelos españoles. Iberia y Vueling mantienen conexiones directas desde Madrid y Barcelona al aeropuerto de San Sebastián – Hondarribia.
Para dormir
En San Juan de Luz, el Hotel & Spa Helianthal by Thalazur ofrece programas de talasoterapia y espacios totalmente reformados decorados con objetos de artesanía local, como celosías o cerámica del taller de cerámica Goicoechea; en Biarritz, Hotel Le Garage, un cuatro estrellas con 27 habitaciones y suites de diseño neo-retro y piscina, junto al faro de la ciudad; en Cambo-les-Bains, Hotel du Trinquet, junto al río La Nive y a dos kilómetros de la estación de tren, ideal para visitar Villa Arnaga, a solo cinco minutos en coche; en Ainhoa, Hotel Ithurria antigua posada que cuenta entre sus instalaciones con una piscina, una sauna, un gimnasio, un gallinero, una sala de lectura, una sala de reuniones, un bar y un jardín con hierbas y verduras; en Saint Pée sur Nivelle, Auberge Basque, un cuatro estrellas de la cadena Relais & Châteaux con 12 habitaciones muy modernas con balcón o terraza privadas, frente a la Rhune en un entorno verde y tranquilo. Dispone de piscina climatizada.
Para comer
Bar Basque en San Juan de Luz, para degustar sus populares tapas, croquetas y foie gras; en Biarritz, Le Marloe, con una propuesta muy creativa y moderna del chef Anthony Ruffet, y Chistera et Coquillages, junto al mercado, cambia de menú cada cuatro meses. No te pierdas sus ostras; en Bayona, La Grange, cocina de mercado en el corazón de la ciudad; en Cambo-les-Bains, Etxe Tipia, comida muy fresca con productos locales y de temporada; en Espelette, Aintzina, cocina tradicional con platos imprescindibles como el axoa de ternera, chipirones y vieiras, y en Ascain, Les Chasseurs, buen precio y magnífico menú en una terraza muy agradable.
Uno de los pueblos más bonitos de Francia
En poco más de veinte minutos en coche surge en el camino La Bastide Clairence, galardonado también como 'uno de los pueblos más bonitos de Francia', por ser una de las bastidas medievales mejor conservadas del país. Durante una vuelta por esta villa fundada en 1312 se puede visitar la iglesia reformada en el siglo XVIII, un cementerio judío, numerosas tiendas y talleres de artesanos situados bajo los pórticos próximos al ayuntamiento, y un curioso trinquete oculto en una edificación, el lugar donde ya se jugaba a la pelota vasca ('jeu de paume') desde el siglo XVII. El Príncipe Eduardo de Inglaterra, hijo menor de Isabel II, disputó un partido en esta pista en 2018.
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