Casa del Mar: cómo han conseguido crear un insólito océano en el centro de Viena

Son estos sólo algunos ejemplos que permiten divisar la capital austriaca y su hermoso cielo azul desde las alturas. En 2020 se añadió a esta variada lista otro mirador que no solo sorprende por la panorámica que regala sino por lo que el visitante descubre en su interior. Aunque estamos en tierra firme muy lejos de mares y océanos es la Casa del Mar (Haus des Meeres), una apuesta familiar casi impensable en el corazón europeo con tiburones, pirañas, cocodrilos y otros reptiles delante de tus ojos.

Desde la azotea del undécimo piso de esta curiosa Casa del Mar, donde abre el bar y restaurante 360º Ocean Sky, se disfruta de esta panorámica que sorprende a todo el que visita este edificio ubicado en el Parque de Esterházy en el centro del distrito Mariahilf, muy próximo a la calle Mariahilfer Straße. Es esta una construcción levantada durante la II Guerra Mundial para proteger la defensa antiaérea de Viena, pero se abrió en 1957 como acuario de exhibición de peces tropicales, de agua dulce y salada del Mediterráneo, de ríos austriacos y del mundo submarino del Atlántico.

Desde entonces se ha convertido en una gran atracción para las familias que acuden a admirar el Tanque de Tiburones de 360 grados y casi 120 metros cuadrados en la séptima planta inaugurado en 2021; el Arrecife de Coral, que consta de 14 acuarios interconectados; la Casa del Trópico, el Área de Madagascar en funcionamiento desde 2020, el Mundo de Australia en la novena planta abierto en 2022 con periquitos y canguros que se mueven en libertad o el parque de los cocodrilos, el popular Krokipark, donde se encuentra un gavial llamado Adam, una de las estrellas del complejo que asombra por su longitud de cinco metros y porque obedece las órdenes de sus cuidadores. Lo puedes comprobar todos los sábados alrededor de las nueve y media de la mañana. El animal impresiona pero tanto como sus vecinas más cercanas, las hormigas residentes en su «nido»: el hormiguero más extenso del mundo.

En los últimos años los responsables de la Casa del Mar han logrado dentro de este universo de más de 10.000 animales que el visitante pueda soñar con moverse y chapotear por el Atlántico, aventurarse en una jungla en el centro de Viena o sorprenderse al lado de los reptiles más grandes y venenosos del mundo. Todo ello con el mayor respeto y cuidado posibles hacia los animales, pues esta institución se enorgullece de su labor científica y educativa que han desarrollado en las últimas siete décadas.

El personal de la Casa del Mar propone, por ejemplo, compartir en el segundo piso la experiencia de ver cómo las pirañas se alimentan y son capaces de tragarse una presa en segundos, pero al mismo tiempo sus cuidadores explican que las pirañas son una especie de 'policía sanitaria' de los ríos y no unas máquinas devoradoras de sangre. La experiencia resulta tan interesante como la más popular de todas con los tiburones en un tanque que permite una visión de 360 grados en la que tiburones de arrecife de punta negra, peces guitarra, rayas azules y tiburones cebra disfrutan con su menú de pescado. Incluso se puede contemplar como los buceadores pueden sumergirse en el tanque entre tiburones y tortugas verdes sin correr ningún peligro.

Toda esta oferta de la Casa del Mar, que abre todos los días de nueve de la mañana a ocho de la tarde, se puede complementar con una visita a su bar y restaurante, el 360º Ocean Sky (oceansky.at/en), divisando los tejados vieneses y probando sus delicias: carnes a la plancha, humus, tartar de ternera, infusiones caseras, cócteles originales...