FINLANDIA
Un aerodeslizador como en 'Star Wars' y un baño en el Báltico helado
Una excursión cerca de Helsinki (Finlandia) permite a los turistas desplazarse con un vehículo especial en esta tierra hostil y zambullirse en el agua helada protegidos por un traje de supervivencia
El país donde hay tres millones de saunas para cinco millones de habitantes
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Iniciar sesiónLos finlandeses viven muchos días entre la sauna y el hielo. Las saunas operan todo el año en un país de cinco millones de habitantes en el que dicen que hay tres millones de estas instalaciones. El hielo es, sin embargo, la estrella del invierno ... . Hay cientos de posibilidades para disfrutar de la inmensidad blanca y gélida de los paisajes de este país turísticamente sostenible y dicen que feliz.
La empresa Redrib ofrece una de esas oportunidades de salir de Helsinki en busca de los grandes horizontes del Báltico helado. Es una excursión que da frío al pensarla pero que luego resulta inolvidable. El destino es un archipiélago vacío, sin casas, sin personas, en esta época cubierto de hielo, por donde viajaremos en un aerodeslizador que tiene algo de película de ciencia ficción. Ya sabe que estos eran vehículos repulsores comunes en 'La guerra de las galaxias'. Según la Rae, son «vehículos que pueden circular por tierra o por agua deslizándose sobre el colchón de aire alimentado por los chorros que el mismo vehículo genera».
El día comienza temprano, en el puerto de Gumbostrand, a unos cuarenta minutos en coche desde Helsinki. La excursión incluye el traslado desde el hotel. Durante los meses más fríos, las islas que rodean la ciudad se cubren con una capa de nieve y hielo, creando un paisaje fotogénico que seguramente habremos visto en algún documental o en una serie nórdica, pero que en directo resulta abrumador.
El aerodeslizador, con su piloto, espera en el puerto a los participantes en la excursión. Los turistas suben, toman asiento y miran con ojos como platos a través de las ventanillas. Primero, por la sorpresa. Luego, por la facilidad con la que el ingenio se desplaza, gira y se desliza, por las aguas congeladas del golfo de Finlandia, un brazo del mar Báltico.
El conductor detiene el vehículo de vez en cuando, para que los pasajeros puedan bajar, caminar y ser conscientes de la inmensidad que les rodea y respirar el aire frío. En algún momento llegan a zonas de árboles, en esta época cubiertos de nieve. No se requiere experiencia previa para participar en este tour, y el nivel físico del recorrido es moderado, accesible para la mayoría de las personas.
Luego, en una parada más larga quien quiera podrá zambullirse en un agujero abierto en el hielo con un traje adaptado de supervivencia, sin pasar frío pero sí experimentando la sensación de la fragilidad humana.
El traje de supervivencia utilizado para flotar en aguas heladas está diseñado para mantenerte completamente caliente y seco, incluso en condiciones extremas. Los turistas se cambian en una cabaña cercana y, de repente, se ven embutidos en una especie de traje de buceo de color naranja, muy apretado en la cara para que el agua no pueda colarse de ninguna manera. Es grueso y pesado, por lo que en el camino desde la cabaña al agua parecen patos que caminan de forma inestable.
Para aliviar las preocupaciones del grupo de aventureros por un día, el guía confirma que el traje actúa como una barrera impermeable y térmica, que evita el contacto directo con el agua y conserva el calor corporal. El frío del agua solo se intuye, pero no se siente. Ni siquiera hace falta saber nadar para disfrutar la experiencia. Solo hay que tener en cuenta que no es tan fácil salir como entrar. Si alguien no puede, los guías le lanzarán una cuerda para acercarle a la orilla helada y le ayudan a volver a tierra firme. Hay quien repite la experiencia una y otra vez, fascinado por el momento, tan exótico, al cabo tan alegre.
Luego de la caminata y de la zambullida, el grupo irá a una pequeña cabaña donde hay una fogata en la que se prepara el almuerzo, sopa caliente o carne a la brasa. Hay mucho que comentar, hay muchas fotos que enseñar, mientras la luz del día empieza a hacerse más débil en el horizonte. Abundan las risas. Tras la comida hay que volver al punto de partida, habitualmente en el mismo aerodeslizador, aunque si las condiciones empeoran siempre se puede volver a puerto en barco. Y desde el puerto al hotel, al placer de una ducha caliente.
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