Así es el nuevo altar de los hinchas del fútbol

Es, sin duda, la Copa del Mundo original que se entregó en el primer campeonato: Uruguay-1930. El trofeo más preciado de la historia del fútbol, de oro de 18 quilates, pesa seis kilos y sólo puede ser tocado por los jugadores del equipo que gana el Campeonato del Mundo y por alguna autoridad de ese país. No es muy sabido que esta copa solo permanece unas horas en las manos del equipo ganador y que es sustituido por una copia a la que llaman «trofeo del ganador» . A partir de ahora el trofeo permanecerá en la Galería de la Copa del Mundo hasta que viaje a Rusia, sede del próximo campeonato en 2018.

En el museo se reparten más de 15 paneles interactivos y 60 pantallas que proyectan las imágenes más espectaculares de la historia del fútbol. De esta manera, el visitante puede disfrutar de varias experiencias personales asociadas a este deporte. Se puede vivir en primera persona la sensación de los jugadores en un túnel de vestuarios cuando la hinchada les anima para conseguir la victoria; sentirse como un comentarista de radio y televisión en una cabina narrando, por ejemplo, el gol de Iniesta en la final del Mundial de Sudáfrica o la mágica jugada de Maradona ante Inglaterra en «México 1986», catalogada como el mejor gol de la historia ; ponerse en la piel del árbitro para pitar las acciones más polémicas de los Mundiales o celebrar los mejores goles bailando como lo hacen las figuras del fútbol.

En la planta 0 del museo, que lleva el nombre de “Planeta fútbol”, se exhiben en un arco iris llamativo las 209 camisetas de todas las federaciones que forman parte de la FIFA. La española, con su estrella incluida, corresponde al número 7, pero no ha pertenecido a ningún jugador de los elegidos por Vicente Del Bosque. Sólo hay dos elásticas originales del equipo nacional en este museo que han sido donadas por Piqué y Capdevila.

El museo exhibe 1.000 objetos, 4.000 libros y 1.400 fotografías procedentes de los archivos de la FIFA, entre ellos el acta fundacional de la asociación en 1913 y numerosas curiosidades sobre la historia del fútbol desde sus humildes orígenes. Los ingleses crearon su Federación en 1863 y, por ejemplo, hasta 20 años después las porterías de fútbol fueron similares a las del rugby, pues no tenían el travesaño horizontal. Pese a ello, no había discusiones entre los jugadores ya que el fútbol era considerado «un deporte de caballeros». También puedes conocer que el primer partido internacional enfrentó a Escocia e Inglaterra en 1872 y que hasta 1904 solo se jugaron 5 partidos fuera de las Islas Británicas (100 años después, en 2004, se disputaron 1062)

Es lo que ha costado la remodelación del edificio Haus zur Enge, un antiguo centro comercial de los años 70, en el centro de Zurich para transformarse en el Museo de la FIFA. Treinta millones se emplearon en la construcción del museo en tres plantas y sólo un millón en la colección que se exhibe. El edificio tiene otras 5 plantas dedicadas a oficinas (de la tercera a la séptima) y en las dos últimas superiores hay apartamentos y áticos de lujo entre 64 y 125 metros cuadrados.

El museo ofrece la posibilidad a los visitantes de poder donar algún objeto relacionado con el fútbol y la historia de los Mundiales. La exposición «El Baúl de los Recuerdos» del museo muestra recuerdos de la historia del fútbol coleccionados por los hinchas. Sólo hay que tener en cuenta que las dimensiones del objeto no pueden sobrepasar los 23x23x20 centímetros.

En la planta segunda del museo se ha instalado un pin ball gigante con varios juegos en los que el balón de fútbol es el elemento clave. Sólo hace falta conseguir una pulsera especial para poder realizar un divertido recorrido y mostrar tus habilidades con la pelota. Si eres más clásico puedes jugar al futbolín defendiendo los colores de un equipo internacional en el que figura Carles Puyol.