Zamora, historia y leyenda a orillas del Duero
Erigida y protegida sobre tierra y agua, alberga el mayor número de templos románicos por metro cuadrado de Europa
León, la catedral de la alquimia
FRAN CONTRERAS
Zamora
Zamora, ubicada a orillas del río Duero, atesora el mayor número de iglesias románicas por metro cuadrado de España y de Europa. Por ello es la 'Capital del Románico'. Esta ciudad -fundada en tiempos romanos bajo el nombre de 'Ocellum Durri' (Ojos del ... Duero)'-, guarda en sus calles historia, arte y leyendas en las que el viajero encontrará a cada paso crónicas de plebeyos y nobles, de reyes y reinas, de peregrinos y caballeros, así como numerosos y desconocidos secretos en sus veintitrés templos del casco antiguo. Estos son algunos de los que no debe perderse.
1
Salvador, la catedralicia leyenda de la 'Cabeza del Ladrón'
Dominando la ciudad, se alza la catedral de San Salvador, la más antigua de las once existentes en Castilla y León. Fue edificada en el siglo XII, sobre una iglesia mozárabe, durante el reinado de Alfonso VII de León y la reina Sancha Raimúndez. En ella, los gremios de constructores cincelaron un estilo arquitectónico que marcó al resto de iglesias zamoranas.
Este templo atesora un cimborrio que se eleva sobre una cúpula gallonada, revestida con escamas, de influencia bizantina y donde la leyenda se hace piedra en la Puerta del Obispo. Se cuenta que cuando estaba siendo construida, un joven llamado Diego de Alvarado, enamorado de la joven Inés de Mansilla, ante la falta de fortuna para celebrar el matrimonio, decidió entrar una noche en la catedral para conseguir sus tesoros. Tras obtener el botín, descubrió que se había quedado encerrado por lo que decidió trepar por los muros hasta una ventana y poder salir. Al alcanzar el ventanuco, quedó atrapado desmembrándose: su cuerpo y los tesoros acabaron en la calle mientras que su cabeza quedó atrapada en el ventanuco. La noticia corrió veloz por la ciudad y el obispo, al enterarse, como escarmiento para todos, dejó la cabeza del joven en la portada que con el tiempo acabó convirtiéndose en piedra.
2
La Magdalena, la 'Tumba de la Reina' y el 'Obispo de Piedra'
En la Rúa de los Francos, la calle que siguen los peregrinos por la Vía de la Plata rumbo a Compostela, se alza la iglesia de la Magdalena. Construida en el siglo XII, obra del maestro borgoñés Giral de Fruchel, fue sede de la Orden del Temple y de la Orden de San Juan de Jerusalén.
Este templo, de una sola nave y ábside, fue clave en la historia de la ciudad ya que en su portada se reunía el concejo para tomar las decisiones. De ello ha quedado huella en las arquivoltas de su pórtico, donde están cincelados los cincuenta sonrientes rostros de los mandatarios, así como el de un obispo, al que siguen acudiendo las parejas antes de su boda ya que, según la tradición, entrega a todo aquel que lo contempla las 'llaves del matrimonio'.
Pero no es la única singularidad que atesora la iglesia. En el interior, se halla un sepulcro, joya de la escultura románica funeraria, marcado por la leyenda y envuelto en misterio. En el mismo, sostenido y protegido por columnas helicoidales, aparece la figura yacente de una enigmática dama cuya alma es llevada por los ángeles al cielo, tumba e imagen que, según algunos expertos, pertenecería a doña Urraca de Portugal, primera esposa de Fernando II.
3
Convento del Corpus Christi, la 'Virgen Dormida y del Tránsito'
Frente a la iglesia de la Magdalena se encuentra otro templo clave: el Convento del Corpus Christi. Fue fundado por Ana Osorio de Ribera en el siglo XVI y entre sus monjas estuvo Ana de la Cruz, hija de los duques de Gandía y sobrina de san Francisco de Borja. Cenobio popular, aquí se guarda y venera a la Virgen del Tránsito, talla que atesora la devoción de los zamoranos -intercesora en momentos convulsos de epidemias y pestes-, de orígenes milagrosos y legendarios.
Tal como narra la leyenda, cuando hasta aquí llegaron la priora y las monjas procedentes de Gandía para fundar el monasterio, las religiosas echaban de menos la imagen de la Virgen que tenían en tierras levantinas. Un buen día llegaron al convento dos peregrinos quienes, sabedores de los anhelos de las monjas, les propusieron realizar una talla.
Pasaron los días y las preladas inquietas por saber más sobre el trabajo que estaban haciendo los extraños caminantes, decidieron entrar sin previo aviso a la habitación donde trabajaban, descubriendo que habían desaparecido pero se quedaron atónitas al encontrar la bella imagen de la Virgen del Tránsito a la que hoy se da culto en el convento.
A esta escultura, por cierto, le faltan dos dedos del pie, según la tradición, por la interrupción de las monjas, que tomaron a los peregrinos como ángeles enviados por el cielo.
4
Carmen, la 'Iglesia de la Serpiente'
Escondida, casi oculta, entre los modernos edificios, la iglesia del Carmen -que fue trasladada de su ubicación original unos metros en los años sesenta del pasado siglo XX-, fue edificada en el siglo XI. Una iglesia de pequeñas dimensiones, con una sola nave, en la que se guardan y veneran las imágenes del Cristo del Camino y Virgen del Carmen, de tradición milagrosa, protagonistas de rogativas pidiendo lluvias contra las sequías.
Guarda una singular sorpresa en la puerta de entrada: una boa de cinco metros de longitud disecada. Según la leyenda, fue un joven pastor el que, llevando a su rebaño por el campo, encontró a la serpiente. En vez de matarla decidió criarla, alimentándola cada día con leche de sus cabras.
El reptil crecía y la relación entre ambos también hasta el punto de que cada vez que el animal escuchaba el silbido del pastor acudía para comer. Pero llegó el día en que el joven tuvo que ingresar en el ejército, al que no se adaptó, desertando más tarde, siendo finalmente capturado y apresado. Durante este tiempo, la serpiente no dejó de sembrar el miedo entre la gente y causó estragos en el ganado.
Por ello, el gobernador decidió proponerle al pastor un trato: si mataba a la serpiente, quedaría libre de su pena. Según sigue narrando la leyenda, el joven, muy a su pesar, aceptó la propuesta, capturando y matando al reptil utilizando un caldero, un espejo y una lanza tras encomendar su vida a la Virgen, cediendo después el animal a la iglesia por salir vivo del enfrentamiento.
5
Santa María la Nueva, el 'Motín de la Trucha' y las 'Sagradas Formas Voladoras'
Situada en los límites del casco antiguo, la iglesia de Santa María la Nueva fue construida en el siglo XI y reconstruida en el siglo XII debido al incendió que sufrió durante uno de los grandes pasajes históricos que vivió la ciudad, el llamado 'Motín de la Trucha'. Se trató del enfrentamiento que tuvieron plebeyos y nobles en el mercado por los abusos de poder. Un suceso que destruyó parte del templo. Así, tras ser reedificada, pasó a llamarse la Nueva.
También fue escenario de un suceso prodigioso protagonizado por las 'hostias consagradas'. Y es que, como cuenta la tradición, cuando se estaban produciendo los altercados y las llamas empezaban a devorar el santuario, las sagradas formas que se custodiaban salieron volando, atravesando los muros, para refugiarse en el Beaterio de Las Dueñas.
Hoy, en la iglesia, no solo podremos admirar la policromía gótica que conserva, sino además, una rectangular ventana enrejada en uno de los sillares, el hueco que abrieron para escapar de forma sobrenatural las sagradas formas que en la actualidad se conservan y son veneradas como reliquias en un copón por las monjas de Cabañales.
6
Santiago de los Caballeros, el templo de 'El Cid' y el Capitel Erótico
Fuera del casco antiguo, el viajero encontrará un templo de referencia y marcados por la leyenda: la iglesia de Santiago de los Caballeros, uno de los menos conocidos y visitados, también llamado Santiago El Viejo o de las Eras, por estar situado en los arrabales medievales, junto al conocido como Campo de la Verdad, en el que se celebraban las justas medievales.
Todo en ella es misterio ya que se desconoce cuándo fue construida y fundada y qué función parroquial cumplía o tenía. Referenciada desde el siglo XI, esta pequeña y sencilla iglesia es uno de los grandes templos, ligados al Romancero Zamorano. Y es que, como cuenta la tradición, en ella fue armado caballero el legendario héroe medieval Rodrigo Díaz de Vivar, 'El Cid Campeador', y, según la tradición, el rey Alfonso VI juró su inocencia tras el asesinato de su hermano Sancho de Castilla.
En su interior, más enigmas, y es que la mesa altar tiene forma de Tau, de reminiscencias hispanovisigodas, y alberga singulares capiteles eróticos, destacando el de una orgia con elementos zoofílicos o el de la representación de Eva y Adán, mordiendo una serpiente su pene.
7
San Claudio de Olivares, las 'Esvásticas' y el 'Calendario Medieval'
La iglesia de San Claudio de Olivares se halla a orillas del río Duero, en el antiguo arrabal medieval, hoy barrio de Olivares, muy cerca de las murallas y la Puerta del Obispo. Es considerada, junto con la de Santiago el Viejo, como de las más antiguas de la ciudad.
Referenciada en el siglo XII, el santuario, de una sola nave y ábside, posee numerosos elementos que relacionan su construcción con gremios canteros franceses vinculados a Raimundo de Borgoña, yerno de Alfonso VI, monarca que repobló la urbe. Sus muros, que tienen ciento ocho marcas de cantero de veinticinco tipos diferentes de gremios, conserva parte de la policromía original formada por coloridas esvásticas, pero es su portada lo que convierte a la iglesia en única y legendaria. En su pórtico hay cincelado un calendario medieval, un mesario. En las arquivoltas están representados los doce meses del año y, en cada uno de ellos, figuras humanas realizando las tareas correspondientes a cada mes.
Zamora, un viejo en el tiempo al legendario medievo
Habría muchos más templos y leyendas, como la de los Remedios, donde se venera a la Virgen de la Concha, patrona de la ciudad; la de San Juan, en cuya torre se halla el 'Peromato', guerrero medieval con la Seña Bermeja; la de San Juan de Puerta Nueva, con su 'Rosetón Mandala', símbolo del románico zamorano; la de Santa María de la Horta, que fue sede de la Orden de San Juan de Jerusalén; o la de San Ildefonso, en la que se guardan las reliquias del padre de la iglesia latina y san Atilano, primer obispo de Zamora, entre otras.
Y es Zamora, la muy noble y leal, es un museo al aire libre. Su rico legado patrimonial, olvidado y desconocido, no solo lo encontramos en sus veintitrés iglesias románicas. El viajero no debe perderse cuando recorra sus calles empedradas otros enclaves civiles como el Puente de Piedra, las Aceñas de Olivares, el Palacio de Arias Gonzalo o la Puerta de la Traición (hoy Puerta de la Lealtad).
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete