Por qué yoguis de todo el mundo eligen Ibiza para sus retiros espirituales
La isla de las discotecas y el sol y playa se transforma en temporada baja en un paraíso de la meditación y el bienestar
Una ruta por la Ibiza más monumental
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Iniciar sesión«Ibiza será el último refugio en la Tierra tras el juicio final», predijo el físico y astrólogo francés Nostradamus. O eso entienden los yoguis de todo el mundo, arrastrados por la fama de la isla y su extraño peñón de Es Vedrà, ... que compite con el Triángulo de las Bermudas en el podio de los lugares más 'extraterrestres' del mundo.
La isla blanca, conocida mundialmente por la fama de sus discotecas, tiene otro atractivo que toma fuerza con todo tipo de ofertas de yoga, retiros espirituales, meditación y 'mindfulness'. El magnetismo de algunos enclaves como el mágico peñón de Es Vedrà o el santuario púnico Es Culleram son un imán para las 'ovejas negras' de todo el mundo que llegan a Ibiza para ser felices.
La zona de Cala Conta es la más seguida y frecuentada para esas increíbles puestas de sol. Cala Tarida, Cala Molí o Benirrás son los lugares por excelencia para realizar una sesión de yoga por su fuerte energía y la conexión con el mar.
Atlantis es un tesoro excavado en el precipicio de un acantilado. En la torre de Ses Portes se hace yoga mirando a Formentera. Y el saludo al sol, en el Faro des Moscarter, el más alto de Baleares. Pero sin duda, el singular perfil de Es Vedrà es el más especial.
Cuenta la leyenda mitológica que Ulises pudo quedar atrapado por el canto de las sirenas en este sitio. También fue retiro espiritual del beato Francisco Palau, que aseguró tener experiencias y visiones místicas en esta roca ibicenca; y hay quien dice haber visto hasta algún ovni.
Hay algo en el ritmo lánguido de estos lugares que comulga perfectamente con el yoga. «Levantarse temprano, sacar la esterilla de yoga y apreciar la salida del sol desde el mar mientras realizas tus saludos al sol no tiene precio», explica Mireia Aceituno, que organiza retiros espirituales, clases de yoga, campus de fitness con yoga y retiros muy especiales pero «sin folclore», desde el respeto a estas técnicas orientales que estudió en la India. «Cada lugar es mágico en sí mismo, pero algunos tienen carácter por la mañana y otros al atardecer. Santa Eulalia o San Carlos vibran por la salida del sol», asegura.
Agenda del día
Arrastrados por la fama de estos lugares, turistas y lugareños se apuntan a la oferta yogui. Un fin de semana, siete días o un mes entero alojados en un hotel o una casa en grupo. El plan es el siguiente: por la mañana, una práctica antes del desayuno; después de comer, tiempo libre para pasear por la playa; luego un poco de meditación, comida vegetariana, un rato de tarde libre para la siesta, leer o descansar y a media tarde paseo consciente, sonidos o meditación y por último la cena.
«Son momentos contigo mismo. El yoga es la unión del cuerpo, que es la parte física y práctica, con la mente. La unión del cuerpo y la mente y la respiración. Porque el momento de poner la esterilla y concentrarte en mantener la posición te hace olvidar de las obligaciones y preocupaciones por un rato», sentencia esta experta, que organizó un curso a través del gobierno insular de la isla en la parte vieja de la ciudad.
«Mucha gente suele pensar que el yoga es aburrido pero se puede hacer una clase muy cañera donde la gente quema cuatrocientas calorías y se asfixia», aclara Aceituno. Los resultados se notan: «Pérdida de peso, paz mental y dejas de tener insomnio. Ayuda mucho a la salud mental».
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