Accesibilidad
Turismo sin barreras: un Bilbao al alcance de todos
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Enviada especial a Bilbao
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Iniciar sesiónUn fin de semana en Bilbao. ¿A quién no le apetece una escapada así? Pocos pueden resistirse a una ciudad moderna, equilibrada y que no olvida su pasado, cuyas huellas siguen presentes, pero con la mirada puesta en el futuro. Y lo mejor es ... que todo el mundo tiene la posibilidad de conocerla porque, si de algo puede presumir la capital económica del País Vasco, es de ofrecer servicios, entornos y actividades parcial o totalmente accesibles.
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En el ADN de la ciudad vizcaína está el fomentar un turismo sin barreras. De hecho, ha sido pionera en ello, pues fue la primera ciudad española en aparecer en el ranking de 'Global Destination Sustainability', organización internacional que analiza los indicadores de desarrollo turístico sostenibles. Además, es la mejor ciudad del mundo para caminar, según 'World's Best Cities 2024'.
Hoteles accesibles
Nerea Goikoetxea, responsable financiera de Ilunion Bilbao e Ilunion Romareda, acompañó a ABC Viajar durante este recorrido para demostrar que Bilbao tiene sus puertas abiertas a todas las personas. De hecho, los dos hoteles con los que cuenta la compañía en la ciudad presumen de la accesibilidad de sus instalaciones, ya que tienen un total de 10 habitaciones dobles adaptadas. En ellas, se va más allá de un suelo antideslizante o interruptores a baja altura: las puertas se abren y cierran de manera automática, los armarios están adaptados y las perchas son extensibles para llegar sin problema, las mesitas de noche tienen borde perimetral para evitar que los enseres personales se caigan al suelo y funcionan con un sistema de aviso de caída, entre otras funcionalidades.
Sumado a ello, todas las habitaciones poseen un sistema de elevación de camas que ya no es solo útil para el turista, sino también para facilitar el trabajo a las camareras de piso. Y es que estas profesionales, como el resto del equipo, son únicas. El personal de Ilunion San Mamés está formado por un equipo humano diverso y profesional: su plantilla cuenta con un 80% de empleados con discapacidad y otro 15% son personas en riesgo de exclusión social.
La historia del cambio
Con Nerea paseamos por Bilbao, enclave industrial desde finales del siglo XIX y durante buena parte del siglo XX. Para conocer todo este pasado, lo mejor es hacer una ruta en barco eléctrico por su ría, eje vertebrador del desarrollo económico del territorio. Para llegar al embarcadero, primero cogemos el tranvía, al que la joven accede de manera independiente pues no hay barreras arquitectónicas en ninguna parada. Además, las personas de movilidad reducida tienen reservados dos espacios en cada uno de los trenes.
Al llegar a la parada, Nerea se baja sola: las puertas se abren automáticamente y los vagones se sitúan al mismo nivel del andén.
Llegar al embarcadero es también cosa suya. Tan sólo para subir y bajar del barco, Nerea necesita ayuda. «Es lo único que hay que mejorar», reconoce optimista, pues se siente muy afortunada de poder hacer una excursión de estas características cuando, en otros lugares, es impensable. Sin embargo, Bilbao cuenta con una importante partida presupuestaria para lograr la accesibilidad universal. Así, hay 72 ascensores públicos en toda la ciudad, innumerables rampas y pasarelas, aceras con bordes rebajados...
Navegar por la ría, cuya adecuación fue la obra más ingente que se acometió durante el último cuarto del siglo XIX, es hacer un viaje al pasado que permite a los visitantes conocer la evolución de aquel Bilbao que llegó a ser un lugar con las mayores concentraciones industriales de Europa. De hecho, el Museo Guggenheim y el Palacio Euskalduna se construyeron en el mismo lugar donde estaban ubicados los antiguos astilleros.
El puente Euskalduna, la grúa Carola, los restos de la antigua fábrica de harina Grandes Molinos Vascos o el impresionante Puente Bizkaia, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2006, son algunos de elementos que pueden divisarse durante este recorrido. Parada obligatoria es, precisamente, este gigante de hierro rojo que fue inaugurado en 1893. Situado en el tramo final de la ría, une Portugalete y Getxo. Es la forma más rápida de ir a un lado u otro y hacerlo, ya sea en coche, bicicleta o a pie, es disfrutar de una experiencia única con vistas impresionantes.
El Museo Guggenheim es la siguiente parada de ABC Viajar y nuestra anfitriona. Está totalmente adaptado: libre de barreras físicas, con pasillos anchos y suelo antideslizantes, cuenta con audioguía, videoguía, hay ascensores muy amplios, todos los aseos cuentan con cabinas individuales preparadas para usuarios de sillas de ruedas y las personas con discapacidad visual disponen de maquetas del edificio y de las esculturas 'Tulipanes', 'Puppy', 'Mamá' y 'El gran árbol y el ojo' para poder recorrer el Museo y conocer estas obras a través del tacto.
Inaugurado en 1997, es uno de los proyectos culturales más ambiciosos del siglo XX que ha transformado completamente la ciudad. Frank Gehry, su arquitecto, creó el diseño basándose «en el puerto que fue y la ciudad que es». Se construyó en los terrenos de la antigua Compañía de Maderas, al borde del margen izquierdo de la Ría. Pero Gehry quería levantarlo justo en la misma, algo que no fue posible. Por ello, la pasarela peatonal emula su continuidad.
A lo largo de este paseo, se encuentran algunas de las exposiciones fijas como 'Mamá' o 'Tall Tree & The Eye', dejando a nuestra espalda el puente La Salve, que también se integra en el Museo. Aunque su nombre original es Príncipes de España, fue el primer puente del país con sistema de tirantes y uno de los pocos con tablero metálico. Se construyó a principios de los años 70 para conectar el corazón de la ciudad con los barrios periféricos.
Casco Viejo
Imprescindible es también visitar el precioso Casco Viejo de Bilbao, más conocido como las Siete Calles, es una ruta de fácil acceso. Tras las inundaciones de 1983, fue rehabilitado y hoy es una de las zonas más vibrantes de la ciudad, donde abundan el ocio y el comercio.
Perderse por sus calles peatonales es hacerlo por su historia: cuando se fundó la Villa de Bilbao hace más de 700 años, sus habitantes vivían del regadío y la pesca, y la Ría era la mejor vía de comunicación con el exterior. Entonces, su población se dividía en dos grupos: los que vivían al margen izquierdo de la Ría, que era una zona minera, y los que lo hacían al margen derecho, Casco Viejo, dedicados al tráfico mercantil y portuario.
El corazón de ese Casco Viejo, que Nerea recorre de manera independiente, estaba rodeado de murallas y formado por tres calles paralelas. Después hubo que derribar las murallas y trazar cuatro calles más perpendiculares a la Ría que, junto con las tres primeras, componen lo que hoy se conoce como las Siete Calles.
Pistas:
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Cómo llegar: desde Francia y Galicia, a través a la A8; desde Madrid, por la A1. El aeropuerto se encuentra a sólo a 12 km. de Bilbao y la estación de autobuses está en pleno centro. También tiene puerto y estación de tren. Los trenes de largo recorrido unen Bilbao con Madrid o Barcelona, entre otras ciudades.
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Cómo moverse: es una ciudad muy cómoda para recorrer a pie. Dispone también de autobuses, tranvía y metro. Con la tarjeta Bilbao Bizkaia Card accedes al transporte público y toda la oferta cultural y de ocio.
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Actividades: paseo en barco por la Ría de Bilbao con Iron River.
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Dónde comer: Gastronomía Bilbao, un espacio gastronómico que, además de restaurante y 'winebar' (tiene más de 400 referencias de vino), cuenta con una escuela de cocina, sala de catas y una tienda de productos gourmet. No te puedes ir de Bilbao sin degustar los tradicionales pinchos locales, el Txacolí o dulces típicos como los bollos de mantequilla, los pasteles de arroz o la carolina.
Los Jardines del Arenal, puerta de entrada a esta zona; la Plaza Nueva, que además de tener un buen número de bares y restaurantes es la sede de Euskaltzaindia; la plaza Miguel de Unamuno; la emblemática calle Somera, donde se encuentra la iglesia de San Antón; la catedral de Santiago o el histórico Mercado de la Ribera, son algunos de los enclaves a descubrir en una ciudad cuya Ría, hoy, sigue dándoselo todo.
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