Una ruta medieval única en Europa

Hoy, el poema vertebra el Camino del Cid: un itinerario turístico-cultural que sigue los pasos literarios e históricos del Cid a través de recorridos de alto valor histórico, patrimonial y medioambiental por las provincias de Burgos, Soria, Guadalajara, Zaragoza, Teruel, Castellón, Valencia y Alicante.

Se trata de un itinerario predominantemente rural: el poeta que escribió el Cantar conduce al Cid por zonas que en tiempos fueron peligrosos territorios de frontera y hoy se encuentran, en algunos casos, entre los lugares menos poblados de Europa.

Esta circunstancia permite al viajero sumergirse en una España asombrosa, de grandes espacios naturales, con rincones de ensueño y extrañamente poco conocidos. Pueblos pequeños y tranquilos, con un patrimonio de primer orden a nivel europeo, como demuestran sus más de 40 poblaciones declaradas conjunto histórico y artístico, sus once Patrimonios de la Humanidad o sus más de doscientas fortificaciones de origen medieval.

El Camino comienza en Vivar del Cid, a 10 km de Burgos, patria chica del Campeador, desde donde parte cuando es desterrado por su rey Alfonso VI. La ruta atraviesa las provincias de Burgos y Soria por poblaciones como la ciudad de Burgos, Covarrubias, Silos, El Burgo de Osma, Berlanga de Duero o Gormaz, cuya fortaleza califal, la más larga de Europa, fue testigo de los enfrentamientos fronterizos entre cristianos y musulmanes.

A continuación entra por la magnífica Atienza en la provincia de Guadalajara, en tiempos perteneciente a la taifa islámica de Toledo. Aquí comenzará la lucha por la supervivencia del Cid, necesitado de provisiones y oro para pagar a la soldada. Sus andanzas conducen al viajero hasta Calatayud, un complejo fortificado islámico de primer orden, no sin antes pasar por localidades históricas como Sigüenza o la soriana Medinaceli.

Desde Calatayud la ruta se desliza por la fértil cuenca del Jiloca, por Gallocanta, un complejo lagunar y paraíso ornitológico único en Europa, y Daroca, fundada por los árabes yemeníes en el siglo VIII. Todas estas fueron tierras transitadas por el Cid histórico, pero la literatura otorga a Molina de Aragón y su esbelto castillo un papel principal como lugar de entendimiento entre la cultura árabe y cristiana, a través de su señor musulmán, Avengalbón, amigo del Cid.

La ruta se sumerge en los frondosos cortados del Alto Tajo hasta Albarracín, capital de un recóndito reino islámico donde el Cid estuvo a punto de perder la vida, y hoy uno de los pueblos más bonitos de España, para llegar a Teruel, cuyas torres mudéjares, Patrimonio de la Humanidad, son emblema de la ciudad.

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La anhelada Valencia se encuentra ya muy cerca, pero antes la ruta se desvía, a través de diversos anillos, hacia las tierras agrestes del Maestrazgo turolense y castellonense, donde el Cid combatió en diversas ocasiones, imponiendo su ley. El Maestrazgo es un espacio natural increíble: un reguero de pueblos a cada cual más atractivo (Rubielos de Mora, Linares de Mora, La Iglesuela del Cid, Culla, Cantavieja, Mirambel) nos conduce hasta la inexpugnable Morella, una de las estampas más asombrosas de toda la ruta.Desde Morella el Camino se lanza al Mediterráneo por Sagunto hasta Valencia, ciudad que conquistó tras un duro asedio, y se prolonga por Alzira y Xàtiva hasta Elche, donde el Cid fue desterrado por segunda vez, para finalizar en Orihuela.

El Camino del Cid se convierte así en una forma ideal de conocer, a través de rutas señalizadas, el interior de nuestro país y de revivir uno de los momentos más apasionantes de nuestra Historia.Más información: www.caminodelcid.org.