Una playa en el Mediterráneo donde aún asombra la distancia entre bañistas
DELTA DEL EBRO
Playa, buena mesa y observación de aves en un verano diferente y poco masificado en la desembocadura del Ebro (Tarragona)
Los espectaculares paisajes que dibuja el Ebro cerca del mar
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Iniciar sesiónPasear, y darse un baño, en la playa del Trabucador es probablemente una de las experiencias imprescindibles para quienes se acercan al Delta del Ebro (Tarragona), uno de los destinos turísticos más sugerentes, y aún no masificado, de la costa mediterránea. Aunque a ... veces muy castigado por los temporales -aún se notan las consecuencias del temporal Gloria de 2020-, el Trabucador es un brazo de arena de varios kilómetros que se adentra en el mar entre la bahía de los Alfaques y el Mediterráneo. A un lado, mar abierto; en el otro, una casi laguna. Y es que El Trabucador es una de las joyas del Parque Natural del Delta del Ebro (1983), uno de esos destinos turísticos en los que, tanto si es para una escapada de fin de semana como para una estancia más larga, es posible combinar actividades de lo más variadas: deporte familiar, gastronomía, 'bird watching' y también, sí, mucha playa...
Uno puede asombrase en la mencionada playa de El Trabucador, pero también acercarse a la de la Punta del Fangar, un inmenso arenal solo accesible a pie -siete kilómetros de largo, tres de anchura, un desierto casi-, donde incluso en lo más concurrido de agosto la distancia entre bañistas asombra al debutante. También dejan con la boca abierta las calas de aroma menorquín que se encuentran entre L'Ampolla y L'Ametlla de Mar, fácilmente accesibles siguiendo el 'camí de ronda' que recorre el litoral, y que ganan por goleada a las de la Costa Brava, en contraste tan masificadas, y 'apijadas', en verano. Cuando uno descubre las del sur de Tarragona casi sabe mal contarlo para que no se corra la voz.
Es este precisamente uno de los encantos del Delta del Ebro y su entorno, la sensación de visitar un lugar que, aunque cada vez más dependiente del turismo, aún no ha sido arrasado por la masificación como en otras latitudes, lo que es fácil cotejar apreciando lo bien, y aún bien de precio, que se come en la zona. A bote pronto, una selección rápida, popular y personal: Lo pati d'Agustí (Poblenou del Delta), Casa Asmundo, Lo Barril y Can Pons (Sant Carles de la Ràpita) o La Taverneta (L'Ampolla)...
Las opciones de alojamiento también son variadas, y aún asumibles para bolsillos pospandémicos. Como propuesta más reciente, e imbatible para una escapada familiar, el modernizado cámping Ampolla Playa, que además de sus parcelas ofrece la opción de unos modernos 'bungalows' con todas las comodidades para quienes o no tienen caravana o descartan la acampada. La amabilidad del personal y lo cuidado de las instalaciones se complementan con una también muy recomendable oferta gastronómica, con un renovado restaurante.
Pistas
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Dormir. Mas allá de hoteles o apartamentos, el cámping es una buena opción (campingampolla.es), como también alquilar una de las típicas 'barraques' entre arrozales. (https://casesdeltaebre.com/es/) (https://deltadelebreecoturisme.com/allotjaments-delta-de-lebre)
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Qué hacer. Muchas posibilidades Desde una visita con degustación a las mejilloneras (https://miradorbadia.com) a la posibilidad de nadar entre atunes en las piscinas de cría de Balfegó (https://tuna-tour.com).
El cámping Ampolla Playa es pues una excelente base para explorar un entorno inagotable, con opciones de todo tipo, además de las playas referidas. Sin ser exhaustivos, lo llano del terreno hace del ciclismo una opción relajada y accesible a todos: unas pocas pedaladas y se llega hasta el mirador de la Bassa de les Olles... unas pocas más y se bordean arrozales y la bahía del Fangar por el interior, con la opción de divisar algunas de las más de trescientas clases de aves registradas, entre ellas la abundantísima colonia de flamencos... Los aficionados al avistamiento de pájaros, muchos llegados de toda Europa, entran en éxtasis al contemplar la abundante, y accesible, fauna de la zona. La visita puede ser por cuenta propia, o escoger entre las muchas opciones guiadas. El kayak también es una alternativa muy recomendable para una excursión familiar, mientras que para los más intrépidos está la posibilidad de nadar entre atunes dentro de las 'piscinas' de cría de la empresa Balfegó.
Otra propuesta clásica es la visita a las mejilloneras, como la que ofrece por ejemplo Mirador Badía, donde además de poder degustar los muy valorados mejillones y ostras locales, un pequeño museo y una muy didáctica explicación permiten conocer las virtudes, y amenazas, de un paisaje tan bello como frágil, en regresión desde hace décadas por la falta de aportación de sedimentos debido a los embalses del Ebro.
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