El laberinto de estelas de la Selva de Irati
Formado por decenas de estelas discoidales medievales, es el único que existe en el mundo en un cementerio
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Todos los viajeros aventureros buscamos destinos especiales y experiencias únicas y singulares que estén fuera de lo común. En Navarra, en la Selva de Irati, declarada Reserva de la Biosfera, más concretamente en el valle de Aezkoa, encontramos ese destino.
Cerca ... del pueblo de Abaurrea Alta, ubicado en el punto más alto de Navarra, el considerado Balcón del Pirineo, está, rodeado por bosques de hayas y montañas, el único laberinto, jardín y museo ubicado en un cementerio que existe en el planeta. Es el Museo de las Estelas, conocido como el 'Laberinto y Jardín de las Estelas'.
Abaurrea, la iglesia y el viejo cementerio
La iglesia de San Pedro de Abaurrea, como cientos de santuarios en nuestro país, fue desde el siglo XV y hasta principios del siglo XX el cementerio de la localidad. Campo santo de forma ininterrumpida durante siglos, en 1918 cayó en desuso, pasando después el abandono y olvido. Un ostracismo del que salió a principios de los años noventa, concretamente en 1991, cuando uno de los vecinos de la localidad descubrió y dejó a la vista una estela discoidal funeraria medieval. Resurgió, así, el interés por el templo y su cementerio, comenzando por parte de historiadores la recuperación, investigación y estudio de las estelas discoidales medievales y tardo medievales que fueron apareciendo.
Así nació el proyecto y diseño de un singular laberinto y museo que abrió sus puertas hace nueve años bajo un concepto histórico, paisajístico y didáctico, formado por más de treinta estelas discoidales, y con un marcado carácter simbólico, ya que evoca el viaje que hacemos todos, el de la vida, desde el nacimiento, pasando por la juventud, la madurez y la vejez, hasta la muerte. Un viaje por un laberinto, oscuro y misterioso, que nos lleva a la luz, es decir, a un gran jardín, siguiendo unas estelas funerarias que son en sí mismas un enigma, donde aparecen tallados símbolos, mensajes y creencias.
'Hilarriak', las estelas discoidales funerarias
Y es que las estelas discoidales, las 'hilarriak' en euskera, son arte e historia, pero también misterio. Sus orígenes se pierden en el tiempo. Utilizadas por numerosas culturas de nuestro pasado, están relacionados con cultos lunares y solares e incluso hay expertos que hacen paralelismo entre su forma y el propio ser humano. Círculos tomados como símbolo de protección que, al ser pétreos, se convierten en aras, altares.
Siempre realizadas en piedra, su estructura y diseño es el mismo: formadas por un pie y un disco que varía en su tamaño, que en este valle son grandes y estrechos. Discos que poseen distintos diámetros de circunferencia así como grosor.
Todas las estelas están dispuestas a la misma altura del suelo -que parece distinta por la tierra que las cubre-, y con la misma orientación, de este a oeste, siguiendo el camino solar. Y en sus piedras encontramos una gran muestra de grafías, desde los cantos -con mamelones-, como en sus partes frontales y dorsales -en los que aparecen grabados paganos, religiosos e incluso de oficios-.



Así encontramos espirales, rosas, flores hexapétalas, estrellas -de cinco, seis, ocho, diez y doce puntas-, lunas y medias lunas, conchas, aves, cruces griegas y latinas, martillos, herraduras, figuras antropomorfas y hasta marcas de maestría de canteros, como el símbolo de la ballesta. Estelas que son 'balizas sagradas', vínculos entre la tierra y el cielo, puertas entre lo visible e invisible, ente la realidad y el más allá.
El viaje de la vida a la muerte
Hoy, cuando el viajero llegue a Abaurrea y se adentre en el laberinto-museo tendrá una misión: descubrir, paso a paso, mapa en mano, por un entramado de pasillos ajardinados, ascendiendo y descendiendo por pasarelas, las treinta estelas discoidales funerarias que están escondidas entre flores y plantas, dispuestas de forma concreta, en su ubicación y con su orientación original.
Conocerá primero la historia del lugar, que se remonta al siglo XII, para luego adentrarse y perderse, envuelto por la naturaleza y silencio, en un laberinto de estelas que en estas tierras navarras narran historias y secretos, un mensaje eterno e inmortal. Todo ello hace que este viaje y destino no solo sea singular, sino una experiencia única, emocionante, mágica y hasta iniciática.
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