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El pueblo de Madrid que 'viajó' a la Luna y que tiene una emocionante ruta de arte

Las puertas y ventanas de las casas abandonadas del casco antiguo de Fresnedillas de la Oliva muestran diferentes murales que representan antiguos oficios tradicionales, animales y hasta a algunos de sus vecinos

Un convento pionero de la arquitectura medieval en la sierra menos conocida de Madrid

Imagen del mural 'La Vaquilla' de Fresnedillas de la Oliva, Madrid rocío jiménez

11/01/2024
Actualizado 12/01/2024 a las 03:21h.

A apenas 56 kilómetros del centro de la capital, al oeste, se encuentra Fresnedillas de la Oliva, un pequeño y coqueto pueblo de algo más de 1.500 habitantes que, entre fresnos y olivos, ofrece unas vistas inmejorables de la vertiente sur de la sierra de Guadarrama: desde el Yelmo, en la Pedriza, hasta la Almenara, en Robledo de Chavela, y que esconde en su casco antiguo una peculiar ruta de arte.

En 2015, el ayuntamiento ideó un plan para dar una nueva vida a sus casas abandonadas con el que, además, buscaba fomentar el turismo en este apenas conocido rincón madrileño. Para ello, se convocó un concurso para que aquellos artistas que quisieran presentaran proyectos para engalanar las diferentes fachadas de las viviendas. Entre los distintos trabajos recibidos uno llamó la atención por encima del resto, el de 'Casas con vida', de Elena Parlange. Con esta iniciativa la artista, que por aquel entonces estaba desempleada y trataba de labrarse un futuro haciendo lo que más le gustaba -pintar-, buscaba recuperar la historia de cada una de esas viviendas a través de murales que recogiesen sus antiguos usos. Así, las ventanas y puertas de estos edificios se cubrieron con hasta 68 pinturas hechas con acrílico en tabla que representan animales, oficios tradicionales y costumbres de sus habitantes. La casa de la tía Carmen, la panadería, la Casa de los gatos, la hospedería en la que se alojaron los protagonistas de la famosa serie de televisión 'Curro Jiménez' durante el rodaje, o El corralito de las aves son solo algunos de ellos.

Digno de mención es su mural más grande que, ubicado en la plaza de la Constitución, representa el festejo más importante del pueblo, la Fiesta de la Vaquilla. Este evento, que tiene lugar cada año el 20 de enero en honor a San Sebastián, consiste en una mascarada o carnaval tradicional característica del período invernal de origen prerromano cuyo personaje principal es un mozo con un armazón que simula una vaca, el cual es seguido por los 'judíos' que portan pesados cencerros a sus espaldas. La vaquilla tiene que perseguir al alcalde y el alguacil. Otros personajes importantes son la hilandera y el escribano, que recaudan la voluntad del público presente.

Otra de las obras más emotivas y que más enorgullece a sus vecinos es la de 'La barbería'. Tal y como ha contado la autora en varias ocasiones esta pintura se realizó como un homenaje sobre la casa de la hija del barbero del pueblo, quien perdió a sus padres cuando era niña y fue criada por sus vecinos.

Museo lunar

Antes de ser conocido por sus murales, Fresnedillas de la Oliva ya era famoso por ser un punto clave para la llegada del hombre a la luna. La estación espacial de este pueblo, construida en 1964, fue elegida por la NASA como enclave para albergar una de las tres estaciones de la Red MSFN –puntos de seguimiento de los vuelos tripulados por la agencia estadounidense–. El 20 de julio de 1969 esta estación madrileña fue la primera en recibir las palabras de Neil Armstrong al aterrizar en la Luna. De ahí que también haya un par de murales dedicados a esta temática.

Este hecho histórico propició la creación, en 2010, del Museo lunar, un centro espacial dedicado a la divulgación de las ciencias planetarias y la exploración espacial que fue inaugurado por Miguel López Alegría, el astronauta español comandante de la Estación Espacial Internacional (ISS).

Además, su monumento más importante es la iglesia de San Bartolomé, construida en 1625. La obra de este edificio se realizó siguiendo el proyecto elaborado por Jorge Manuel Theotocopuli, hijo de Domenicos Theotocopuli, El Greco. El templo, tal y como ha llegado hasta nuestros días, presenta en su interior una única nave con muros de mampostería, un gran arco de medio punto y cubierta de madera, mientras que en el exterior destaca su sólida fábrica de sillería reforzada por contrafuertes y la espadaña de dos cuerpos rematada con tejadillo a dos aguas.

Así mismo, los amantes del senderismo pueden optar por realizar la ruta de La Puente, un itinerario circular de dificultad media/baja de 3,8 kilómetros que parte del Museo Lunar y transcurre por un ramal de la Cañada Real Leonesa Oriental en el que disfrutar de un bosque mixto con encinas, enebros y fresnos, entre otras cosas.