Las direcciones esenciales para comer bien en la Capital Española de la Gastronomía

Si lo medimos por estrellas, no es Oviedo una ciudad especialmente privilegiada. A lo largo de la historia ha tenido algunos restaurantes que lograron el galardón pero durante un largo periodo de tiempo ha estado sin ninguna. Hasta que en el pasado mes de noviembre la Guía Roja ha tenido a bien conceder una a NM, el restaurante de Nacho Manzano, el cocinero más estrellado de Asturias. Con apenas un año de vida, está situado en el imponente espacio gastronómico Nastura, en el centro comercial El Vasco. Comedor minimalista para una veintena de comensales con una cocina que explora nuevos caminos y que hace guiños al recetario asturiano aunque se abre al mundo. Se sustenta en un menú degustación con dos versiones, una larga (149 euros) y otra corta (99 euros).

Pero el gran restaurante de Oviedo es Casa Fermín (San Francisco, 8) que en 1974 logró la primera estrella Michelin de Asturias. Sin embargo la guía lo ha tratado muy injustamente retirándole esa estrella, sin aparente motivo, unos años más tarde. Luis Alberto Martínez mantiene, ahora con el refuerzo de su hijo Guillermo, una gran regularidad, basada en una excelente técnica, mucha sensatez y gran producto. Perfecto equilibrio entre tradición y modernidad. Cuenta además con la mejor sala de la ciudad.

Saliendo de Oviedo, en Caces, a pocos kilómetros, ejerce uno de los grandes cocineros asturianos, Pedro Martino (La Rienda, 14. Caces). Merece mucho la pena acercarse al restaurante que lleva su nombre. Tanto en la carta como en el menú degustación ofrece una sucesión de platos de impecable ejecución en los que el producto asturiano y su tradición culinaria, perfectamente revisada, son los protagonistas. En muy pocos restaurantes se identifica tanto la cocina con el territorio. Hace honor a su lema: 'Cómete Asturias'.

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En una línea de cocina más desenfadada, Ca Suso (Marqués de Gastañaga, 10) es otra casa a visitar. Iván Fernández Feito, con su hermano Vicente en la sala, demuestra que la cocina asturiana tiene muy buen relevo. Destaca también Cocina Cabal (Suárez de la Riva, 5), un espacio muy agradable donde Vicente Suárez Cabal, cocinero de largo currículo, ejecuta platos actuales en los que la materia prima tiene gran protagonismo. Y si lo que buscan es cocina tradicional, de nuevo recurrimos a Nacho Manzano y a su restaurante informal llamado Gloria (Cervantes, 24). Allí encontramos algunos de sus clásicos (croquetas, torto de maíz, arroz con pitu de caleya…) junto a algunas elaboraciones más modernas. Más tradicionales aún, El Tizón (Caveda, 18), con buenos arroces, estupendo bacalao y guisos como la fabada y el pote; Casa Chema, en las afueras (El Cordial, El Caleyo), donde la guisandera Joaquina Rodríguez elabora una de las mejores fabadas de Asturias; y Sidrería Alterna (Caveda, 18), donde sirven un estupendo pote de berzas, ganador del último campeonato de pote asturiano celebrado en Cangas del Narcea.

No es Oviedo una ciudad muy aficionada a las barras, pero hay algunos sitios que merecen la visita. Como La Paloma (Independencia, 3), más de cuarenta años sirviendo un excelente vermut que maceran en viejos toneles, acompañado de gambas con gabardina. O El Ovetense (San Juan, 6), a un paso de la Catedral, veterana sidrería con su célebre jamón asado con salsa o pollo frito al ajillo. Lo que sí abundan son las buenas pastelerías, con especialidades asturianas como las casadiellas o los carbayones. Las mejores, Camilo de Blas (Jovellanos, 7) y Rialto (San Francisco, 12). Y si les gusta el chocolate, no dejen de probar los de Peñalba (Milicias Nacionales, 4) y Ovetus (Santa Susana, 1). Como remate, una visita al popular Mercado de El Fontán (Plaza 19 de Octubre, s/n), en un edificio del siglo XIX, donde podrán comprobar la riqueza de las costas del Principado en los mostradores de sus pescaderías y del que saldrán cargados de productos asturianos, especialmente quesos, embutidos y legumbres.