Una locomotora de vapor de 1925 que todavía tira de un tren turístico en Madrid

Conocido en el refranero popular como 'el tren de Arganda que pita más que anda', apenas recorre 4 kilómetros circulando a 20 km/h, lo que permite disfrutar en todo momento de las vistas y de la nostalgia que desprende el interior de sus vagones.

Este histórico ejemplar fue fabricado en el año 1925 por Henschel e hijos en Kassel (Alemania) para arrastrar una carga considerable a velocidad reducida, lo que se refleja en el pequeño diámetro de sus ruedas. Estuvo en funcionamiento poco más de 40 años y fue retirado en 1967 en las obras de ampliación del puerto de El Musel de Gijón para Constructora Internacional, para acabar en el almacén de un chatarrero de La Felguera.

En 1987 un grupo de aficionados al ferrocarril fundó y registró la asociación Centro de Iniciativas Ferroviarias Vapor Madrid (C.I.F.V.M.), de carácter no lucrativo, para desarrollar actividades prácticas relacionadas con el ferrocarril en general y con modelos tripulados en particular. Tres años más tarde adquirieron esta locomotora de vapor cuando estaba a punto de ser desguazada para restaurarla y ponerla de nuevo en funcionamiento. Bautizada como 'Arganda' en honor a su pueblo de adopción y en recuerdo de la locomotora original del Ferrocarril del Tajuña, una 030-T fabricada por Haine St. Pierre en 1886 y de mayores dimensiones que la actual, esta máquina, cuyo peso es de 8,9 toneladas, no estaba diseñada para llevar viajeros por lo que fue todo un desafío darle esta segunda vida.

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Por otro lado, esta asociación recuperó el tramo entre La Poveda (Arganda) y La Laguna del Campillo (Rivas) de la antigua línea ferroviaria del Tajuña, la cual dejó de funcionar en 1997 después de 111 años de su puesta en servicio.

El tren está formado por coches de madera, algunos ya centenarios, como el AC-201 fabricado por Carde y Escoriaza en 1916 y los coches C-1 y C-2 reconstruidos por la Escuela Taller Román Aparicio de Arganda a partir de antiguos chasis de vehículos ferroviarios. Además, se ha incorporado un vagón de 'jefe de tren', procedente del ferrocarril Ponferrada-Villablino (PV), reconvertido en coche de pasajeros.

En la estación de Poveda se ha instalado un pequeño museo ferroviario de lo más completo donde se pueden observar una gran colección de piezas antiguas, faroles, uniformes, y gorras utilizadas por el personal en los distintos empleos del ferrocarril, así como la recreación del gabinete del Jefe de la Estación.

- Itinerario: el tren sale desde la estación de Poveda en Arganda del Rey y va hasta el apeadero de la Laguna del Campillo (Rivas Vaciamadrid) pasando por el puente metálico sobre el río Jarama.

- Fechas: todos los domingos de los meses de marzo, abril y mayo.

- Horario salidas: 10.00, 11.00, 12.00 y 13.00 horas

- Precios: el viaje de ida y vuelta en tren histórico más visita al museo que hay en la estación cuesta 7 euros.

- Por otro lado, está la visita a la maqueta modular, una reproducción a escala de una instalación ferroviaria, ubicada en una de las naves donde se guardan el tren, a la que se llega en un tren lanzadera (locomotora diésel). Su precio es de 3 euros.

Ubicado a 27 kilómetros de la capital, con casi la mitad de su término municipal dentro del espacio medioambiental protegido del Parque Regional del Sureste, está Arganda del Rey, pueblo a visitar antes de realizar la ruta en tren.

Historia, tradición y naturaleza se dan la mano en esta localidad que cuenta con un puñado de imprescindibles a tener en cuenta como son: la ermita de Valtierra, templo de estilo mudéjar del siglo XIII del que se conserva la fachada norte y parte de sus muros laterales, la iglesia parroquial de San Juan Bautista, construida entre 1690 y 1714 sobre un primitivo templo renacentista de la que destaca su característica torre de 57 metros de altura, la Casa del Rey, un palacete construido en 1594 como finca de recreo para el entonces embajador alemán ante la corte española, la ermita de la Soledad, edificio de estilo barroco del siglo XVII, la Casa Solariega del Obispo Sancho Granado, la única que se conserva en el centro como ejemplo de las casas señoriales del municipio y el Cerro del Melero, primer entorno musealizado a cielo abierto de la Guerra Civil en España.

Como punto extra está la Torre Telegráfica Óptica, una de las primeras de España. Origen de las redes de telecomunicación a distancia, este innovador sistema de transmisión de señales visuales codificadas, que estuvo en funcionamiento de 1849 a 1957, se puede visitar para conocer a fondo su funcionamiento e importancia. Está totalmente restaurada y rehabilitada.