Hazte premium Hazte premium

ZARAGOZA

Día del Pilar: Lo que debes saber de la gran fiesta de la Hispanidad

Zaragoza celebra estos días los «Pilares», como se conoce popularmente a sus multitudinarias fiestas en honor de la patrona de la Hispanidad

Más de 300.000 personas ataviadas con traje regional participan en la Ofrenda de Flores Fabián Simón
Roberto Pérez

Esta funcionalidad es sólo para registrados

En Zaragoza, las fiestas se cuentan con cifras a lo grande: cientos de miles de personas en una ofrenda con millones de flores ; más de 500 actos programados para diez días de festejos; 1,8 millones de euros de presupuesto público; primeras figuras en los carteles de una feria imprescindible para los amantes de los toros; población multiplicada por la afluencia de visitantes; calles abarrotadas, hostelería a lo grande... Las Fiestas del Pilar transforman la estampa de Zaragoza a pie de calle, metamorfosis colectiva que sorprende al visitante en una combinación de diversión, fe popular, tradición y modernidad.

Este año, las fiestas arrancaron en la práctica el viernes 4 por la noche -aunque el inicio oficial fue el sábado 5, con la tradicional lectura del pregón- y finalizarán el domingo 13. El día grande, por tanto, cae en sábado, el 12 de octubre , festividad de la Virgen del Pilar. Es la gran cita, la jornada imprescindible para quien quiera sumergirse en la esencia de la fiesta, disfrutar y emocionarse con una capital que ese día camina en busca de su Virgen, de su patrona.

No es imprescindible, pero conviene madrugar para disfrutar de esa jornada. La Ofrenda de Flores, que arranca cuando aún no ha amanecido y se prolonga hasta entrada la noche, convierte el centro de Zaragoza en una majestuosa manifestación de fe y de folclore. El traje regional toma las calles en un impresionante alarde de sentimiento colectivo. La Plaza del Pilar es el epicentro , enorme punto de encuentro de los cientos de miles de oferentes que acuden a depositar sus ramos ante la imagen de la Patrona de la Hispanidad.

Más de 300.000 personas desfilan ante la Virgen del Pilar y contribuyen a tejer un manto formado por tres millones de flores. Los ramos son recogidos y colocados cuidadosamente por una veintena de jardineros, que depositan artísticamente las flores sobre la pirámide metálica dispuesta al efecto: un armazón de 40 toneladas de peso y 15,5 metros de altura coronado por la imagen de la Virgen del Pilar.

Vivir la Ofrenda de Flores y palpar su ambiente es disfrutar de un acontecimiento excepcional. Como también el recorrer las calles próximas a la Plaza del Pilar, esa porción del conjunto histórico de Zaragoza en la que, ese día, en sus típicos bares y restaurantes se disfruta de la parada y fonda de una forma especial.

Otra cita recomendable es, el mismo 12 de octubre, por la tarde-noche, el Rosario de Cristal . Es otro alarde de fe popular con el telón de fondo del arte religioso que se exhibe para la ocasión por las calles de Zaragoza.

Música y teatro

Y, junto a todo ello, el ambiente festivo que inunda la capital aragonesa todos estos días, con una oferta de espectáculos de lo más variado. Larga lista para todos los públicos: desde lo último de la música pop a lo más granado del folk, pasando por el techno y, por supuesto, la jota. El dúo aragonés Amaral , por ejemplo, actuará el viernes 11, víspera de la festividad de la Virgen del Pilar

El teatro ocupa también un lugar protagonista en el programa festivo zaragozano. La oferta es igualmente muy variada: desde la obra «El Funeral», con Concha Velasco, al humor y la revista, pasando por el musical «West Side Story», el cabaret, la zarzuela y el teatro de comedia.

Y todo ello aderezado por el gran escenario que es el casco urbano de Zaragoza en estos días festivos. El centro de la capital, con la Plaza del Pilar como gran protagonista, domina el ambiente a pie de calle. Sus establecimientos de hostelería, las animadas calles de El Tubo con sus bares y restaurantes cargados de veteranía, las zonas comerciales y los atractivos histórico-artísticos completan una oferta que se abre de par en par estos días en la capital aragonesa.

La parada y fonda cuenta también con una gran variedad de opciones, y estos días la demanda alcanza -y llena- todas las alternativas: desde una larga lista de económicas pensiones en céntricas calles de la capital aragonesa a hoteles para todos los gustos y bolsillos.

Una ruta con mucho gusto

La Republicana, en Zaragoza Fabián Simón

«La Republicana». Las plazas de España y del Pilar, y las calles Alfonso y Don Jaime delimitan una porción protagonista del casco antiguo de Zaragoza, dominada por calles en las que abundan los bares y restaurantes cargados de atractivo -y no solo gastronómico-. Es la zona por la que discurren las calles del popular Tubo zaragozano. Y es el área donde se enclava «La Republicana», uno de los nombres propios de la oferta hostelera de esta emblemática parte de la capital aragonesa. Su carta y sus tapas tienen merecida fama, en un local que rebosa veterano encanto. Se encuentra en la calle de Méndez Núñez, la arteria que discurre entre las calles de Alfonso y Don Jaime.

Chocolates del taller artesano El Capricho Fabián Simón

«Capricho». La pastelería zaragozana también tiene fama desde antiguo. Y las calles que conducen a la Plaza del Pilar dan fe de ello. Establecimientos con solera, antigüedad cuidada con esmero, obradores fieles a la tradición y al servicio de los paladares golosos. Y, junto a los pasteles, los chocolates de talleres artesanos. Un botón de muestra se encuentra en «Capricho», en la calle de Don Jaime: la elaboración del chocolate más tradicional comparte escenario con innovadoras recetas. Coberturas de chocolate para endulzadas piezas de kiwi o jengibre son, por ejemplo, dos de las apuestas de este taller de chocolate de la capital aragonesa.

Calle Alfonso. Pasear por la calle Alfonso y adentrarse por los rincones a los que conducen sus calles laterales es un saludable ejercicio para el visitante. En este espacio se encontrará con atractivos establecimientos que son historia viva, desde las clásicas tiendas de recuerdos de toda la vida a comercios centenarios como Bisutería Bellostas, pasando por veteranos locales que se han reconvertido para seguir brillando. Ejemplo de esto último es el Gran Café Zaragoza, que ocupa el establecimiento de la histórica Joyería Aladrén, en el número 25 de la calle de Alfonso. El local ha conservado su excepcional arquitectura y decoración originales. Data de finales del siglo XIX y está catalogado desde el año 2002 como Bien de Interés Cultural. Otra espléndida muestra de la arquitectura comercial de finales del siglo XIX es el Pasaje del Comercio y de la Industria, situado en los bajos de un edificio que hace esquina entre la Plaza del Pilar y la calle de Alfonso.

El Real Fabián Simón

«El Real». La Plaza del Pilar es el más emblemático espacio de la capital aragonesa. Dominado por la monumental Basílica del Pilar, en un extremo de la plaza se levanta la excepcional Catedral de El Salvador, también conocida como La Seo; en el otro extremo, la iglesia de San Juan de los Panetes, con su singular torre inclinada y, junto a ella, los restos de la muralla romana y el Torreón de La Zuda, la única pieza que se conserva del palacio que mandó construir a principios del siglo X el gobernador musulmán de Zaragoza. Y junto a los monumentos, los locales con encanto. Entre ellos, el restaurante El Real, bella muestra de arte modernista.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación