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Las razones por las que Zamora tiene un patrimonio que enamora

La provincia es destino nacional protagonista este año de la Feria de Ecoturismo Naturcyl, que se celebrará en septiembre

Puente de Requejo, en Zamora Raúl G. Coto

Alberto Ferreras

A algunos les costará identificar a Zamora en el mapa, pero quienes visiten esta provincia no van a olvidar un territorio que puede hacerles sentir mariposas en el estómago con su patrimonio natural, cultural, gastronómico y etnográfico. Cuatro pilares para descubrir, como indica su logotipo identificativo, que Zamora enamora . Para dar a conocer la provincia y sus encantos, la cuarta edición de la Feria de Ecoturismo de Castilla y León Naturcyl ha elegido a Zamora como destino nacional protagonista y por ello en la feria que se celebrará en Ruesga (Palencia) del 24 al 26 de septiembre contará con una destacada representación del ecoturismo zamorano, las comarcas de esa provincia y su tejido empresarial. Con ello, la Diputación de Zamora busca reforzar su visibilidad y dar a conocer en un sector turístico especializado una provincia que seduce al turista con el descubrimiento de los cortantes de los Arribes del Duero , en la frontera con Portugal; le llena de felicidad al sumergirse en el mayor lago peninsular, el de Sanabria; le hace sentir el cosquilleo de pasear por la cuna del lobo ibérico en la Sierra de la Culebra; y le emociona con su patrimonio histórico, con abundancia del románico y las huellas históricas que dejan rutas jacobeas como la Vía de la Plata.

Lagunas de Villafáfila, un paraíso para las aves

Buena parte del oeste zamorano está incluido en la mayor reserva de la biosfera transfronteriza de Europa, la Meseta Ibérica, y a ella se puede llegar a través de rutas por Zamora como la de la montaña, la de la Culebra o la del Duero. Los amantes de la historia pueden descubrir también el patrimonio arqueológico y los asentamientos romanos de la ruta de los Valles de Benavente , un cruce de caminos histórico que también es tierra de confluencia de ríos en la que detenerse en parajes fluviales. Pero para caminos, Zamora tiene en la ruta de la Plata su punto de referencia, al recorrer de sur a norte la provincia y permitir descubrir a lo largo del trazado jacobeo asentamientos históricos como el monasterio cisterciense de Santa María de Moreruela y paraísos de la avifauna, como las Lagunas de Villafáfila . En su reserva natural se concentra la mayor población mundial de la impresionante avutarda, el ave voladora de mayor peso.

La abundancia de fauna y naturaleza en Zamora se aprecia igualmente en la Sierra de la Culebra , entre cuyos pinares uno puede toparse con una manada de ciervos o, si va con suficiente sigilo y por los lugares indicados, observar las huellas del lobo e incluso ver a lo lejos uno de esos ejemplares. No en vano se trata de la mayor reserva del ‘Canis lupus signatus’ y por eso allí se asienta también, en la pedanía de Robledo, el centro del lobo ibérico Félix Rodríguez de la Fuente, en el que ver aún más de cerca cómo se alimenta ese depredador y aprender de su relevante papel en la preservación del ecosistema.

Turismo activo en el lago de Sanabria

Quienes deseen darse baños de naturaleza muy cerca de allí tienen el Lago de Sanabria , un paraíso natural rodeado de montañas y rutas de senderismo que resulta un imprescindible para quienes de Zamora se enamoran. En el entorno se puede hacer parada en la villa de Puebla de Sanabria para observar su arquitectura tradicional y desde allí iniciar un trayecto por la frontera zamorana con Portugal.

Recorrido por la ‘raya’

El recorrido por la raya hispanolusa transcurre entre antiguos caminos de contrabando y paisajes rurales que dan la sensación de encontrarse en el fin del mundo, aunque solo se esté en la última aldea de España. La magia de estar a caballo entre dos países se observa, aunque con distintos matices, en pueblos como Rihonor de Castilla, Riomanzanas, Latedo o Alcañices, así como en todo el Duero/Douro internacional.

La impresionante obra de ingeniería de principios del siglo XX que constituye el puente de Requejo entre Villadepera y Pino del Oro, el paraíso senderista del mirador de Peña Redonda en Villardiegua, las majestuosas vistas del río desde la ermita de la Virgen del Castillo en Fariza o el encanto del pueblo de las mil bodegas, Fermoselle, son algunos de los atractivos que permiten enamorarse también de los Arribes del Duero zamoranos.

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