Los pueblos, castillos y monasterios más bonitos de El Bierzo

«No me digas gallega/que soy berciana/ cuatro leguas p’arriba/de Ponferrada». Cruzada por el Camino de Santiago la comarca de El Bierzo -al oeste de León limitando con Lugo, Orense y Asturias- tiene identidad propia y hasta llegó a ser ... independiente (provincia del ‘Vierzo’, a principios del XIX, con capital en Villafranca). Debe su nombre a Bergidum (ciudad romana desaparecida, cerca de Cacabelos). Es una tierra verde y fértil que contrasta con la sequedad leonesa y la granítica Galicia. Hay un Bierzo Bajo (Villafranca, Ponferrada, Vega de Espinareda...) regado por el Sil (el «vergel» del que hablaba Plinio), y un Bierzo Alto (Bembibre, Vega de Valcarce, Fabero...) con minas y espesos bosques. Su patrona es la Virgen de la Encina y conserva todavía el antiguo dialecto berciano, puente entre gallego y leonés, con variantes según el lugar. Gastronómicamente es famoso el botillo (embutido semicurado) y las castañas (ahora es la época). Cruzando El Bierzo hay numerosas rutas como la Senda de los Monjes, la Ruta Romana del Oro o la de los Puentes del Malpaso . Hasta el 12 de diciembre hay también unas jornadas gastronómicas donde participan treinta restaurantes de la comarca.

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Ponferrada

La capital de la comarca, con su fortaleza templaria. El enorme patio de armas fue campo de fútbol de la Ponferradina. Estamos en una villa medieval surgida alrededor del castillo de los monjes guerreros. Su nombre viene del puente sobre el río Sil, con barandillas de hierro (pons ferrata), que mandó construir un obispo a finales del siglo XI para los peregrinos a Compostela. Hay que ver la iglesia mozárabe de Santo Tomás de las Ollas, la basílica de Nuestra Señora de la Encina, la Torre del Reloj y los museos del Bierzo, el Nacional de la Energía, y el de la Radio.

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Molinaseca

En esta villa de menos de mil habitantes se halla el famoso Puente de los Peregrinos, del XII, y el santuario de las Angustias, donde los segadores al volver a Galicia dejaban sus hoces en ofrenda. Su medieval calle Real, con fábricas de embutidos, cruza la población. Destaca la casona torreada de los Balboa, lo que fue hospital de peregrinos y un bello crucero que despide al caminante.

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Villafranca del Bierzo

La Villa Francorum (villa de los francos), rodeada de huertas y viñedos. Para ayudar a los peregrinos llegaron -en 1070- los monjes de Cluny. Su castillo domina el conjunto urbano. Fue la primera capital de El Bierzo y conserva casonas medievales, conventos e iglesias (en la románica de Santiago dan la credencial a los peregrinos que no pueden llegar a Compostela). A 4 km está Corullón, con tres iglesias románicas (destaca San Miguel), un castillo que es monumento histórico-artístico y castaños centenarios.

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Peñalba de Santiago

La tebaida berciana. Con su iglesia mozárabe, es un pueblo con encanto que ha permanecido aislado durante siglos. En esta zona de difícil acceso están el Valle del Silencio y el antiguo refugio eremita del monasterio de San Pedro de Montes. Al lado, la herrería visigoda de Compludo, del siglo VIII, que fue la última en dejar de funcionar en España y que ahora lo hace como museo. Allí se fabricaban herramientas para todos los monasterios de la comarca.

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Cacabelos

Una capital del enoturismo (en esta comarca hay excelentes bodegas), con su Museo del Vino. Además hay que ver el Santuario de las Angustias y las cercanas ruinas de Castro Ventosa (Bergidum), que fue un importante enclave romano.

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Monasterios

Del siglo IX son el de Carracedo, el más importante de la comarca (en el siglo XII ejercía jurisdicción sobre los monasterios asturianos, leoneses y gallegos), y el de San Andrés, en Vega de Espinareda, la entrada a los Ancares.

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Los Ancares

Territorio aislado, de profundos valles. Es Reserva de la Biosfera y conserva antiguas pallozas de origen prerromano, castros, hórreos... y leyendas. Es sus robledales quedan osos, urogallos y lobos.

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Las Médulas

Patrimonio de la Humanidad desde 1997. La mina más importante del imperio romano conserva acueductos y lavaderos. Las Médulas es lo que quedó de la explotación minera que los romanos llevaron a cabo en este lugar para extraer oro. Removieron 240 millones de metros cúbicos de tierra, lo que dio lugar a un paisaje de galerías subterráneas, cuevas y espectaculares colores, sobre todo al atardecer. La mejor foto se obtiene desde el mirador de Orellán . Hay que ver las galerías por dentro y perderse entre los castaños centenarios que escoltan la ruta.